Cambio climático, huella de carbono y manejo tecnológico fueron algunos de los temas analizados, más allá de la coyuntura, por los especialistas que disertaron en el congreso A Todo Trigo, que se realizó en Mar del Plata
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Más allá de las polémicas y las proyecciones económicas, el congreso A Todo Trigo, organizado por la Federación de Acopiadores y realizado en Mar del Plata, fue un ámbito ideal, al retomar al formato presencial, para abordar los temas de largo plazo que tienen influencia sobre el futuro del cereal en los planteos agrícolas.
Cambio climático, huella de carbono, sanidad e innovación en semillas fueron los principales temas que un destacado conjunto de especialistas le puso el foco en el encuentro que volvió a marcar la agenda de los cultivos de invierno.
María Elena Fernández Long, profesora de la Cátedra de Climatología y Fenología de la Fauba, advirtió que “los eventos climáticos seguirán siendo cada vez más devastadores si no se hace nada contra el cambio climático, esto incluye tormentas severas, granizo, sequías, heladas y golpes de calor”.
Según la especialista, el cambio climático implicará la suba de las temperaturas medias, lo que puede derivar en una merma de los rendimientos del trigo. No obstante, recomendó prestar atención a otro impacto: “El aumento de temperaturas nocturnas aumenta el contenido de gluten en las semillas, lo que mejora la calidad para la harina”.
Por otra parte, dijo que en los últimos años aumentaron las temperaturas mínimas y no las máximas, por lo que se redujo la amplitud térmica. Y puntualizó: “el fenómeno de las heladas se fue atrasando. Hoy, noviembre es el mes típico en el que ocurren heladas en zonas donde anteriormente las últimas se daban a fines de septiembre o principios de octubre”.
Respecto de la huella de carbono, Jorge Hilbert, del INTA, propuso considerarla como un nuevo intangible que pueda contribuir a un desarrollo sostenible y agregar valor. Para ello, dijo, “se necesita trabajar en el campo científico, en las negociaciones internacionales, hacer estudios de mercados y entender cuáles son las tendencias (variaciones de precios, población, etc.), promover las relaciones diplomáticas y los acuerdos, e incorporar más intangibles”.
Respecto del camino que lleva hacia la neutralidad del carbono, Hilbert dijo: “Primero hay que empezar a medir el impacto y el riesgo del cambio climático. Con la primera fotografía, fijamos rumbos y creamos metas. Luego pasamos a la reducción de la huella y a la acción climática de generar bonos y compensar. Y finalmente, comunicar”, cerró.
En tanto, Miguel Taboada, investigador de Fauba y Carbon Group Agroclimatic Solutions SRL, expuso una mirada desde los suelos. Recordó que en la Argentina el sector agropecuario ocupa el segundo lugar como generador de huella de carbono; el primero es la industria energética. “Los campos emiten tres gases de carbono: dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. A diferencia de otras fuentes, los suelos agropecuarios pueden compensar las emisiones porque pueden capturar las emisiones de la atmósfera”, destacó.
En referencia al compromiso que hicieron 151 países para reducir emisiones para 2030 -en el marco de la COP 26 en Glasgow-, destacó la generación de los mercados internacionales de carbono. “Esto hará que en un futuro el agro pueda participar de un mercado sumamente interesante”, sostuvo. Taboada, además, resaltó la importancia de reducir las emisiones directas e indirectas de N20 por fertilizantes nitrogenados. “Es clave hacer un diagnóstico adecuado de la fertilidad, aplicar la dosis y fuente correcta, en el momento y lugar correcto, aplicar la fertilización variable para no poner más nitrógeno del que se necesita, y también usar fuentes alternativas, como inhibidores de ureasa y urea recubierta; además, el uso de soluciones basadas en la naturaleza es muy potente”, señaló.
Medición
Pero, ¿es posible medir la huella de carbono? María Inés Di Napoli, CEO y co-fundadora de la plataforma PUMA, presentó la primera calculadora digital de huella de carbono del agro argentino. “Se trata de medir y facilitar los procesos, para cuando se abran los mercados de bonos de carbono, y haya empresas que necesiten comprar estos bonos”, destacó. Con la calculadora, que se lanzó en junio del año pasado, ya se midieron 250.000 hectáreas.
