Hubo una demostración en Colonia El Alba
COLONIA EL ALBA, Formosa.-La tranquilidad de esta colonia ubicada en el sur formoseño, a 170 kilómetros de la capital, cerca del río Bermejo, en el límite con Chaco, se alteró con la llegada del "mundo algodonero" como acertó en calificar César Vallejos, un pequeño productor lugareño que había conocido a muchos de los visitantes cuando, hace pocos días, le tocó exponer sobre sus experiencias en el Septuagésimo Congreso Internacional del Algodón realizado en Buenos Aires.
Presididas por el director del Comité Consultivo Internacional del Algodón, Terry Townsend, arribaron delegaciones de Colombia, Francia, Egipto, India, Ghana, Irán, Kazakhstán, Kenia, Mali, México, Australia, Mozambique, Países Bajos, Pakistán, Polonia, Sudáfrica, Suiza, Tailandia, Taiwán, Tanzania, Togo, Turquía, Uzbekistán, Zambia, Zimbabwe y EE.UU., entre otras.
En respuesta a sus inquietudes se les comentó cómo el pequeño productor formoseño puede acceder a las tecnologías disponibles para la sustentabilidad del sistema, la diversidad productiva, la preservación de los suelos y la incorporación de tecnologías de vanguardia. Se sumó también lo relacionado con el uso adecuado de los agroquímicos; el equipamiento para la cosecha mecánica, y la seguridad de comercializar con precios de referencia determinados, garantizando así precios justos. Todos ellos se sintieron atraídos por la evolución alcanzada por los agricultores que consiguieron en pocos años cambiar sus expectativas económicas y sociales, con la aplicación de tecnologías adaptadas y con un sistema de trabajo solidario y asociativo.
Tras una exposición en la escuela agrotécnica número 5 -cuenta con un moderno programa de extensión rural que incluye la formación de los hijos de los productores- los visitantes apreciaron que del centenar de pequeños productores de esta colonia, 60 se dedican al algodón. Son minifundistas que cuando apelaban a los métodos tradicionales de labranza nunca superaron las 2,5 hectáreas de cultivos. Ahora, todos ellos optaron por la técnica de siembra directa en "surcos estrechos" con hileras de 48 a 52 centímetros en lugar de la convencional de 90 cm a 1 metro entre surcos con lo que consiguieron un crecimiento del rinde del orden del 40% por hectárea.
En la actualidad, colonos de la talla de René Vargas, Ramón Bernachea, Abel Vallejos o Ignacio Carbonel, cultivan 10 hectáreas con rindes que oscilan de 1800 a 2000 kilos por hectárea promedio, con picos de 4000 kg. Edgar Pajuelo, director de Agricultura provincial, dijo que son 1500 los pequeños algodoneros que optaron por el sistema de "surco estrecho" y destacó que "le hicieron caso a los especialistas y consiguieron ser protagonistas de un proceso de transición que motivó la visita de estos algodoneros del mundo".
Pasaron del uso de la tracción a sangre a la mecanización con los servicios que reciben de los consorcios privados y de las cooperadoras de las escuelas agrotécnicas. Además, el Programa de Acción Integral para los Pequeños Productores Agropecuarios (Paippa) inspiró a los metalúrgicos formoseños, que diseñaron maquinarias adaptadas a las necesidades concretas de los pequeños productores.
El INTA de El Colorado orientó a los agricultores sobre el uso de variedades para lo cual utilizó su semillero, donde multiplica semillas para los minifundistas. La realidad de colonia El Alba se replica en miles de parajes formoseños desde septiembre de 1996 cuando se puso en marcha el Paippa, que priorizó la asistencia a los minifundistas. El programa les acercó una solución social, productiva y ambiental que les ha permitido progresar. "El mundo viene a ver cómo nuestros pequeños productores pueden tener una calidad de vida digna y desarrollarse", manifestó el vicepresidente del INTA, Luis Basterra.
lanacionar