En la campaña pasada, 2016/2017, la siembra fue la menor en diez años; podría haber una recuperación en el próximo ciclo con mejores precios
RESISTENCIA.- La campaña algodonera argentina 2016/2017 terminó con otro preocupante retroceso, ya que su producción apenas alcanzará para cubrir las necesidades de la industria textil.
En el país apenas se implantaron 258.000 hectáreas, obteniéndose sólo 630.000 toneladas de algodón en bruto, casi 100.000 toneladas de fibra, lo que habrá que importar para cubrir las necesidades de la industria textil local.
Además, por segundo año consecutivo Santiago del Estero se convirtió en la primera productora del cultivo con 121.000 hectáreas, ubicando al Chaco, tradicional provincia productora en segundo lugar con apenas 80.000 hectáreas.
En el ranking siguió Santa Fe con 38.000 hectáreas y luego Salta con 15.000 hectáreas, mientras que Formosa sólo dedicó 4500 hectáreas al cultivo. Las otras provincias como Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Catamarca y San Luis, que este año destinó 4100 hectáreas, completaron la lista de provincias que se dedicaron al algodón.
De todas maneras, en esta oportunidad se mejoró el rinde, que estuvo en 2700 kilogramos por hectárea, aproximadamente.
Por provincias, en Santiago del Estero hubo un rendimiento de 3200 kilogramos por hectárea con una producción que ronda las 335.000 toneladas de algodón en bruto.
Chaco recolectó 210.000 toneladas, aproximadamente, con un rendimiento de solo 2000 kilogramos por hectárea. Santa Fe obtuvo una buena cosecha ya que logró ascender hasta los 2900 kilogramos por hectárea de rendimiento promedio, con una producción de 100.000 toneladas. Salta logró 1300 kilos por hectárea y Formosa 1600 kilogramos por hectárea.
De 400.000 a 450.000 hectáreas que tenía el cultivo en 2006, cayó en esta campaña a la más baja desde ese año, debido a que se implantaron en la campaña 2016/2017 sólo 258.000 hectáreas en el país. Vale recordar que en 1997/1998 la Argentina sembró 1.133.950 hectáreas con algodón.
En Chaco, de ser el primer cultivo de la provincia pasó a la quinta posición después de la soja, el maíz, el girasol y el sorgo. La consecuencia fue la clausura de desmotadoras de las cooperativas y empresas privadas que cerraron sus puertas.
Para la próxima campaña, que comenzará en septiembre, debido a los buenos precios la siembra podría llegar a las 150.000 hectáreas en el Chaco, contra las 80.000 hectáreas del ciclo pasado.
El derrumbe del cultivo, que también se observa en los demás países de América latina, deberá ser frenado con innovación tecnológica, una adecuada lucha contra la mayor plaga, el picudo del algodonero que bajó los rindes y aumentó el costo de producción en por lo menos 70 dólares por hectárea, y con nuevas variedades que incrementen los rendimientos y calidad.
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