“El productor puede usar el certificado, por ejemplo, para hacer un canje de insumos”. Y añadió: “La única manera de que el carbono sea un negocio para el productor es trabajar juntos y tener una actitud ecosistémica”.
Otro aspecto clave de la innovación en el trigo es el manejo genético. Leonardo Vanzetti, investigador del INTA Marcos Juárez, destacó algunos cambios en las variedades y cómo la frecuencia de floración de algunos genes se está modificando. Específicamente se refirió al gen GNI-A1, que en cebada es el gran responsable de diferenciar los genotipos de 2 vs. 6 hileras, mientras que en trigo está asociado a la fertilidad de espiga. “Se trata de un gen de alto potencial de rendimiento y apto para mantenerlo en la alta frecuencia”, dijo.
También mencionó el gen WAPO A1, recientemente descubierto, que permite lograr un mayor número de espiguillas por espigas en trigo. Según señaló, existen tres combinaciones con este gen que permiten lograr un efecto diferencial y hay variedades que podrían mejorarse con el mismo. Respecto al gen QTL, contó avances del proyecto que están llevando adelante para aumentar la eficiencia reproductiva proveniente de la variedad Baguette 19. Entre los efectos positivos que se lograron, fue el aumento de un 4% de las flores fértiles, +9% el número de granos por espiga, +16% el rendimiento de los granos por peso seco de espiga, y un +5% el rendimiento por espiga. “Se trata de un gen muy interesante y ahora estamos trabajando para ver cuál es el gen, ya que por ahora se trata de un pedazo de cromosoma”, aclaró. También sobre el QTL, lograron identificar dos genes provenientes de la variedad Klein Proteo que, en combinación, lograron aumentar 1.33 puntos de proteína.
Fenología
En tanto, Mariana Jardón, investigadora y docente de Fauba-Conicet, presentó “Cronogen-Trigo”, un modelo inédito de predicción fenológica basado directamente en la combinación génica. “En el mercado existen modelos que predicen la fenología del trigo que, en general, se calibran en base a cultivares que ya existen en el mercado. Sin embargo, la predicción de la fenología en base a marcadores moleculares usando modelos simples no se había explorado”, explicó.
Según destacó Jardón, el modelo basado en ideotipos a partir de combinaciones alélicas logra predecir aceptablemente el tiempo de espigazón. Al mismo tiempo, la predicción fenológica basada en ideotipos permite preseleccionar perfiles moleculares para programas de mejoramiento y evaluar su adaptación a diferentes ambientes; y evita la actualización/calibración constante de los modelos fenotípicos cada vez que un nuevo material llega al mercado.
La especialista, mostró el prototipo de la interfaz de Cronogen-Trigo. “A diferencia de CronoTrigo, cuyo target es el productor, Cronogen-Trigo tiene mucho potencial para las unidades de mejoramiento, para que puedan buscar combinaciones ambiente x genotipo x manejo óptimas, independizarse del cultivo de cultivares, y poder hacer un pre-screening en programas de breeding”, dijo.
A su vez, el asesor Pablo Panza, habló sobre trigos soft y candeal. “Se ven grandes avances, con reducción de brecha de rendimiento entre el trigo pan o el trigo soft o candeal. Hoy hay un mercado que paga el mejor esfuerzo. Tenemos tecnología y podemos bajar la huella de carbono. La demanda de trigo soft empieza a crecer y hay mucho interés, lo que habla de una gran oportunidad para Argentina”, señaló.
Nutrición
Martín Díaz-Zorita hizo un llamado de atención sobre el manejo nutricional. “Hay una limitante con la que convivimos todos los días que es la estrategia con la que planteamos el manejo de la nutrición. El 70% de los lotes se maneja con un nivel de incertidumbre. Si pensamos integralmente en la nutrición del cultivo tenemos una oportunidad de mejora”, dijo.
Para Díaz-Zorita, el manejo nutricional no repercute solo en el rendimiento del cultivo ya implantado sino que también afecta a los cultivos siguientes. Así, una nutrición balanceada permitirá aumentar los rendimientos y la calidad de los granos, al igual que la cantidad de nitrógeno disponible. “El diagnostico para elaborar estrategias de fertilización requiere conocer el sitio (productividad), requiere saber en qué escenario de fragilidad estamos”, concluyó Díaz-Zorita.
Fuente: prensa A Todo Trigo
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