El nuevo presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), destaca que han tenido un buen nivel de actividad en los últimos dos años y propone que los planes sociales sean reemplazados por empleo
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Con un buen nivel de actividad en los dos últimos años, los fabricantes de maquinaria agrícola nacional buscan que ese fenómeno no sea pasajero. Como en muchos otros segmentos de la agroindustria, piden previsibilidad.
En una entrevista con la nacion, Eduardo Borri, el nuevo presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) tras la finalización del mandato por dos años de Néstor Cestari, sostiene, entre otras cosas, que en el país se puede construir un “Silicon Valley de la agroindustria”, que es necesario impulsar una ley de maquinaria agrícola y que los planes sociales deben ser reemplazados por trabajo en el sector privado.
-¿Cuál es el escenario de la maquinaria agrícola?
-Tanto 2020 como 2021 han sido meses muy buenos por múltiples causas, que coexisten y se complementan. Este gobierno puso a disposición de los productores créditos a tasas razonables. Veníamos a finales del gobierno anterior con tasas del 70/80 por ciento. Nadie hace nada con ese tipo de tasas. Pero hay un punto mejorable respecto de eso: a aquellos productores que tienen más de un 5% del stock de granos no se les otorgan créditos. En realidad, el Gobierno no interpreta que financiar la cadena de valor es tan importante como financiar al usuario final que es el productor. El gobierno nacional tiene un discurso pro-industria y medidas que acompañan. Hay que resaltarlo sin que esto signifique ser o parecer oficialista.
La otra causa, que no es inherente a este gobierno ni al anterior, es que la Argentina se quedó sin dólares. Teníamos algunos rubros de maquinaria agrícola con el 30/40 por ciento de ventas de productos importados y 70 % nacional y hoy te encontrás que estás en el 90% nacional y el 10% importado.
-¿Cuáles fueron los otros factores que impulsaron la actividad?
-El precio de los commodities y también la brecha cambiaria. ¿Cómo quedó la foto? Es un tema que vamos a trabajar en los próximos años en la industria. Hay un tema pendiente: tener muy buenas mediciones de lo que está pasando en la industria. Hay diferencias entre lo que muestra el Indec y lo que mostramos nosotros. Hay que sentarse junto con el Indec y generar una estrategia. No se puede controlar bien lo que no se mide.
-¿A qué se refiere?
-El Indec saca estadísticas de maquinaria de lo que es nacional o importado que no son reales. Una fábrica que está instalada en tal o cual provincia y cree que esa máquina nacional, y no lo es. Está mal medido. Es una responsabilidad nuestra lograr un trabajo conjunto para que eso se corrija.
-¿Y en términos de trabajo?
-Hemos visto un crecimiento del 20% en la mano de obra. Todos estamos tomando más gente. Pero hay un tema que está empezando a ser crítico, porque el 95% de las empresas está en el interior del interior, con poblaciones pequeñas, de 10 mil a 40 mil habitantes, si tenés que salir a conseguir 50 personas no es fácil.
-¿Que no consigan esa mano de obra es porque no hay calificada o hay otra razón?
-La gente que estaba formada ya se ocupó. Nosotros trabajamos con programas provinciales de capacitación en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. Las fábricas estamos capacitando puertas adentro. En el interior las fábricas estamos con el trabajo a pleno. Llegó el momento de convertir los planes sociales en empleo genuino.
-¿Y el escenario futuro?
-Muchos asociados están haciendo inversiones en tecnología. No solo el productor o el contratista, sino estamos invirtiendo en maquinaria, tornos y equipos láser. Esto es muy bueno. Para adelante, todos se preguntan cuánto va durar. Tenemos que lograr que este ritmo de actividad se sostenga. Por ejemplo, con una ley de maquinaria agrícola que el sector está buscando: es la madre de todas las batallas. Vamos a Brasil y queremos vender nuestros productos. Si no estamos instalados y verificados por el Finame (agencia de financiamiento industrial del Banco Nacional de Desarrollo, de Brasil) no tenemos acceso al crédito, en reales, en moneda blanda no moneda dura. Tenemos que hacer la inversa acá. Si queremos estar instalados acá y queremos tener créditos a tasas razonables, en definitiva alguien lo está pagando, es porque se paga para fomentar el empleo argentino, no para fomentar el empleo de otro país. El núcleo de la duro de la ley es definir qué significa ser fabricante nacional, cuál es el nivel mínimo para que algo sea considerado nacional. En países vecinos no es que esté prohibido el producto importado. Si lo querés, vas a la banca privada y conseguís financiarte de una manera no pública. Es poner a los bancos públicos a ejercer ese músculo de industria nacional. Hoy esa preferencia no está. Lo que queremos es que haya una ley que dé previsibilidad, que trascienda a los gobiernos. Es política industrial, no es partidaria.
