Para Gabriel de Raedemaeker, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la agrupación “queda desdibujada” luego de la marcha de productores autoconvocados a la que no adhirió; “fue un error muy grande el no acompañar”, remarcó
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Tras el masivo acto del campo en Plaza de Mayo el sábado pasado, organizado por productores autoconvocados y entidades rurales de base, donde la Mesa de Enlace como tal decidió no participar ni apoyar, al interior de esta última agrupación ahora hay pases de facturas por la ausencia en esa marcha.
A pesar de que el Consejo Directivo de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) había dictaminado que no sería parte del acto pero dejó en libertad de acción a las entidades que la conforman, su vicepresidente y representante de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez), Gabriel de Raedemaeker, participó de la movilización.
“Fue emocionante estar ahí, la gente me agradecía y no me arrepiento haber estado, a pesar de los aprietes permanentes que recibí para que no asista desde dentro de la entidad. En ningún momento puse en duda mi participación, si no iba corría el riesgo de perder mi representación que me otorgaron los productores. Era mi convicción de que era el momento. Desde un principio, como Cartez apoyamos, adherimos y nos movilizamos. Nuestras bases querían estar y ese fue el mandato que llevamos a CRA pero no logramos consensuar”, dijo a LA NACION.
“Creo que fue un error muy grande el no acompañar. Hubo lecturas equivocadas y no se supo interpretar la efervescencia que había en el seno de las asambleas. La Mesa de Enlace queda desdibujada ante lo que fue este acto. Hay un descontento muy grande y fuerte de los productores para con nosotros”, añadió.
Para el dirigente cordobés, la Mesa de Enlace debería hacer una “profunda autocrítica” al respecto. “Para poder volver acercarnos a los productores, la dirigencia debería pedir disculpas por el mal diagnóstico que tuvo frente a este reclamo genuino del campo, faltó sintonía. Se tenía temor de quedar partidariamente pegado como opositor a las políticas del Gobierno. También hubo miedo a que sea una convocatoria con poca gente”, remarcó.
En este contexto, destacó que, además, no ve nada de malo de que haya participado la oposición, “al contrario, era bueno que sectores de todo el arco político estén presentes para poder traccionar en el Congreso los reclamos del campo”.
“Si no vamos a estar solos luchando contra este Gobierno, ¿por qué no aprovechar ese canal de la oposición? Pensemos en lo que pasó en 2008, cuando implorábamos que alguien de la política nos acompañe. Claramente somos opositores a estas políticas”, subrayó. Ante una consulta de LA NACION, desde CRA informaron a este medio que su presidente, Jorge Chemes, por ahora no hará declaraciones.
Aunque la Mesa de Enlace no estuvo, el reclamo del sábado pasado contó con la adhesión de más de 200 entidades de todo el país. Un mes atrás, productores autoconvocados y entidades rurales de base acordaron realizar en esa fecha una marcha hacia Buenos Aires para visibilizar su rechazo a las políticas implementadas por el Gobierno. A diferencia de lo que sucedió en un acto el 9 de julio pasado, los dirigentes consideraron que no era el momento de manifestarse.
Con otra mirada, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), si bien destacó que fue una marcha rotunda y muy exitosa con mucho acompañamiento de la ciudad, “que siente el mismo hartazgo que tiene el hombre de campo”, reiteró que su entidad prefirió “preservar la institucionalidad y la unión de la Mesa de Enlace y no apoyarla”. Aun así, lamentó no haber estado en persona.
“No pasa por una equivocación o por un pedido de disculpas, pensamos que quizás no era el momento y el lugar adecuado, en plena cosecha de la gruesa. La Mesa de Enlace había tomado una decisión y había que respetarla”, puntualizó.
Para Pino, y a diferencia del vicepresidente de CRA, no cree que la Mesa de Enlace haya quedado desdibujada: “Esta marcha hace fuerte al sector y seguiremos trabajando y conversando con los productores para buscar soluciones. Esperamos que el Gobierno haya oído al sector y tome medidas que incentiven la producción, porque es un momento histórico donde el mundo demanda lo que hacemos y los argentinos necesitamos que haya mayor oferta de productos”, aseguró.
Después de dos días del acto, Elbio Laucirica, vicepresidente de Coninagro, tiene sentimientos encontrados. Por un lado, le “hubiese encantado estar como ciudadano, con los reclamos que se plantearon, pero como dirigente no quería que los pedidos del campo queden enmascarados con la gran conflictividad política y social actual”.
“Decidimos ir por ese camino pero ahora este acto nos da más fortaleza para insistir en los problemas reales y propios del sector que son la inflación, la inseguridad y la alta presión fiscal. Estimo que esta movilización nos debe llevar a leer su mensaje, tanto al Gobierno como a nosotros. Esto nos exige tener que insistir en los reclamos de una forma más fuerte y contundente”, señaló.
Por último, Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), insistió que fue la organicidad y el respeto hacia las instituciones lo que hizo que no puedan estar ahí. “Nuestra postura y mirada era que no estaba el momento para hacerlo y así se decidió. Era lo que nos decían todos las asambleas que se hicieron con anterioridad, en cuanto a la cantidad de gente. Cada vez eran menos y había temor de viajar a Buenos Aires con esa representatividad. Era irresponsable hacerlo”, detalló.
Para el dirigente de FAA, ahora queda la foto de un “gran marco de gente, aunque con esa imagen la duda está si el Gobierno modificará algo su postura”.
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