Es por la miel y la idea surgió para impulsar la actividad y ayudar a los productores a posicionar sus productos
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Esta semana se conmemora la Semana de la Miel, uno de los productos que atraviesa un periodo crítico dentro de las economías regionales del país. A partir del incentivo al consumo, los expertos resaltan que se trata de un alimento saludable, producido por las abejas a partir del néctar que recolectan de las flores. Además, es un alimento reconocido a nivel mundial y sumamente aceptado por su calidad. Los colores, sabores y sus propiedades antioxidantes van conforme a las regiones, según la flora nativa.
En medio del año atípico que atraviesa la miel motivada por el cambio climático, se produjo un comportamiento de las abejas que derivó en una baja productiva. Sumado a esto, los altos costos de producción desencadenaron la crisis de la actividad apícola. En los últimos años, hubo una baja de producción de colmenas, con costos de movilidad altos y precios a la baja que imposibilitan las reinversiones de los productores en la actividad.
De acuerdo con María Alejandra Palacio, coordinadora del programa INTA PROAP, la miel tiene muchas propiedades y beneficios para la salud por su uso como antibiótico o como alimento medicinal, data desde la antigüedad hasta nuestros días. Explicó que una cucharada de miel contiene mayoritariamente azúcares como glucosa, fructosa y maltosa; vitaminas y minerales en pequeñas cantidades y compuestos antioxidantes (polifenoles y flavonoides). Además, reiteró que existe numerosa evidencia científica que respalda la acción antiinflamatoria, antioxidante, antibiótica, nutriente, hidratante, digestiva, antibacteriana, antifúngica y cardiometabólica de la miel.
La experta recordó que la actividad tiene una “alta dependencia de los precios internacionales”, por lo que se necesita incentivar el consumo en el país de un producto de calidad, natural y con buenas propiedades. “El apicultor es quien cuida las abejas y si bien lo que más se conoce son sus productos, es decir, la miel, polen, propóleos, etc. el mayor impacto de las abejas es su efecto en la producción de alimentos a través de la polinización”, agregó.
El INTA impulsa una campaña en las redes sociales para fomentar su consumo en la Semana de la Miel 2024. Desde el Intaproapi e INTA Argentina mencionaron que el objetivo es promocionar este alimento de calidad, resaltando los diferentes sabores, aromas y colores. “La apicultura genera desarrollo regional, empleo local y la abeja cumple un rol fundamental en los ecosistemas y la producción de alimentos”, precisaron.
“La apicultura en la zona correntina y el Chaco está formada por pequeños productores que se dedican a otras actividades productivas, es un complemento, un ingreso más que tienen un conjunto de pequeños productores. Muchas veces tienen que ver con lo social; en Corrientes hay más de 600 pequeños apicultores que producen miel”, dijo Pablo Vallejos, agrónomo y socio de la cooperativa de Monte Caseros, Corrientes, que a su vez es socia de Coninagro. De acuerdo con la zona donde se produce, la miel tiene diferentes tonalidades. Esto varía según la flora nativa que visitan las abejas. Por ejemplo, las abejas que visitan las flores de ciclo producen mieles más claras. Las de eucalipto son intermedias y las de monte nativo son más oscuras, intensas porque tienen más minerales en la composición. Las que se producen en la pampa húmeda son más claras por los girasoles de la región.
“La miel argentina es buscada en todo el mundo, es de excelente calidad, y somos unos de los mayores exportadores de miel. Se exporta más del 90% de la producción nacional a Europa, Estados Unidos, y otros países a granel en grandes tambores de 330 kilos que se fracciona en destino; por ahí perdemos la identidad de la miel, pero producimos un producto de excelente calidad”, precisó Vallejos.
La Argentina ocupa el tercer puesto como exportador mundial y el cuarto mayor productor. En el país hay más de 20.000 apicultores y más de 4 millones de colmenas. Se producen a nivel nacional 76.000 toneladas de miel y de esto se destinan a la exportación 70.000 toneladas.
En el país la apicultura es una actividad que se realiza en sociedad, es decir, en cooperativismo, porque se comparten espacios comunes como salas de extracción, incluso, la compra de insumos. En esto, las cooperativas y las organizaciones que apoyan el desarrollo de las políticas del sector son claves. “Eso es fundamental porque el pequeño productor no está solo, sino que está acompañado por una organización que piensa en ese sector”, agregó.
José Muñoz, un apicultor de Catamarca, mencionó que en esa región el cambio climático ha provocado que las abejas enjambren -emigren-, lo que ha afectado su producción. La situación se ha agudizado por la falta de asociativismo o cooperativismo que en algunas zonas afecta más que en otras. La actividad también está expuesta a sequías e inundaciones, lo que provoca que la floración no sea constante, por tanto, esto baja la producción.
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