Ana Clara Mera, que expone sus productos en Caminos y Sabores, utiliza insumos dolarizados que afectan su actividad en el contexto económico actual
- 7 minutos de lectura'
Antes de revelar su verdadero nombre, Poly, como le dicen los amigos, libera una enorme sonrisa que se le dibuja en el rostro y que combina con la boina roja que lleva puesta. Se llama Ana Clara Mera, tiene 29 años, y desde hace cuatro años tiene su propio emprendimiento. Lo inició a partir de una necesidad por un problema de salud de uno de sus hijos y ahora emplea a 27 personas en una planta de elaboración en Villa Urquiza. En medio de la incertidumbre económica que atraviesa la Argentina, lucha para mantenerse a flote, ya que tiene materia prima que está dolarizada.
Su stand está en el “camino de los dulces” de la feria de Caminos y Sabores, que se realizará hasta el domingo en el predio ferial de la Sociedad Rural Argentina (SRA) en el barrio de Palermo. Ella viene de tres generaciones de panaderos tradicionales, pero decidió hacer un cambio hace cuatro años y direccionarlo con la movida sustentable, veggie y eco friendly.
“Hace ocho años tuve mi primer hijo, que tiene problemas intestinales. Nació sin poder consumir lácteos y demás. Y tuve que deconstruir todo lo que había aprendido y aprender de vuelta para aprender a alimentar a mi bebé recién nacido”, explica la joven empresaria. Este fue el puntapié inicial y lo que llevó a la invención de “Poly Artesanal”, su negocio que se expone en la feria como panadería biosustentable. El emprendimiento surgió con propuestas inclusivas, es decir, que apuntaran a todas aquellas personas que, por uno u otro motivo, no pueden consumir algunos productos.
“Podés venir siendo diabético y vas a encontrar cosas para comer. También si sos vegano o hipertenso. Pero, además, manteniendo los principales pilares: que sea rico, saludable e inclusivo. Esa es la idea con que nació la panadería”, narra.
El color y el olor de las crakers rústicas y el de los panes focaccia se sienten desde el otro lado del mostrador e invitan a la gente a probarlos. “La naturaleza es mi fuente primaria de inspiración, sobre todo la materia prima, que voy consiguiendo y que me va llegando a través de redes sociales. Hacemos cositas que son ricas, saludables y son otra opción”, explica.
Su panadería es relativamente nueva, pero en su familia siempre se dedicaron a la elaboración de productos tradicionales. “Llevamos cuatro años en el mercado. Somos chiquitos, pero estamos creciendo muy rápido”, dice esperanzada. La planta de elaboración está en el barrio porteño de Villa Urquiza, donde trabaja un contingente de colaboradores para sacar el pan de maíz, pan integral con semillas, pan de espelta, cookies especiales carrot cake y trufas. “Hacemos todo lo que es pastelería con harina de espelta, que es un pseudo cereal. Es la harina más antigua del mundo y es el mejor cereal del mundo. Tenemos todos los panificados de masa madre y harinas orgánicas. Está bueno”, asegura. Los productos que realizan los vende principalmente en ferias, una de las principales fuente de trabajo en el país.
La movida biosustentable
La decisión de hacer “una panadería biosustentable” la hizo motivada por un “pilar primario” para ella, que es la sustentabilidad y hacer foco en el tema en la sociedad. “Lo que trato de hacer es usar la menor cantidad de plástico posible. En vez de usar cualquier molde para budín o un molde de papel que después lo tirás, uso uno de aluminio que es reciclable. Y, en lugar de usar una bolsa de plástico o film, uso una biocompostable que la podés tirar a la tierra o al compost, o vendemos al peso para no estar usando bolsas de plástico”, describe.
“La biosustentabilidad se basa en un círculo de actividades que te hacen generar eso, que está viva la sustentabilidad. No es que simplemente uso una bolsa biosustentable y nada más, sino que tenemos compost en la planta. No usamos esencias ni colorantes porque conocemos el impacto. Maceramos nosotros, el residuo de eso va a nuestros propios compost, y tenemos nuestra propia huerta de aromáticas. Esto hace que todo se convierta en un círculo de actividad biosustentable”, extiende. La intención, además de involucrarse de lleno en la movida sustentable y eco friendly, es demostrarle a las grandes empresas que se puede ser sustentable y ganar dinero al mismo tiempo. “Ese es nuestro pilar base”, puntualiza.
