Tras la decisión del Gobierno de compatibilizar la percepción de planes y programas sociales con el empleo registrado, los productores destacan la necesidad de profundizar la comunicación de lo dispuesto
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Tras la publicación del decreto presidencial que compatibiliza la percepción de los planes y programas sociales y de empleo con el trabajo registrado en actividades temporales y estacionales, los productores de las economías regionales, que eran quienes denunciaban que no conseguían mano de obra porque los beneficiarios de planes sociales, ante el temor a perder esas ayudas, no aceptaban trabajar en blanco, se mostraron aliviados con la medida, pero reclaman mayor difusión.
“Realmente necesitábamos esta disposición porque los planes sociales competían en forma directa con el trabajo en blanco. Conseguías trabajadores, pero solo estaban dispuestos a hacerlo en negro. Encima con la pandemia los beneficiarios de estos planes han aumentado. Por eso necesitábamos esta disposición para que realmente haya trabajo genuino en la Argentina porque lamentablemente no se conseguía mano de obra”, sostuvo Pablo Vernengo, director ejecutivo de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
La medida anunciada por el presidente Alberto Fernández, hace dos semanas en un acto en la ciudad de Concordia, está destinada a los beneficiarios de programas como Potenciar Trabajo y Tarjeta Alimentar quienes podrán ser contratados bajo las modalidades de trabajo temporario o trabajo permanente discontinuo sin perder la ayuda social. Estos trabajadores, al finalizar la relación laboral, tendrán asegurada la continuidad sin interrupciones de la cobertura de prestaciones de la seguridad social.
“Es un decreto que aplaudimos y acompañamos porque viene a darle solución a una problemática que ha perjudicado a los 30 complejos agroindustriales. Creo que todos ganamos: el sector más vulnerable de la economía, que son los trabajadores golondrina, quienes pueden trabajar; los productores, que van a poder cosechar, es decir aumentamos productividad; y el Estado que aumenta su recaudación y se beneficia con los aportes contributivos del empleador”, agregó.
Sin embargo, remarcó que aún hay gran parte de los trabajadores que no conocen la medida, que regirá desde el 1° de septiembre. “Hay que hacer una campaña de difusión porque todavía hay muchos empresarios y trabajadores que no conocen los beneficios del decreto. Sería importante que los gremios del sector agropecuario, los empresarios y el propio Estado se ocupen de difundirlo para que tengamos disponibilidad de trabajadores, porque si quien tiene que ofertar su trabajo no lo hace por miedo a perder el plan, estamos en problemas”, dijo.
Vernengo remarcó que es una medida que “debería haber llegado antes”, porque muchos productores perdieron parte de su cosecha en algunas economías regionales por falta de mano de obra. Tal es el caso del productor citrícola Ricardo Ranger que dejó echar a perder 1,5 millones de kilos de limones y 200.000 kilos de naranja, el equivalente a $50 millones, porque no conseguía trabajadores que quieran estar en blanco.
Algo similar planteó Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros y de Productores Agropecuarios de San Juan. Contó que para esta época ya debería haber terminado con la poda de las parras, pero, como no conseguía personal, se atrasó más de 25 días.
“Para podar una parra hay que ir cortando sarmiento por sarmiento. Una hectárea tiene más o menos 2500 parras y un obrero muy bueno poda 150 por día. Es un trabajo intensivo que comienza en mayo y ya tendríamos que haber terminado, pero no conseguíamos trabajadores”, precisó y explicó que el trabajo de la poda es para no perder producción.
“Hay gente que por más que tenga un plan quiere trabajar porque de pequeños les han inculcado la cultura del trabajo, entonces es importante que se les dé la posibilidad. Antes los trabajadores nos pedían que por favor no los inscribamos y el problema es que, si vos no tenés registrados a los obreros, después las multas son terribles y para pagarla más o menos tenés que vender el campo”, agregó el productor.
Además, destacó: “Esta es una actividad que no te espera, si a la uva no la cosechás en los 45 días que hay que hacerlo, se cae y se pierde, cuesta mucho producirla”.
Además de la falta de mano de obra, Garcés detalló que el otro problema “grave” que afrontan es la falta de agua. “San Juan está en una situación de sequía terrible, nevó ayer y anteayer y Dios quiera que haya puesto un metro de nieve en la cordillera de donde se nutre nuestro río, porque si no el panorama será muy malo”, precisó.
Se trata del segundo año consecutivo en que allí los productores se ven afectados por la sequía. “San Juan cosechaba alrededor de 750 millones de kilos de uva y el año pasado fueron 498 millones. Entre todos los productores hemos perdido más de 200 millones de kilos y, si este año no mejora, vamos a terminar igual o peor”, precisó.
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