Uno de los factores que explicó el boom de las commodities agrícolas en los últimos 15 años está crujiendo por una tormenta perfecta. Y los expertos del mercado de granos, a diferencia de los climatólogos, no hacen pronósticos.
El crecimiento económico de los países asiáticos liderados por China desde los primeros años de la década pasada, a tasas que rondaron el 9%, se tradujo en que la población comenzó a comer mejor. Al arroz le sumó la carne de cerdo, pollo y pescado, mayoritariamente. Y el mejor producto para lograr más proteínas animales era la soja. Eso disparó la demanda de los tres principales países productores mundiales de la oleaginosa: Estados Unidos, Brasil y la Argentina.
Pero algo comenzó a cambiar en marzo de 2018 cuando el presidente de EE.UU., Donald Trump, decidió que era tiempo de revertir el déficit comercial con China y aumentó los aranceles de importación para bienes del gigante asiático. Pekín contragolpeó con la soja. Creía que los farmers, decisivos en el triunfo de Trump en noviembre de 2016, iban a presionar a la Casa Blanca para que desistiera de la pelea. "La soja es la primera víctima de la guerra comercial con China, no su causante", dice Enrique Erize, presidente de la corredora de granos Nóvitas. En el medio de la pelea, el virus de la peste porcina africana se expandió por China y obligó a una matanza masiva de animales, lo que deprimió todavía más la demanda de soja. Los especialistas creen que la enfermedad está lejos de ser controlada. "Si no hubiera sido por eso, el impacto del conflicto hubiera sido menor, porque China no va a volver a comer solo arroz y EE.UU. va a seguir produciendo soja", añade Erize.
En tanto, Adrián Seltzer, de la corredora Granar, sostiene que "China cambió el patrón de consumo; se esperaba que importara para la campaña 2018/2019 entre 100 y 103 millones de toneladas de soja y adquirió 86 millones de toneladas", explica.
Los especialistas creen que el escenario bajista podría modificarse si ocurriera algún evento climático adverso en alguno de los principales países productores. El que asoma en ese horizonte es, justamente, Estados Unidos, que tiene un retraso de la siembra de soja por exceso de lluvias. En ese caso habrá que estar atentos a los pronósticos reales.
Más leídas de Campo
Primer paso. En Entre Ríos amplían la caza deportiva para combatir especies exóticas invasoras
Asedio en Londres. Miles de productores protestan con sus tractores porque tendrán que pagar un impuesto a la herencia
“Mi puerta al mundo”. Un ejecutivo argentino fue designado presidente de una organización global de multinacionales