Manfredo Seifert alertó que el sector está atravesando una fuerte crisis luego de la desregulación de la actividad impulsada por el Gobierno
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POSADAS, Misiones.- “Presidente, usted tenía razón cuando decía que el Estado todo lo que toca lo destruye, porque con el DNU 70/23 se destruyó al sector yerbatero”, dijo Manfredo Seifert, productor yerbatero y forestal de Montecarlo, en esta provincia. Seifert es también un reconocido dirigente cooperativista, consejero de Coninagro y vicepresidente de la Federación de Cooperativas.
En una carta abierta al presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, el yerbatero pidió a las autoridades revisar la decisión, incluida en el megaDNU 70/23, de sacarle las potestades regulatorias al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). “En la campaña electoral usted repetía una y otra vez convencido: ‘Lo que el Estado toca, destruye’. ¡Una gran verdad!”, expresó el ruralista. “Con ese DNU, el Estado ‘tocó y destruyó' una organización sectorial que funcionaba, generaba soluciones, crecimiento, desarrollo, estabilidad y contención social en los últimos 22 años”, afirmó Seifert.
“Además, se destruyó un ente privado con función pública de autogestión, autocontrol y autofinanciamiento. Nunca tuvo costo fiscal para el Estado”, señaló el productor en otro tramo de la carta.
El INYM nunca requirió partidas presupuestarias porque se autofinancia con la tasa de fiscalización que se recauda con cada estampilla que se incluye en los más de 500 millones de paquetes de yerba mate que se venden cada año en el país. “Adicionalmente, usted expuso al sector yerbatero a conductas anticompetitivas por derogar funciones importantísimas que tenían funciones de otorgar transparencia al mercado yerbatero. ¡Qué contradicción y despropósito político!”, apuntó este ingeniero agrónomo.
Según un estudio de Coninagro que monitorea a 19 economías regionales, desde 2018 la yerba mate fue el único sector que no estuvo nunca en crisis, con mejores precios pagados al productor, crecimiento de la producción y evolución positiva de los mercados internos y externos. Sin embargo, desde que asumió el nuevo gobierno y se derogó la regulación yerbatera, los productores están recibiendo los precios más bajos de los últimos siete años, quedaron sin organización ni un organismo que canalice sus inquietudes y, además, enfrentan la competencia de la avalancha de yerba importada de Brasil y Paraguay, que viene a mejores precios. Hoy en el mercado yerbatero los 12.000 pequeños productores no pueden cubrir los costos con el precio de la hoja verde que no para de caer en términos reales, ya que se sigue pagando 370 pesos como hace dos meses, pero ahora incluso se cancela con pagos a 60 y hasta 90 días.
Planteo
Sin embargo, para Seifert hay una luz de esperanza y, en esa línea, trazó un paralelismo con lo que ocurrió con las prepagas, que retrocedieron con las subas. “El sector yerbatero se parece mucho al de las prepagas, porque está concentrado también en unas pocas empresas. El señor Presidente demostró que no es un dogmático, sino un pragmático, y tengo la esperanza de que revea su decisión de desregular el sector yerbatero y dejarlo liberado a las fuerzas de un mercado que ya nos está destruyendo”, aseveró.
Para Seifert, el Estado no solo perjudicó al INYM con su DNU sino también con decisiones posteriores, como la no designación de un presidente para el organismo. Una potestad que por la Ley del INYM (aún vigente, a pesar de que se derogaron sus artículos que le daban capacidad regulatoria) sigue teniendo la Secretaría de Bioeconomía. Hoy se cumplen cinco meses desde que se fue el anterior presidente del INYM, Juan José Szcywhoski, y Fernando Vilella, titular de Bioeconomía, a pesar de las promesas sigue demorando la designación de un titular para el organismo. Vilella llegó a anunciar la elección de Daniel Notta como nuevo jefe del INYM, pero luego esa decisión nunca se oficializó. El DNU 70/23 también le dio a la Secretaría de Bioeconomía la facultad de redireccionar los fondos que se recaudan con la tasa de fiscalización y aplicarlos a otros usos distintos al organismo yerbatero.
“Lamentable y triste este nuevo experimento, así lo entendemos productores y cooperativas de la provincia de Misiones”, cerró Seifert, quien durante muchos años fue asesor de la Cooperativa Agrícola Mixta de Montecarlo (yerba “Aguantadora”), una de las top 10 del mercado.
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