Expertos de DONMARIO se refirieron a los tips que marcaron el ciclo y qué es necesario tener en cuenta para 2024
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CHACABUCO-. Las cosechadoras comenzaron a ingresar en algunos campos de trigo en la región central en otra campaña afectada por las inclemencias climáticas. Después de haber perdido más del 50% de la producción debido a la sequía el último año, en el sector agropecuario se esperaba en 2023 una recuperación que no se materializó: versus una estimación inicial de cosecha de 17 a 18 millones de toneladas - mayor a los 11,5 millones de toneladas del ciclo pasado-, ahora se aguardan 13,5 millones de toneladas. En este contexto, expertos del sector evaluaron la campaña para destacar algunas enseñanzas y brindar recomendaciones para 2024.
En diálogo con LA NACION tras una jornada de DonMarioMás en esta localidad bonaerense, Matías Venece y Diego Regnicoli, gerentes de Desarrollo Autógamas para DONMARIO, junto con Joaquín Bosco, presidente agropecuario de EcoRural y multiplicador de la empresa en Entre Ríos, sudeste de Córdoba y norte de Buenos Aires, compartieron sus análisis.
“En esta campaña no alcanzaremos los rendimientos promedios históricos, pero superaremos los resultados de la campaña pasada. Hay zonas con muy buenos potenciales de rendimiento como el núcleo norte y sur, el litoral y el centro-sur de Buenos Aires. Mientras que hay otras regiones muy castigadas por la combinación de sequía y heladas, como el centro de Santa Fe y el oeste de Buenos Aires”, sostuvo Regnicoli.
Por otro lado, destacaron que al iniciarse la cosecha en ciertas regiones se encontraron con la “sorpresa” de que algunos lotes donde se esperaba encontrar bajos niveles de proteína presentan, por el contrario, niveles “muy buenos”. Regnicoli explicó que esto podría deberse a una buena dosis de fertilización o al aprovechamiento del remanente de la campaña pasada.
“Al haber habido poca extracción por parte del cultivo de gruesa, hoy lo está aprovechando el cultivo de trigo, ya sea para potenciar el rendimiento o aumentar los niveles de proteínas”, dijo.
En línea con esta observación y considerando las enseñanzas de las últimas dos campañas, en cuanto a la fertilización destacaron que si en el momento de la siembra no hay un perfil de humedad que garantice un “piso de rendimiento”, es crucial adoptar una estrategia más conservadora.
“Aplicar toda la fertilización en la siembra y después enfrentar una falta de lluvias durante el ciclo del cultivo implica desperdiciar dosis adicionales de fertilizante que no se reflejarán en el rendimiento”, manifestó Regnicoli y agregó: “Por esta razón, cuando se comienza con un perfil de suelo deficiente y no se conoce el potencial de rendimiento, la estrategia recomendada sería realizar una dosis parcial de fertilización nitrogenada en la siembra. Luego, si se reciben lluvias y hay un aumento en el potencial de rendimiento, se procedería a una fertilización complementaria con nitrógeno”.
Venece resaltó la importancia de hacer una planificación de la campaña. “Hay que considerar las características propias del ambiente en donde se va a sembrar, las perspectivas en cuanto a precipitaciones y, teniendo en cuenta eso, hacer un manejo en fertilización, densidad, fechas de siembra”, dijo.
Por otro lado, remarcó la relevancia de prestar atención al comportamiento sanitario de las variedades que se van a sembrar. “Hoy vemos que, principalmente en cuanto a royas, los comportamientos de las variedades que se siembran en el mercado son diferentes y año tras año van aumentando las susceptibilidades de los diferentes materiales. Por eso, al tener campañas como estas en donde hubo mucha mayor presión con respecto al año pasado, poder hacer planteo con variedades que tengan un buen perfil sanitario a royas o a manchas permite asegurar no tener que hacer tantas aplicaciones de fungicidas para cuidarlo”, dijo Venece.
Los expertos analizaron lo sucedido con las heladas tardías que impactaron en el rendimiento estos últimos dos años. “Tomando eso como experiencia, se sugiere buscar diversificar los ciclos de los cultivos para evitar depender exclusivamente de un solo ciclo. La recomendación es sembrar variedades de ciclo largo, intermedio o corto. De modo que en caso de que haya un evento de helada tardía, no afecte de manera generalizada”, detalló Regnicoli.
Respecto a los trabajos que se están haciendo para darle mayor estabilidad al cultivo en un contexto de fuerte variabilidad climática, Venece habló de ensayos de ambientación en donde tratan de caracterizar intensivamente cada uno de los ambientes para buscar la mejor recomendación para cada uno de ellos. Allí tienen en cuenta la interacción entre los genotipos y los ambientes como así también la fertilización en lo que refiere a fósforo, nitrógeno y densidad. “La idea es que podamos levantar sobre todos los pisos de rinde y lograr tener una mayor estabilidad”, dijo.
Por su parte, respecto a los multiplicación de semillas, Bosco coincidió que este es un mejor año que el pasado. “En el caso del trigo, diversificar es más fácil, nos permite tener volumen de semilla todos los años y, cuando no hay ningún evento catastrófico como pasó el año pasado con la sequía y las heladas, te permite poder seleccionar las semillas de mayor calidad para abastecer al mercado”, afirmó.
En otro orden, explicó: “En cuanto al manejo de enfermedades, va atado al producto y a la decisión de siembra porque la renovación de variedades hace que las variedades que no están masificadas todavía tengan un mejor desempeño en cuanto a enfermedades”. Indicó que la renovación de variedades se está llevando a cabo cada dos o tres años.
Durante la jornada, los expertos hablaron sobre la ampliación de la oferta varietal de la firma y destacaron el nuevo lanzamiento de esta campaña, la DM Araucaria. Venece destacó que ofrece “alto potencial de rendimiento, destacada estabilidad, plasticidad en cuanto a la fecha de siembra y excelente perfil sanitario”. Dijo: “Es una variedad que estamos posicionando especialmente para lo que es el sur de la provincia de Buenos Aires y toda la región núcleo, que corresponde al sudeste de Córdoba, sur Santa Fe y Entre Ríos”. Este lanzamiento se va a comercializar en 2024 a través de Sembrá Evolución como todas las variedades autógamas tanto en soja como en trigo.
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