Los desafíos que tiene que superar
Dentro de los expositores de Caminos y Sabores, es una de las más jóvenes emprendedoras de la feria. Hace ahínco en el esfuerzo que tienen que realizar los pequeños empresarios en el país. “Es muy difícil. ¡Muy! Una cosa es decirlo y otra cosa es convivir levantándonos todos los días a las 5 am y acostándonos a las 11 de la noche o la 1 am. Además, tengo dos hijos pequeños de 8 y 4 años, lo cual hace que todo esto sea difícil en el día a día y que te dé el motivo de levantarte y seguir”, se descarga.
Los constantes cambios en las reglas del juego de la economía de la Argentina y un clima político agitado llevan a los emprendedores y productores a trabajar en medio de la incertidumbre. “Tengo una planta y muchos empleados a cargo y eso es lo que más miedo me da. En el día a día, compartiendo con ellos, haciendo la mercadería viniendo acá y conectándote con el cliente, hace que te des cuenta de que hay millones de posibilidades de poder crecer, pero no. Uno vive en este país como puede. Hay que tener mucha voluntad, pasión con lo que uno hace, y sobre todo no quedarse esperando. Salir, hacer, moverse. Si te fue mal hoy, mañana te va a ir mejor y así todo el tiempo”, narra, esperanzada.
Por otra parte, sostiene que la disparada del dólar y la inflación la llevan a tomar otras decisiones. “Me cuesta mucho tener un precio fijo a los productos. Tengo que estar constantemente poniéndole el precio, porque la materia prima que usamos es orgánica. Usamos todo de alta calidad y eso hace que nuestros precios se manejen con el dólar. Constantemente lo tenemos que estar moviendo y reacomodando, condice lo que uno paga con lo que uno puede vender. A veces la gente no entiende esos aumentos. Esto hace que uno que pierda los clientes; cuando los recuperamos los volvemos a perder. Es difícil y no tenemos tantas herramientas”, manifiesta.
-¿Qué significa para vos trabajar en la Argentina en este momento?
-Es muy difícil si usás materia prima importada. Nosotros tenemos una línea de galletitas en donde usamos, por ejemplo, pasas de arándanos, de ciruela y todas esas cosas se mueven con el dólar. Las harinas orgánicas son aún peor, pero confiamos en que nuestros clientes son para toda la vida, por la calidad del producto que hacemos. A veces, prefiero no tener plata en el bolsillo y seguir brindándole al cliente la mercadería que yo considero que está buena y es respetable. Pero más allá de eso es muy crítico lo que está pasando en el país. Necesitamos una respuesta, planes a largo plazo. No parches. De una vez por todas que la política se ponga las pilas y proyecte, por ejemplo, de acá a 10 años cuáles van a ser las mejoras. Sabemos que no va a ser de un día para el otro. Pero hay planes que han dado resultado.
Por último, quien todos conocen como Poly señala que hay otras acciones que se han llevado adelante, como el tratado de los residuos a través de contenedores reciclables, que impulsa el Gobierno de la ciudad y que poco a poco han generado un cambio de chip. “Hay una superación que no se hizo de un día para el otro. Lleva más de 10 años. Esas son las acciones que como empresaria quiero ver. Ya es hora”, sintetiza.
Otras noticias de Comunidad de Negocios
Salud animal. Estrategias sanitarias exhaustivas y certeras, la clave para cambiar el curso de la resistencia antimicrobiana
Murió Luciano Miguens. Por qué fue la pieza clave de la Mesa de Enlace durante el conflicto donde el campo se defendió del kirchnerismo
US$40 millones de inversión. Una planta embotelladora de Coca Cola reactivó sus operaciones en Mendoza después de 20 años
Más leídas de Campo
Premio. Las fotos de una noche de gran reconocimiento para los hacedores del agro
Advertencia. El CEO de una cadena francesa de supermercados no quiere comprar carne del Mercosur
Excelencia Agropecuaria. A pura emoción, se consagraron los mejores del campo en 2024
Murió Luciano Miguens. Por qué fue la pieza clave de la Mesa de Enlace durante el conflicto donde el campo se defendió del kirchnerismo