El caso de Surcos, que emitió un bono por US$20 millones, puede replicarse en la cadena
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Si hay un denominador común en las empresas del agro es que estas avanzan hacia una agricultura sustentable, amigable al medio ambiente, de gran productividad, y que pueda crear alimentos en abundancia y económicamente accesibles.
La buena noticia es que no están solas en esta cruzada. Desde hace unos pocos años tienen la colaboración y el auxilio de un actor que promete ser protagónico: el inversor con una fuerte conciencia ambiental y social que propone instrumentos de financiación novedosos.
Es decir, ya no es sólo la renta lo que se analiza para tomar las decisiones de inversión sino un contexto más amplio que incluye la sostenibilidad de las empresas y el medio ambiente.
Desde 2019 a la fecha, en América Latina ha crecido muy rápidamente el uso de instrumentos ambientales, sociales y de gobernanza por parte de los emisores de deuda de América Latina y el Caribe en los mercados internacionales.
Al universo de instrumentos de deuda con estas características, los Bonos Verdes y Sociales son las más conocidos, se agregan ahora los bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB) que contribuyen a financiar la estrategia del emisor para lograr objetivos de sostenibilidad predefinidos dentro de un plazo establecido.
A diferencia de los Bonos Verdes, los SLB se pueden utilizar para financiar cualquier actividad corporativa y no es necesario asignar sus ingresos a proyectos específicos. Sin embargo, el emisor se compromete a alcanzar Objetivos de Desempeño de Sostenibilidad, medibles en torno a indicadores clave de rendimiento (KPI, en sus siglas en inglés) predeterminados, y que el cumplimiento de los mismos sea verificado por un tercero independiente.
El caso de la empresa Surcos se puede replicar perfectamente en otros actores de la cadena agroindustrial. El 3 de este mes emitió una Obligación Negociable vinculado a la sostenibilidad por un monto de 20 millones de dólares. La verificación externa será realizada por Fix SCR. En esa jornada, Surcos recibió en la licitación 93 órdenes por US$ 31 millones, lo que superó las expectativas previas. Este resultado demostró que hay un mercado de capitales interesado en invertir en instrumentos que promuevan iniciativas de sustentabilidad en las empresas o en el cuidado del medio ambiente.
Sectores
Dicho en números: la emisión total de bonos vinculados a la sostenibilidad alcanzó los US$ 80.000 millones a nivel mundial a fines del año pasado, según el análisis de Capital Monitor. Este fenómeno también alcanza a las empresas de la región. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en 2021 hubo un crecimiento exponencial en la emisión internacional de SLB.
Una de las particularidades que tienen estos bonos es que sus características financieras pueden variar dependiendo de si el emisor logra los objetivos de sostenibilidad predefinidos. Los SLB representan una fuente de financiación para empresas de cualquier sector que establezcan objetivos claros.
Sin embargo, las empresas agroindustriales a nivel mundial no son las que mejor están aprovechando estos bonos. Se mantienen lejos de la financiación de sectores como energía y servicios públicos con casi 30.000 millones de dólares o las correspondientes al consumo y la industria con 26.000 y 10.900 millones de dólares respectivamente.
Nuestra cadena agroindustrial genera cada año iniciativas de sustentabilidad de las más variadas, como las que buscan alcanzar la neutralidad en carbono o la certificación de cultivos bajo los estándares de sostenibilidad garantizados.
Existe un gran espacio para acceder a este tipo de financiamiento con inversores dispuestos a promocionar estas políticas empresarias de largo plazo. Es solo cuestión de aprovecharlo.
La autora es directora de Innovación y Propiedad Intelectual de Surcos
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