"Tiene que haber políticas públicas en favor de los agricultores para cuidar el suelo, soy partidario de eso y no de la coerción."
Quien sostiene esa posición no es un dirigente rural: es el doctor Rattan Lal, coganador del premio Nobel de la Paz en 2007, ganador del Premio Mundial de la Alimentación 2020 y profesor de Ciencias del Suelo y director del Centro de Gestión del Carbono y Captación de la Universidad del Estado de Ohio, Estados Unidos.
El científico habló con periodistas de América Latina y del Caribe antes del lanzamiento del programa "Suelos Vivos de las Américas" que el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA) hará este viernes.
"En el mundo general, pero en especial en los países en desarrollo, necesitamos políticas que favorezcan a los agricultores y a la agricultura, para que los seres humanos convivan con la naturaleza", señaló.
"La degradación del suelo es un problema muy serio a nivel mundial, un tercio de los suelos están degradados", alertó. Esto ocurre por diversos motivos: la erosión, el agotamiento de los nutrientes y algunas prácticas de los agricultores que "quitan todo del suelo y no devuelven la biomasa", explicó.
Esta situación es particularmente grave en América Central y el Caribe, la zona andina, el sudeste asiático y la África subsahariana.
Según su visión "debe haber una gestión de largo plazo de los recursos naturales" ya que "la restauración del suelo no debe ocurrir de la noche a la mañana".
Lal explicó que cuando se adoptan las mejores prácticas de manejo los efectos se ven de a dos o cinco años. "Tal vez el impacto significativo se vea en diez años; la restauración de suelos es un proceso muy largo, pero la degradación ocurre muy rápido", dijo. "Es como derribar un edificio, se puede tirar con una bola muy grande, pero si hay que reconstruirlo es muy largo", señaló.
Para el experto, las mejores políticas que pueden adoptar los gobiernos para restaurar los suelos deben orientarse hacia las recompensas y no a los castigos. "Los agricultores deben ser recompensados, yo he estado proponiendo los créditos de carbono", explicó.
"Podemos restaurar el carbono orgánico comprándolo a un buen precio, a 50 dólares por hectárea para que los agricultores tengan otra fuente de ingresos", dijo. Y, por ese motivo, opinó que las políticas públicas deben "tratar de compensar a los agricultores".
Para Lal, se les debe dar un reconocimiento a los productores para que los "recursos naturales sean gestionados de manera sostenible".
El experto consideró que muchos de los objetivos de desarrollo sostenible propuestos por las Naciones Unidas no se están cumpliendo. "El suelo y los recursos naturales no están recibiendo el respeto que se merecen", advirtió. "Se necesitan políticas que favorezcan la agricultura, los agricultores y que recompensen las Buenas Prácticas Agrícolas a nivel mundial, pero sobre todo en América Latina", sostuvo.
Cuando fue consultado sobre los sistemas de producción en la región, Lal elogió a Brasil y a otros países de la continente exportadores netos de alimentos. "Zonas como el África subsahariana tendrían mucho que aprender de América Latina, por eso promuevo la cooperación Sur-Sur, la región lo puede hacer con otras áreas como Asia", sostuvo. No obstante, dijo que no había relajarse y enfrentar los desafíos del futuro con "conocimiento científico".
El programa "Suelos Vivos de las Américas", adelantó Lal, promoverá la "agricultura de conservación en la región" y sostuvo: "Nos va ayudar a restablecer las funciones y la salud del suelo, a adoptar las mejores tecnologías, a medir el impacto del secuestro de carbono, a evaluar la tasa de restauración y, sobre todo la resiliencia, ante eventos climáticos extremos".
Con este programa se analizará el efecto de los fertilizantes naturales, cuánta energía se puede ahorrar para reducir la huella de carbono y se adoptarán medidas para proteger el suelo, entre otras herramientas. A su vez, se buscará una mayor colaboración del sector privado y de la sociedad. "Hay mucho por hacer para que América Latina sea más amigable con el medio ambiente", opinó.
En tanto, el director general del IICA, Manuel Otero, destacó que "proteger el suelo es trabajar en la mitigación y adaptación del cambio climático", y señaló que el programa va estar "basado en ciencia".
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