-¿Y en qué porcentaje?
-Estamos planteando que entre el 50 y el 60 por ciento de contenido nacional depende del equipo. Además, la ley debería tener un capítulo especial sobre exportación, para aquella empresa que genere divisas genuinas exportando maquinaria agrícola. Estamos en un mínimo de exportaciones, explicado por falta de competitividad sistémica. Estamos en una décima parte de lo que podríamos exportar. Esto se podría multiplicar con un plan. Caímos de 500 millones de dólares a 50 millones de dólares, que es nada. Nos pueden poner una regla, que nos digan ?está bien, protegemos esto, pero incrementen los valores de exportación o las cantidades de productos exportados’.
-¿Hay productores que plantean que si se protege a la maquinaria agrícola nacional ellos van a tener que pagar más por la maquinaria. ¿Ustedes qué opinan?
-Puede ser interpretado así, pero no es lo que ocurre en la práctica. Hay fábricas que tienen 90 años vendiendo productos, otras, 50 años. Cuando yo digo que hay que tener una mirada sistémica, creo el productor tiene que entender que para que las cosas sean sostenibles en el tiempo hay que involucrarte con el otro y entender que si no lo pagás por un lado lo vas a pagar por el otro. Un país como el nuestro que no tenga industria no se puede sostener en el largo plazo. Yo también quiero cero retenciones y que lo que hoy se gasta en planes sea reemplazado por empleos que damos en nuestras industrias.
Si hay algo que la Argentina tiene para vender es el conocimiento de su agricultura y su conocimiento agroindustrial. La Argentina tiene que tener el “Silicon Valley de la tecnología agroindustrial, su “Agro Valley”, así como existe el Silicon Valley en California con las empresas de tecnología. La región pampeana podría perfectamente serlo con el cruce de empresa, cámaras, universidades y clusters. Tenemos todos los condimentos para desarrollarlo en los próximos años.
-¿Qué habría que hacer para alcanzar ese objetivo?
-Es tener un pensamiento más sistémico y menos individual. Vengo de otras ramas de la industria, y veo que podemos alinear los planetas. Hemos sido los desarrolladores de la siembra directa y eso ha significado ser los menores consumidores de combustibles fósiles por hectárea del mundo. Yo levanto la vista acá y tengo a un productor que conoce de tecnología y que puede mejorar lo que yo fabrico. Es la cercanía con el productor.
Hay muchas empresas que están tomando el conocimiento desde acá, de estos suelos, y globalizando desde afuera. Tenemos que aprovechar el conocimiento que generamos y globalizar desde acá.
Financiamiento
Para Eduardo Borri, nuevo presidente de Cafma, uno de los puntos pendientes para mejorar es la cuestión de la competitividad y de la presión impositiva, como, por ejemplo, ingresos brutos. “Hoy un industrial dice ?tengo los estándares mundiales y tengo calidad, pero soy competitivo hasta el portón de la fábrica, abro la puerta y me atropella la realidad, no tengo la ruta en condiciones’”. Respecto de la relación con el Gobierno sostiene: “Como institución debemos ser desafiantes de los gobiernos de turno. Decir las cosas que están bien y las que están mal”. En cuanto al financiamiento, destaca el papel del sector privado. “Está acompañando. Hay líneas de inversión productiva. Todos los bancos están obligados a colocar. Desde Cafma estamos trabajando con un proyecto de pagaré bursátil en granos”, afirma.
Ficha
Edad: 56 años
Profesión y cargo: Ingeniero electrónico, presidente de Metalfor y de Bertotto Boglione
Familia y origen: Casado con María Rosa. Tiene tres hijos: Santiago, Gerónimo y Marcos. Nacido en Marcos Juárez
Lema “Tengo en el ADN que a las cámaras empresarias uno va a servir, no a servirse”
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