Permite no depender en forma exclusiva del uso de productos fitosanitarios
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Como es sabido, las malezas son las responsables de importantes pérdidas de rendimiento cuando conviven con nuestros cultivos. Esto se ve sobre todo con el cultivo de maíz, ya que compiten por algunos recursos como luz, agua y nutrientes, a las que este cultivo es muy sensible. Diversos estudios indican que la pérdida de rendimiento originada por malezas ronda entre el 20 y el 80%, dependiendo del estado fenológico del maíz y de la cantidad de recursos disponibles en el ambiente.
Por si esto fuera poco, en los últimos años, han aparecido gran cantidad de especies de malezas que desarrollaron diferentes capacidades de supervivencia a la aplicación de ciertos principios activos y que se tornaron muy difíciles de controlar. Rama negra, Sorgo de Alepo, Capín y Yuyo colorado son algunas de ellas.
Muchos pueden creer que los productos fitosanitarios son la principal herramienta con la que cuentan el productor y los profesionales en el campo para combatir a las malezas. Sin embargo, el manejo integrado de malezas (MIM) le saca muchos cuerpos de ventaja. Esta estrategia considera el uso de diversas técnicas de control, sin depender exclusivamente de alguna de ellas. Entre las técnicas se incluyen el monitoreo frecuente de los lotes; el uso de cultivos de cobertura, cuando esto es posible; la alternancia de herbicidas de diferentes modos de acción; realizar las aplicaciones en condiciones ambientales adecuadas; la rotación de cultivos y manejo del cultivo (densidad, fecha de siembra, genética). También se destaca el conocimiento de la biología de las malezas.
La importancia de conocer la biología de la especie se relaciona a poder identificar los momentos de mayor susceptibilidad para controlar las malezas eficientemente. Lo esencial es realizar el control al momento de su emergencia, cuando las plantas son pequeñas. En este sentido, es fundamental el monitoreo constante del cultivo con el objetivo de identificar las especies “problema”. Esto nos permitirá también conocer el banco de semillas presentes en nuestro lote.
El monitoreo del lote en búsqueda de malezas es una de las principales herramientas sobre la cual se deberá basar la decisión de realizar o no un control con herbicidas. El mismo permite no solo conocer la abundancia y distribución de la comunidad de malezas, sino también identificar las malezas que predominan en el lote. Esta es una de las herramientas más importantes con la que se cuenta para poder tomar decisiones acertadas.
Además, el monitoreo nos permite conocer la fecha y duración del periodo de germinación y comenzar a diagramar una estrategia de manejo. Por ejemplo: en el caso de especies de germinación concentrada, es recomendable esperar a que la totalidad de los individuos hayan emergido para poder realizar el control. Para especies de germinación prolongada es importante la implementación de un barbecho adecuado, teniendo en cuenta la utilización de productos residuales.
Capacitación
Es de suma importancia lograr concientizar y capacitar en el manejo integrado y el uso responsable de herbicidas, a través de la rotación de los modos de acción. Cuando estos últimos no se tienen en cuenta, generalmente se produce una aparición temprana de la resistencia de las especies de malezas a los herbicidas. Esta problemática ha llegado para quedarse y el manejo integrado es la principal herramienta con la que se cuenta para poder retrasar la aparición de nuevas resistencias y manejar las malezas ya presentes en nuestro lote.
Desde la industria de productos fitosanitarios también se viene trabajando en pos de aportar a un menor uso de herbicidas en los sistemas productivos en general y en el maíz en particular.
Hoy se cuenta con desarrollos que van a la mayor especificidad y hacia productos de menor toxicidad, tanto para las personas como para el ambiente. Se están produciendo formulaciones que ayudan en ese sentido, con nuevos coadyuvantes que reducen la volatilidad de los principios activos o desarrollos de nanotecnologías. Incluso hay desarrollos en nuevos modos de acción, pero más a mediano plazo, y nuevos sistemas de aplicaciones. Probablemente muchos hayan escuchado nombrar las aplicaciones selectivas y dirigidas o sistemas de aplicación antideriva, mediante el uso de pastillas de aire inducido, fundamentales para aplicaciones en barbecho o con cultivos jóvenes o bajos.
Estas medidas combinadas, obligan a volver a la agronomía básica, caminando más los lotes. También nos llevan a profundizar los conocimientos en las nuevas tecnologías disponibles para lograr aplicaciones mas eficientes y, como consecuencia, más responsables, logrando mejores resultados y generando beneficios adicionales a las personas y al ambiente.
El autor es director de Gestión Sustentable de Casafe
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