Por diferentes factores, en el sudeste cordobés la campaña está abierta y más incierta que nunca
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Como toda historia, esta campaña tiene un inicio, un nudo y un desenlace. Tuvimos un inicio de campaña invernal situado entre los más bajos en cuanto a intención de siembra en el sudeste cordobés. Decisión apoyada por la escasez del principal recurso: agua, como consecuencia de venir de tres Niñas y con casi nula recarga otoñal.
En el perfil del suelo ya estábamos en punto de marchitez permanente (PMP) a escasos 40 centímetros de profundidad en la localidad de Isla Verde al momento de la siembra. Pero la humedad en los primeros centímetros de suelo no estaba tan mal para intentar una siembra y esperar que el Niño se adelante un poco y nos ofrezca algo de precipitaciones durante su ciclo.
Tuvimos muy buenas implantaciones en los pocos lotes donde se arriesgó a sembrar, decimos arriesgar porque nuestros promedios históricos de precipitaciones invernales tienden a cero, y de darse una situación similar a las medias estos trigos empezarían a sufrir escasez de agua.
Empezando a desarrollar el “nudo” de nuestra historia, en la presente campaña triguera nos encuentra ya con poca humedad y acompañado de las características amplitudes térmicas de agosto, con días que superan hasta los 30°C. Situación que incrementa las evapotranspiraciones de los lotes con trigo y empiezan a experimentar en numerosos casos estrés en el cultivo ya saliendo de macollaje.
Esta situación se ve un poco atemperada en los rastrojos de maíz donde se conservó un poco mejor esa escasa recarga otoñal y disminuy lóas evaporaciones en el ciclo hasta ahora.
Las condiciones de temperaturas altas y humedad ambiente vienen favoreciendo la aparición de otra amenaza del cultivo, la roya anaranjada. Hoy, dependiendo de las fechas de siembra y de los genotipos utilizados, existe en la mayoría de los lotes implantados de trigo mayor o menor presión de la enfermedad, en muchos casos en estado avanzado.
Si bien no es la época ideal para empezar tratamientos en muchos casos se decidió aplicar de manera preventiva para bajar la cantidad inóculo de la enfermedad. Ya que hoy se encuentra por su estadio en una posición fácil de lograr mejores mojados de hoja con las pulverizaciones y sabiendo que cuando hablamos de tratar hongos siempre nos resultan mejores los tratamientos preventivos que los de erradicación una vez avanzada a enfermedad.
Estas situaciones de pulverizaciones tempranas para roya también se decidieron en variedades que mínimo están recibiendo dos aplicaciones durante su ciclo por su alta susceptibilidad a la enfermedad ya en campañas pasadas.
Si analizamos qué desenlace puede tener la historia de la presente campaña triguera, en el sudeste cordobés el final está abierto y más que nunca incierto. Porque si llegasen a aparecer precipitaciones durante agosto o principios de septiembre nos permitirían tener una campaña más que decorosa debido al buen estado que tienen todavía algunos lotes. Ahora bien, si siguen estas amplitudes térmicas y las lluvias siguen sin aparecer, la película puede no terminar de la mejor manera.
El autor es técnico del INTA Marcos Juárez
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