En Carlos Tejedor, en el noroeste bonaerense, la falta de lluvias en los últimos meses obligó a varios productores a tomar esa decisión
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“Todo seco, todo seco”, repite, sin cansarse, Saúl Mazzieri, productor de la zona de Carlos Tejedor, en el noroeste bonaerense, en un video que grabó. Allí se ve un camión del cual se descarga agua en un tanque australiano de almacenaje. Lo hace porque el campo no tiene agua de calidad para el ganado y no queda otra que comprarla en este momento.
Se trata de una de las regiones donde más pegó la falta de agua en lo que va de la campaña agrícola 2020/2021. Allí, desde agosto de 2020 hasta febrero pasado, llovió la mitad de lo registrado en los últimos tres ciclos productivos.
En el caso de la agricultura, se esperan rindes a la mitad de lo normal en soja y maíz. En ganadería, las vacas se están quedando sin pasto y se les complica el acceso al agua. El 70% de las lagunas de la zona, que de manera permanente son entre 15 y 20 y suman unas 100.000 hectáreas, se secaron y también escasea el agua de calidad de napa.
En este contexto, lo que refleja el video de Mazzieri, que la Asociación Rural de Carlos Tejedor compartió con LA NACION, es que los productores están problemas para conseguir agua para el ganado. Y, en esa necesidad, tienen que salir a comprarla a alguien.
Mazzieri está en una zona conocida como La Laguna “El Toro”, una de las que se terminaron de secar en febrero pasado. Es una laguna que en otros momentos se desbordaba con las inundaciones.
“Así estamos, a pasos de la laguna El Toro, todo seco”, dice el productor en el video. “La única agua aprovechable para la hacienda, todo seco”, repite en otro tramo.
Mazzieri, como otros productores, están comprando agua. Según contó Dante Garciandía, secretario de la Asociación Rural de Carlos Tejedor, hay productores que están comprando a quienes disponen de un camión tanque en el pueblo y que con alguna bomba extraen este recurso de la perforación de una napa. No es agua que se saca de la red de consumo humano.
Otros la adquieren a algún otro productor que, según la zona, pueda tener mejor calidad de agua de bebida. “Es poco probable que te de un vecino porque posiblemente esté en la misma situación. Hay un camionero que, con una perforación en su terreno, carga con una bomba y la lleva”, ejemplificó para mostrar una de las opciones con las cuales se hacen de este recurso.
“El agua de napa es la misma del campo, pero es un poco mejor en el pueblo”, agregó el dirigente de la entidad ruralista.
El servicio se cobra según la distancia y el volumen que se necesite. Puede ir desde los 3000 pesos por día para unos 13.000 litros hasta 20.000 a 25.000 pesos si se requiere unos 25.000 litros.
En la zona rural la napa se alejó en promedio entre 50 y 80 centímetros desde diciembre a marzo pasado.
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