En una clara señal de las ambiciones internacionales de las empresas estatales chinas, China National Chemical Corp. está cerca de concretar la compra de Syngenta AG en un acuerdo que valora al fabricante suizo de pesticidas en unos US$43.000 millones, indicaron fuentes al tanto.
Un acuerdo todavía tiene que superar varios obstáculos. La operación se podría anunciar hoy, aunque las negociaciones pueden fracasar, enfatizaron las fuentes. Una fusión marcaría apenas el comienzo de un proceso complicado para obtener la aprobación de los reguladores de todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, el centro de operaciones de una parte significativa del negocio de semillas y pesticidas de Syngenta.
Tampoco se descarta que aparezca otro interesado. Las empresas químicas y agrícolas atraviesan una ola de consolidación que comenzó el año pasado cuando la estadounidense Monsanto Co. propuso sin éxito la adquisición de Syngenta por US$46.000 millones.
China National Chemical, más conocida como ChemChina, ofrecería 470 francos suizos en efectivo, unos US$461 por acción, según fuentes al tanto. Banqueros e inversionistas advirtieron que será difícil que Monsanto, u otro pretendiente, iguale la oferta en efectivo. De fructificar, la transacción representaría la mayor adquisición de una empresa extranjera por parte de una compañía china. Tal honor recae actualmente en la petrolera Cnooc, que en 2013 pagó US$18.200 millones por la canadiense Nexen.
El pacto necesita la aprobación de los reguladores de Europa y EE.UU., un proceso que podría ser complejo, advierten banqueros y reguladores. Se prevé que las autoridades estadounidenses, en particular, harán un examen bastante riguroso puesto que el negocio de semillas de Syngenta tiene su sede en EE.UU. Cerca de una cuarta parte de las ventas de Syngenta provienen de América del Norte. La empresa se formó en 2000 tras la combinación de los negocios agroindustriales de los laboratorios Novartis AG y AstraZeneca PLC.
Las negociaciones coinciden con las dudas en torno a la desaceleración de la economía china y la capacidad de Beijing para manejarla, en parte al orquestar una devaluación paulatina del yuan. Los intentos de las autoridades han sacudido los mercados globales de acciones, bonos y divisas.
Los banqueros han señalado que la reciente seguidilla de adquisiciones de parte de compañías chinas insinúa que anticipan una nueva depreciación del yuan. La devaluación de la moneda encarece las compras en el exterior, por lo que las empresas aprovechan para sellar ahora los acuerdos.
Pese al enfriamiento de la economía, las compañías chinas gastaron el año pasado más de US$112.000 millones en adqui-siciones internacionales, según la proveedora de datos Dealogic. ChemChina ha sido una de las empresas que más se ha llevado la mano al bolsillo. El mes pasado, acordó la compra del fabricante alemán de equipos KraussMaffei Group por US$1.000 millones y asumió una participación de 12% en Mercuria Energy Group, una corredora de energía que no cotiza en bolsa, por un monto no revelado.
Un acuerdo marcaría otra ronda de consolidación en el sector químico luego de que DuPont y Dow Chemical Co. anunciaron su unión en diciembre. La tendencia ha reducido el número de empresas que dominan el mercado global de semillas y pesticidas.
Monsanto dio el puntapié inicial a la actual ola de consolidación. Luego de un infructuoso cortejo de los inversionistas de Syngenta y de elevar la oferta a US$46.000 millones en efectivo y acciones, Monsanto abandonó el intento en agosto pasado. Muchos accionistas de la empresa suiza quedaron frustrados ante la brusca caída de las acciones de la compañía en medio del deterioro de la industria. Desde entonces, Syngenta ha revelado estar en conversaciones con múltiples empresas, dejando atrás su resistencia inicial a una venta.
El acuerdo, no obstante, no está exento de riesgos. ChemChina podría necesitar el visto bueno del Comité de Inversiones Ex-tranjeras en EE.UU. (CFIUS, por sus siglas en inglés), el ente gubernamental que examina las implicaciones de las fusiones para la seguridad. Las adquisiciones de empresas chinas en EE.UU. han sido evaluadas a fondo en los últimos años.
El propio CFIUS, por ejemplo, acaba de desbaratar la compra del negocio de iluminación de Philips NV por parte de una compañía china. La filial del conglomerado holandés tenía operaciones de investigación y desarrollo en EE.UU. No está claro si el negocio de pesticidas y semillas de Syngenta desataría los mismos problemas regulatorios. "El riesgo regulatorio parece significativo", indicaron los analistas de Credit Suisse, quienes aludieron al portafolio de investigación y desarrollo y pro-tección de cosechas.
ChemChina es una de las empresas estatales más grandes y ambiciosas de China. El grupo, que no cotiza en bolsa, tiene 140.000 empleados y en 2013 facturó cerca de US$36.500 millones, según su página web. La compañía, encabezada por su fundador, Ren Jianxin, ha tratado de presentarse en los últimos años como abierta e internacional. Luego de comprar el año pasado el fabricante de neumáticos italiano Pirelli & C. SpA, sus ejecutivos, incluyendo Ren, organizaron en su sede en Beijing un encuentro de tres horas con la prensa extranjera en la que manifestaron su pasión por el fútbol y la historia de Europa y prometieron preservar la autonomía de la empresa italiana.
Ren es un caso peculiar en las gigantescas empresas estatales de China. Muchos colosos estatales nacieron de las reformas del gobierno en los años 80, pero Ren forjó su compañía a partir de cero. En 1984, fundó la empresa química China National Bluestar Group Co. con un crédito de 10.000 yuanes. Como parte de una reestructuración iniciada por el gobierno en 2004, la empresa de Ren fue absorbida por ChemChina y el ejecutivo asumió la presidencia.
Brian Spegele, Eyk Henning, Jacon Bunge, Rick Carew y Shayndi Raice
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