Son productos minerales y orgánicos que se presentan en distintas formas; contribuyen a lograr los cuatro requisitos del manejo responsable de los nutrientes
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El manejo responsable de los nutrientes en los sistemas de producción requiere de la consideración de los cuatro requisitos: fuente, dosis, forma y momentos de aplicación correctos. Estos cuatro requisitos se basan en principios científicos y en evidencia experimental técnica y científica que respalda la toma de decisión.
Cuando hablamos de fuente correcta, en primer término, siempre debemos referirnos a los nutrientes que requiere el sistema o cultivo, es el puntapié inicial. A partir de la determinación de la necesidad de aplicación de un determinado nutriente, según el diagnóstico de fertilidad, vamos a evaluar la dosis, la forma y el momento de aplicación que sincronicen mejor la oferta con la demanda del cultivo y en definitiva hagan más eficiente la intervención. Debemos tener en cuenta que los cuatro requisitos interactúan fuertemente entre sí, es decir que la búsqueda de la mayor eficiencia pasa por determinar simultáneamente la fuente, la dosis, la forma y el momento óptimos para cada sistema y/o cultivo en cada lote o ambiente.
Al considerar la fuente correcta para un determinado nutriente, se dispone de productos minerales y orgánicos bajo distintas formas que ofrecen alternativas en cuanto a forma y momento y afectan la eficiencia de uso de los nutrientes aplicados. Según la organización Aafpco, los Fertilizantes de Eficiencia Mejorada (FEM) constituyen un grupo de productos con “características que permiten una mayor disponibilidad de nutrientes para las plantas y reducen el potencial de pérdidas de nutrientes al medio ambiente en comparación con un producto de referencia apropiado”. Esos FEM se pueden clasificar como:
● Liberación lenta o controlada: un fertilizante conteniendo formas de nutrientes que demoran su disponibilidad para la planta significativamente más que un fertilizante de referencia de rápida disponibilidad, a través de distintos mecanismos: coberturas semipermeables (p.e., urea recubierta de polímeros o azufre elemental), oclusión, proteínas u otras formas químicas (p.e., urea-metileno).
●Estabilizados: un fertilizante al cual se agregó un estabilizador, que es una sustancia que extiende la permanencia en el tiempo del nutriente, por ejemplo, un nitrogenado del fertilizante (urea o amonio).
●Inhibidor de la nitrificación: Sustancia que inhibe la oxidación biológica de amonio a nitrato. Ejemplos: nitrapyrin, DMPP, DCD.
●Inhibidor de la ureasa: Sustancia que inhibe la acción hidrolítica de la enzima ureasa sobre la urea. Ejemplos: NBTP, NBTP+NPPT.
Impactos positivos
Los FEM han sido evaluados en numerosos sistemas de cultivo y demostraron mejoras en la eficiencia de uso de los nutrientes aplicados, con impactos positivos tanto en la productividad como en la reducción de pérdidas al medio ambiente. Entre los nutrientes, el mayor desarrollo se ha dado en nitrógeno (N) fundamentalmente por su alta frecuencia de uso y su movilidad en el sistema suelo-planta.
A nivel nacional, los inhibidores de ureasa han sido los más estudiados. Una revisión reciente de 21 ensayos en maíz realizada por Toribio y colaboradores (2023) muestra que el uso de inhibidor redujo en 73% las pérdidas de amoniaco (NH3), y aumentó 5% y 6% el rendimiento y la eficiencia de uso de nitrógeno, respectivamente.
Los inhibidores de nitrificación demoran el pasaje de amonio (NH4) a nitrato (NO3), lo que permite reducir pérdidas por lavado o desnitrificación de nitrato. Trabajos internacionales muestran incrementos variables en rendimiento entre 0% y 11%, pero generalmente impactos positivos en la eficiencia de uso de N al reducir pérdidas por lavado y desnitrificación de hasta el 51%.
El mercado actual en Argentina ofrece distintos FEM, principalmente inhibidores de ureasa y de nitrificación, así como también algunas alternativas de fertilizantes estabilizados. Estas tecnologías se suman a los biofertilizantes, reciclados y fuentes orgánicas como alternativas a considerar a la hora de decidir fuentes de nutrientes y alternativas de manejo.
Los autores son investigadores del Conicet y de la Udmp y consultor, respectivamente