El fenómeno climático La Niña, que provoca lluvias por debajo de lo normal, habría entrado en “su proceso de disipación”, según señaló en un informe la Bolsa de Cereales de Buenos Aires
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Después de tres años consecutivos con el fenómeno La Niña, que ocasiona lluvias por debajo de lo normal, el evento está dando muestras de haber entrado en “su proceso de disipación”. Esto significa que en el corto plazo mejorará el transporte de humedad desde la Amazonia y el Océano Atlántico hacia el interior del Cono Sur, favoreciendo la reactivación de las lluvias y la moderación de las temperaturas en el país. Es una buena noticia para el campo luego de haber perdido la mitad de la cosecha de trigo y mientras enfrenta problemas para concluir la siembra de soja y de maíz. Es, además, un dato alentador para el Gobierno, que necesita sostener las reservas del Banco Central (BCRA). Vale recordar que la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que por culpa de la sequía el sector agropecuario en 2023 podría liquidar entre US$9570 millones y US$15.842 millones menos.
La tendencia sobre el fenómeno de La Niña surge del último informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). Si bien la entidad aseguró que el sistema climático evoluciona positivamente, “alejando de una tercera La Niña consecutiva”, alertó que “la transición será lenta y mostrará perturbaciones hasta mediados del verano 2023″.
En la BCBA indicaron que es necesaria “una planificación prudente, un manejo riguroso y un uso racional de la tecnología disponible”. En rigor, la falta de humedad superficial y la ausencia de lluvias vienen afectando el avance de las sembradoras para la implantación de soja y de maíz.
En el último informe sobre la campaña agrícola, la entidad informó que la siembra de soja cubre el 60,6% de las 16,7 millones de hectáreas proyectadas. Tiene una demora interanual de 12,6 puntos porcentuales. En tanto, en maíz el avance en las labores se ubica en el 51,8% de las 7.300.000 hectáreas proyectadas. Esta superficie representa en números absolutos 400.000 hectáreas menos que las implantadas la campaña previa.
Respecto del clima, según la organización en el mediano y largo plazo el cambio operado fortalece la transición hacia un estado “Neutral” con posibilidad que hacia mediados de 2023 se inicie un evento de “El Niño” que beneficiaría a la campaña 2023/2024.
La perspectiva para el verano con relación a las precipitaciones es que se observarán lluvias en aumento en la mayor parte del centro y el este de la región pampeana que “llevarán las reservas de humedad de los suelos a un nivel adecuado”.
Hoy el contexto es alarmante. En rigor, de acuerdo al Sistema de Información sobre Sequías para el Sur de Sudamérica (Sissa) el 53,37% de la Argentina enfrenta diferentes grados de afectación por la falta de lluvias (más de 1,3 millones de kilómetros cuadrados).
Si se analiza por categoría y provincia, el Sissa arroja que en Buenos Aires el 31,34% está en sequía severa y el 26,84% en sequía extrema, por ejemplo.
En tanto, en Santa Fe un 50,09% del territorio se encuentra en sequía severa, un 39,84% en extrema, un 8,63% moderada y un 0,80% en sequía excepcional. En Córdoba, el 39,88% del territorio está en sequía severa y un 41,79% en sequía moderada. El 5,92% del territorio cordobés permanece sequía extrema y el 6,23% anormalmente seco. Solo el 6,19% no está seco.
De acuerdo a la BCBA, en el verano se experimentará un progresivo calentamiento: se pasará de un “Neutral Frío“, al comienzo del proceso, a un “Neutral Absoluto” (Anomalía Nula) al final de la estación, a lo que se unirá una actividad de los vientos polares menor.
Luego, para mitad de año podría arribarse a un estado de “El Niño”. Esto, si se mantiene la tendencia prevista, podría significar un calentamiento dentro del rango “Neutral Cálido”. Frente a esto, el riesgo de heladas tempranas se reduciría.
“Mientras en 2022 las heladas agronómicas comenzaron en gran parte de la región pampeana argentina a finales de marzo, en la temporada 2023 su inicio se prevé entre mayo y junio, cerca del rango normal de fechas”, detalló la entidad.
“Un comienzo más tardío no implica una menor intensidad, ni un final más temprano”, aclaró. No obstante, señaló que “la tendencia del sistema climático hace suponer que la temporada 2023 será más benigna que las anteriores”.
Vale recordar que en esta campaña gran parte de la caída de los rindes de los cultivos invernales fue consecuencia, además de la falta de lluvias, de las heladas tardías que afectaron en un período crítico para la definición de los rendimientos.
Respecto de las precipitaciones en esta época del año, detalló que la mayor parte del centro y el este de la región pampeana y el Uruguay recibirán precipitaciones cercanas a la media, llevando las reservas de humedad de los suelos en un nivel adecuado.
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