Juan Farinati, presidente y CEO para el Cono Sur de Bayer, destacó que hoy el foco está en cómo producir mejor
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De cara al futuro que se viene, las prioridades del sector agropecuario será mirar cómo se puede trabajar de manera colectiva en la cadena, fomentando la innovación y la tecnología. En esa línea, la importancia que adquiere la digitalización y la conectividad es enorme. Allí, la Argentina tiene una gran oportunidad para que los productores tengan digitalizados sus campos. Y, por último, es fundamental aprender a producir, regenerando los suelos al unísono.
Esos fueron algunos conceptos que brindó Juan Farinati, presidente y CEO para el Cono Sur de Bayer, al ser entrevistado por el secretario general de la Redacción de LA NACION, José Del Rio, en la apertura de la 9a. edición de Negocios del Campo, organizado por LA NACION. El ejecutivo también habló de la situación de las empresas del agro en el actual contexto político y económico y remarcó que hay una “transición a la normalización” para el negocio.
“En el pasado, tal vez se consideraba que la agricultura regenerativa iba en contra de la productividad. Pero hoy está probado que uno puede regenerar recursos y al mismo tiempo ser eficiente produciendo. Estas tres dimensiones son las que se deben explorar de manera consistente a futuro”, señaló.
Para el ejecutivo, el campo tiene un peso muy importante en la economía argentina, donde prácticamente el 60% de las exportaciones están conectadas con el agro: “El 16% del PBI es del sector agropecuario, además de jugar un papel fundamental en el empleo del país. Realmente, en el corto plazo, el campo tiene un rol fundamental y un potencial muy grande en el largo plazo”.
En ese camino, es la digitalización la que abre una puerta enorme, no solamente para producir de manera más efectiva sino que al mismo tiempo de poder, en base a lo que da la trazabilidad, “gestionar el riesgo de una manera diferente y acceder a mercados que tal vez antes no se podía porque no se contaba con información de lo que se hacía en el campo”.
Con una mirada hacia 2050, en donde se deberá producir un 50% más de los alimentos pero, a la vez, el cuidado del medio ambiente interpela al sector agropecuario de manera frecuente, para Farinati,claramente “el mundo necesita producir alimentos de manera más sostenible”.
“Es algo que se viene, no solamente tenemos que producir más alimentos, sino hacerlo de manera sostenible para el medioambiente: eso es un desafío enorme para el sector y, a la vez, una gran oportunidad. Hoy la agricultura a nivel global es el generador de 30% de las emisiones, por eso hay que cambiar. El objetivo será alimentarse de manera más saludable y eso requiere un cambio de la matriz productiva”, aseguró.
En esta línea, para el sector agropecuario uno de los desafíos es el cambio climático. “Si uno compara el quinquenio que va de 2000 a 2005 con el que va de 2015 a 2020, en el primero hubo prácticamente un 11% de los países, a nivel mundial, que tuvieron algún tipo de eventos climatológicos extremos (sequías, olas de calor, inundaciones); ese mismo número se transformó en 50% en 15 años, donde ese porcentaje de países tuvo tipo de evento climático fuera normal. Eso es algo que directamente impacta en la agricultura, una industria a cielo abierto”, dijo.
En este contexto complejo, para llegar a cubrir las necesidades alimentarias y de medio ambiente, en el sector hay muchas áreas en las que hay que trabajar. Farinati señaló que es la adopción de innovación tecnológica la que va a llevar a buen puerto a la actividad.
“Hoy hay altísima tecnología disponible para el sector agropecuario, pero se debe buscar que cada vez más hectáreas a nivel mundial utilicen esa tecnología. Esto va de la mano con la digitalización, porque se puede tener productos de alta performance pero sin la digitalización es imposible. Entonces, este cruce de productos e información son dos dimensiones que me parece fundamentales para producir alimentos de mejor manera a futuro”, subrayó.
Sumado a este escenario global, a nivel local, la Argentina está llena de desafíos. “Hay obstáculos, pero en el último tiempo hay cosas que están sucediendo. Por ejemplo, desde el punto de vista de importaciones, el año pasado teníamos un montón de desafíos para lo que era importar productos fitosanitarios o materia prima para producir productos fitosanitarios. Eso está avanzando; está empezando a haber un poco más de certezas del punto de vista económico para que los productores puedan invertir, con una reducción de la brecha cambiaria”, afirmó.
“Obviamente hay muchísimo por hacer, pero al menos los pasos que se dan en los últimos meses están empezando a ordenar el esquema para producir. Como empresa de tecnología, nos enfocamos es hacer que uno produzca de manera más eficiente. Pero el año pasado el negocio no era un negocio tan productivo, sino que era un negocio más de cómo compro insumos, cómo vendo, si me financian en pesos o en dólares. Hoy, el negocio viró a cómo producir mejor. Esta es la transición a la normalización que estamos viendo, donde nuestros clientes tienen en la cabeza producir”, cerró.
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