Lo advirtió Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), en medio de la caída de producción proyectada como consecuencia de la sequía y las últimas heladas
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Crece la preocupación en la industria molinera no sólo por el volumen sino también por la calidad del trigo 2022/2023. Por la sequía y las heladas tardías, los cultivos sufrieron un fuerte deterioro y ya hay importantes recortes en las estimaciones de producción y temor entre los empresarios a no contar con los estándares de calidad necesarios para la industrialización.
“Volumen no es lo mismo que calidad. Por más que tengamos 14 millones o 13,5 millones, que es lo que por ahora estamos calculando, hay que evaluar su calidad porque no se muele cualquier trigo para hacer harina. Hay exigencias de calidad que tienen nuestros clientes, que tenemos que poder cumplirlas”, alertó Diego Cifarelli, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM).
Indicó que están “realmente preocupados” porque, en medio de la falta de lluvias que hubo en los últimos meses, todos los días se “acorta” un poco más la campaña. En este contexto, aclaró: “Ahora estamos ocupados fundamentalmente en obtener el trigo necesario para poder empalmar con la próxima campaña, que no preveíamos tener que hacer esto. Normalmente, a esta altura de octubre ya tenemos los trigos del norte, pero se cosechó muy poco porque fueron muy castigados por la seca”.
Detalló que en la industria molinera necesitan 700.000 toneladas del cereal para poder empalmar con la próxima cosecha y que, por eso, al Gobierno le plantearon la necesidad de originar al menos 200.000 toneladas de trigo para que los molinos vayan transitando la situación mientras se esperan las ventas de los productores.
Por esa razón, indicó que están “hablando con los integrantes de la cadena” para ver quién “puede vender”.
“Nosotros no le hemos pedido absolutamente nada al Estado nacional que ejecute sobre la campaña que viene. Ninguna definición, ni nada. Solamente hemos estado reunidos una vez con el secretario de Agricultura [Juan José Bahillo] y hablamos fundamentalmente de que necesitamos originar esas 200.000 toneladas urgentes”. Para todo el año que viene la industria necesita 6,5 millones de toneladas.
Según el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), este año se cosecharán 15 millones de toneladas del cereal, un 34,8% por debajo de los 23 millones de toneladas obtenidos el ciclo agrícola pasado.
Para la entidad, en la zona agrícola núcleo la campaña 2022/23 será la peor de los últimos 12 años. En rindes, el registro más bajo fue de 27 quintales en 2012/13 y hoy ya se estima casi 10 quintales menos: 18 qq/ha.
“Es una tristeza enorme por la derrota que significa para el productor. Es un costo hundido e irrecuperable para alguien que apostó al cultivo que le venía dando mucho resultado en los últimos años”, se lamentó Cifarelli.
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