De la evolución tecnológica se desprende una optimización en los cultivos y una mejora en la toma de decisiones que lleva al sector por un mejor camino
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La personalización e interconexión de los datos de los cultivos con la ayuda de la tecnología fue el tema central que se discutió en uno de los paneles del sexto capítulo de Negocios del campo, el encuentro organizado por LA NACION.
La empresa GDM Seeds es referente en la producción genética de Sudamérica y parte de ese logro se lo debe a la innovación. “La cultura de la empresa y la innovación pasa más por incorporar tecnología, la ciencia que hay disponible en todos nuestros procesos para hacerlos mucho más eficientes”, comenzó el director de Negocios de GDM y director Global de Licencias Latam, Santiago De Stefano.
En esta línea, el director de Stine Seed Sudamérica, Ignacio Rosasco, destacó la importancia de la rapidez en la toma de decisiones en el rubro: “Un soporte muy fuerte en los análisis nos permite tomar decisiones rápidas y esas nos permiten innovar y estar cerca del productor en base a su necesidad”, explicó.
Por su lado, el aporte de una entidad financiera como Banco Galicia consiste en buscar una transformación digital y hacer llegar los productos mucho más ágilmente a los clientes. La clave que destacó su gerente Comercial Agronegocios, Hernán Busch, fue hacer hincapié en la fácil y simple usabilidad de las plataformas, “incluso más, teniendo en cuenta que conviven distintas generaciones en una empresa que de alguna manera te obliga a que todo el mundo pueda utilizar los productos y que realmente puedas llegar a todos los clientes y dar el servicio que están esperando de vos”, comentó, y continuó: “La tecnología es un camino de ida que nos va acompañando y llevando a todos a ser más eficientes”.
La interconexión de los datos
Los cuatro panelistas coincidieron en que el buen uso de los datos y su interconexión entre distintas herramientas permite la evolución del sector. De hecho, Stefano explicó que está desarrollando junto a Microsoft un simulador denominado Optimus, que “quiere ir al campo de producción, ver la necesidad y llevarle una solución puntual personalizada”, detalló el ejecutivo de GDM.
La interconexión de los datos entre distintas herramientas es la optimización en la eficiencia que todos los productores están esperando. Desde GDM, se dedican a reforzar la alianza “con distintas empresas para poder juntar tecnologías y poner el conocimiento disponible para hacerlo de forma eficiente”.
A partir de la idea de que un productor cargue los datos en un lugar y después pueda usar esa misma base para relacionarla con otra herramienta y así agilizar los procesos, Fernando López Iervasi, gerente General de Microsoft en la Argentina piensa que “eso va a permitir que comunicándonos todos le agreguemos mucho mas valor al cliente, al productor y se termine valorizando toda la cadena”.
Desde la rama de la genética, en Stine Seeds apuestan por la producción de variantes híbridas de maíz de madurez distintas “que le permita al productor anticipar su cosecha, no tener gastos innecesarios en el secado”, se explayó Rosasco, y añadió: “Estamos ofreciendo eventos tecnológicos de última generación que evitan el uso innecesario de insecticidas o de herbicidas para el control de las malezas o de insectos”.
La premisa en la que se apoya Microsoft es en la democratización de la tecnología, donde analizó que “el que más se va a beneficiar es el pequeño que no tiene una estructura de gente o de tecnología, o que capaz que no está capacitado en el conocimiento y hoy en día estamos en un mundo de bajo código donde cualquiera puede crear su propia tecnología”.
Personalizar con tecnología para aumentar la productividad
“Cuando uno planta una semilla o elige una genética, está definiendo el potencial de productividad que puede tener ese ambiente o lote. El rol del mejoramiento genético es aumentar ese potencial”, explicó De Stefano. A partir de los trabajos en su empresa, estimó que “en 10 años la productividad podría aumentar un 30% debido al rol de la genética fundamentalmente al rol de la genética colaborando con otras tecnologías”.
La inteligencia artificial es una gran herramienta para el campo. “En Optimus hay un montón de fuentes de datos, climatología, fenotipado, genotipado, se mete en una especie de algoritmo y le doy una recomendación al productor para que en tiempo real decida en ese m² qué semilla tiene que poner o en qué momento cosechar”, destacó el representante de Microsoft en diálogo con la periodista Carla Quiroga.
Redobló la apuesta planteando una conexión global de los datos en tiempo real. Usó como ejemplo las máquinas inteligentes de campo que imprimen datos y puso sobre la mesa la idea de usar inteligencia artificial para permitir “que una máquina se calibre funcionando en tiempo real con conocimiento de otras máquinas similares que están funcionando en otra parte del mundo” y así fusionar conocimientos. Eso se haría “en una lógica del ecosistema todos se benefician de algo que fue creado por otro”, describió.
La sustentabilidad en el campo
El gigante tecnológico de Microsoft trajo al panel un concepto que atraviesa todas las áreas de las empresas: la sustentabilidad. López Iervasi explicó que para cumplir con la meta de alimentar a 9000 millones de personas para 2050 y, teniendo en cuenta que requieren de dietas personalizadas, “hay que hacerlo con un uso de tecnología importante”. Agregó que, para hacerlo de manera sustentable, se enfocan en el “uso de tecnología para mejor la utilización del agua, la reducción de la huella de carbono, la reducción del impacto en el ecosistema y el manejo de desperdicios”.
“No hay rentabilidad a largo plazo si no tiene la sustentabilidad en la ecuación”, estableció Busch. Desde la entidad financiera adhieren a los principios de bancas responsables, comprometiéndose a medir la huella de carbono de la cartera.
La presencia de sensores y fuentes de imágenes desde distintos ángulos fue un tópico que acaparó la atención del panel por unos minutos. Los especialistas mencionaron la utilización de imágenes satelitales para predecir la madurez de la siembra, o de drones para atender estratégicamente un sector afectado y, por ejemplo, fumigar solamente un área determinada en lugar de hacerlo con todo el lote.
El uso de robots que vigilan y monitorean la siembra planta por planta también es una gran ayuda que permite “tener la evolución exacta de cómo esa planta individual fue creciendo, como le afectó una determinada condición climática, de mayor tecnología o mayores lluvias o sequía, eso nos permite conocer a fondo los genes involucrados y de esa forma ser más eficientes”, detalló De Stefano.
Los desafíos del futuro del agro
Entre los desafíos que le esperan al campo, De Stefano, de GDM, señaló la conexión con el consumidor final, donde llamó a “romper con la situación donde el campo está por un lado y la ciudad por otro para contar lo que hacemos”.
Se sumó a la propuesta comunicativa de Rosasco, quien imaginó que “el campo del futuro es un campo interconectado en todas las áreas, con las commodities, el medio ambiente y la mejor tecnología para dominar las malezas”.
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