Hay consenso entre los expertos del mercado que la cotización en la Bolsa de Chicago posee fundamentos para nuevas alzas, aunque también dependerá de otras variables
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Hasta ayer, la soja en la Bolsa de Chicago llegó a acumular una suba de casi 90 dólares en los últimos 30 días. Una conjunción de factores lo hicieron posible, entre ellos un saldo exportable de Estados Unidos agotado, una demanda China que no afloja, dudas por la siembra y los stocks y fondos especuladores buscando hacer ganancias con las materias primas. Así, aunque a distancia de los 650,74 dólares por tonelada logrados el 4 de septiembre de 2012, el grano finalizó con un aumento de 8,45 y de 10,20 dólares para mayo y julio, con cierres de 610,13 y de 603,52 dólares por tonelada, respectivamente.
Si bien la soja en Chicago este jueves tuvo fuertes pérdidas por una toma de ganancias, entre los especialistas hay consenso que tiene un trasfondo para seguir en alza. ¿A cuánto? ¿Puede llegar y superar el récord de 2012? Y si lo hace, ¿a qué nuevo nivel? Por cierto, los precios de Chicago no son los que recibe efectivamente el productor argentino. Acá le queda, descontadas las retenciones del 33% y el impacto por la brecha cambiaria, el equivalente a un 36% de lo que marca allá.
“Hay que sembrar (en EE.UU), falta el weather market (mercado climático) en agosto, no se sabe si eso se va cumplir y los stocks no se recomponen. O sea que la estrechez de precios sigue”, señaló Jorge Ingaramo, economista ligado al agro.
Ingaramo dice que no le sorprendería llegar a ver una soja a US$700, un nuevo récord. “Con cualquier ruido productivo cuando los fondos de inversión se están fondeando a tasa cero y pueden comprar commodities aprovechando la inflación, esa combinación puede dar una suba de la soja. Que llegue a US$700 es muy difícil de decir, pero no me asombraría. Tienen que darse esas cosas”, apuntó.
“En Estados Unidos sobran los dólares, pero faltan bienes. Es un mercado alcista y China (para el nuevo ciclo podría hacer una compra récord de 103 millones de toneladas) tiene plata. Todo el mundo tiene más plata y quiere más mercadería”, señaló.
En su informe de ayer, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) dio cifras que revelan que seguirán ajustados los números para la soja. Así, prevé una cosecha 2021/2022 de soja en Estados Unidos de 119,88 millones de toneladas. Esto es 7,33 millones de toneladas más que el ciclo pasado, aunque apenas abajo de los 120,59 millones que esperaban los operadores privados. La nueva producción en Estados Unidos ingresa desde septiembre próximo.
“Si miramos solo balances de oferta y demanda de EE.UU., la soja tendría chances de seguir volando, en especial si hay un verano seco allí, teniendo en cuenta que a Brasil no le queda mucho por seguir exportando y quedaría como casi único proveedor la Argentina, que ya viene moliendo y exportando subproductos”, dijo Paulina Lescano, analista del mercado.
“Ahora, si consideramos que la soja noviembre en ese mismo mercado de Chicago vale 81 dólares por tonelada menos que la mayo, que vence mañana, o US$73 menos que la julio, y que si el clima sigue como hasta ahora, que es bueno en líneas generales y al lunes ya estarán en un 60/70% sembrado, con estos precios muchos piensan que finalmente se va a sembrar más área que la que dijo el USDA”, agregó.
Para Lescano, los compradores chinos van a seguir muy de cerca ese descuento que hay entre la soja de la nueva cosecha y la disponible. “La disponible en EE.UU. vale eso porque es lo mismo que no haya”, afirmó.
Lo que viene
Sofía Ganly, analista de mercados de AZ Group, recordó que desde agosto del año pasado la soja no hizo otra cosa que subir. “Concentrándonos en la última escalada, principalmente en la suba del último mes, en solamente 30 días el precio aumentó unos 90 dólares por tonelada. Esto se debió a factores fundamentalmente climáticos, pero también el incremento en el precio de los derivados y de otros commodities, como el petróleo, ayudaron a que esto se consolide”, dijo.
Indicó que “la pregunta del millón es ¿hasta cuánto podría aumentar?” Al respecto, analizó: “La próxima resistencia a superar se encuentra en el valor alcanzado en el año 2012, momento en que se produjo una sequía tan importante en EE.UU. que se perdieron más de 20 millones de toneladas de producción. De todos modos, fue una resistencia que no se logró romper, y una vez alcanzada podemos observar un recorrido bajista para el precio”.
Ganly le aconseja a los productores “aprovechar las oportunidades que actualmente está ofreciendo el mercado, dado que nadie asegura que se mantengan estos niveles de precios”.
Ariel Tejera, de Grassi SA, destaca que es “imposible” dar una respuesta precisa sobre los precios. Para el experto, el destino de los precios se encuentra íntimamente ligado al devenir del clima en EE.UU. y la superficie que efectivamente se logre sembrar.
“Transitamos meses claves. Los números del momento llevan a proyectar un volumen de producción en torno a 120 millones de toneladas. Sabemos que se cierra el ciclo con muy bajos stocks, por lo que no se cuenta con espacio para sorpresas climáticas adversas. En caso de concretarse una cosecha de tal magnitud, se descuenta que EE.UU. contará con un menor saldo exportable que en el ciclo en curso. Si sumamos que la demanda de China puede continuar creciendo, claramente, las cotizaciones deberán mantener firmeza para asegurar un aumento de superficie sembrada en otros orígenes”, explicó.
Para Eugenio Irazuegui, de Zeni, las cifras divulgadas ayer por el USDA brindan los lineamientos preliminares de la campaña 2021/22. Cree que “gran parte de los fundamentos están contemplados en los precios, por lo que debería darse una falla productiva en EE.UU. para motivar mayores subas”.
“Es muy difícil predecir lo que pueda acontecer de ahora en más, porque el mercado depende de sus propios fundamentos, que son muy buenos, pero también de lo que puede ocurrir con las distintas variables financieras, que están en plena movilidad, como el valor internacional del dólar, las tasas de interés y la marcha general de las economías. En general, hay consenso en que las relaciones de stock y consumo están comprometidas y que la demanda china sigue aspirando la oferta disponible, pero lo que puede acontecer con el resto de las variables es una incógnita”, indicó Ricardo Baccarin, de Panagrícola.
Para Baccarin, estrictamente desde los fundamentos “el escenario luce constructivo para las cotizaciones en el mediano plazo”. Apuntó que el máximo que ya tuvo la soja “es alcanzable, sobre todo si el clima en los EE.UU. se complica y se ve comprometida su oferta”.
Como otros expertos, el integrante de Panagrícola aconseja a los productores “no esperar que lleguen esos máximos” y sí ir tomando estrategias para aprovechar los precios.
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