En la zona agrícola núcleo se están registrando rendimientos de trigo mejor de lo esperado, aunque la helada de octubre pasado también dejó pérdidas en muchos casos
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En los campos del partido bonaerense de Pergamino, ubicado en una de las regiones más productivas de la Argentina y que fue de las más afectadas por la última sequía, las cosechadoras están en plena actividad y revelan resultados que sorprendieron porque brindan un panorama significativamente mejor al esperado, aunque con algunas disparidades. Hay lotes en donde los rendimientos superaron ampliamente las expectativas de los productores, incluso con récords de 7000 kilos por hectárea cuando el promedio de la zona suele ser, en un año normal, de 4000 kilos. No obstante, en contraste, otros lotes sufrieron considerables afectaciones por las heladas, con pérdidas de hasta 40%. Asimismo, algunos productores indican que ciertos cultivos, aunque afectados por las bajas temperaturas, conservan condiciones que permiten obtener rindes óptimos.
“En algunos lotes nunca antes habíamos alcanzado los rendimientos que estamos observando este año”, afirmó el productor agropecuario y contratista rural Javier Domenech, en diálogo con LA NACION, al referirse a algunas de las 400 hectáreas de campos de terceros que cosechó en los últimas.
“Dependiendo el lote, la variedad de semilla utilizada y la fecha de siembra hay una disparidad; por un lado, hay rendimientos récord y, en el otro extremo, lotes que quedaron muy afectados por las heladas”, afirmó. No obstante, aclaró: “Como el rendimiento estaba tan bueno, incluso habiendo sido afectados [los cultivos] por las heladas, va a dar rindes dignos”.
Domenech sembró los campos de sus clientes entre el 28 de mayo y el 12 de junio pasado. La implantación la hizo con suficiente humedad, pero no había reserva de agua en el perfil del suelo. “La lluvia de Santa Rosa, a fines de agosto, llenó el perfil, y encima llegó cuando el trigo estaba en encañazón; eso benefició mucho para que hoy estemos encontrando estos rendimientos”, señaló. Algo similar pasó con las heladas, pero con efecto contrario: ambas cayeron entre el 12 y 13 de octubre, un momento en que el trigo estaba en etapa de floración.
En su caso en particular, ayer empezó a cosechar las 163 hectáreas de trigo que sembró en su campo ubicado en Arroyo Dulce, una localidad perteneciente al partido bonaerense de Salto. Pero, a diferencia de lo que ocurrió con la mayor parte de sus clientes, él es uno de los afectados por las heladas, por lo que hay una merma de rendimiento de entre 25 y 20%. “Igual teníamos muy buen trigo, así que de todas formas vamos a tener una buena cosecha”, apuntó.
“Al ingresar a zonas con mayor tecnología, campos más planos y menos afectados por las heladas, la respuesta de la genética fue impresionante”, dijo el ingeniero agrónomo y productor agropecuario Jorge Josifovich, que asesora varios campos de la zona. A pesar de la falta de lluvias significativas este año, el especialista destacó el potencial genético de las variedades de trigo utilizadas en la actualidad.
Asimismo, indicó que también contribuyó el remanente de la fertilización del año pasado, que produjo mucha mineralización y poca extracción por los efectos de la sequía. “Eso, sumado al aporte de fertilizantes de este año, fue un combo muy bueno para potenciar los lugares donde el trigo dio muy bien”, precisó.
Detalló que los trigos ubicados en áreas menos expuestas a las bajas temperaturas, especialmente en lotes sin depresiones donde el aire frío tiende a asentarse, lograron rendimientos en el orden de los 5500 kilos por hectárea. Aunque hay picos de 7000 kilos.
Sin embargo, comentó que la historia es diferente en ciertas zonas como Arroyo Dulce, Manantiales, Fontezuela, Villa Dafonte, y otras áreas con topografía más ondulada. “En estos lugares, donde las bajas temperaturas tuvieron un mayor impacto, los promedios oscilan entre 4000 y 4500 kilos por hectárea”, describió.
Gustavo Rasuk terminó de cosechar las 190 hectáreas de trigo que sembró en la localidad de Manuel Ocampo. “Los rindes fueron muy por arriba de lo esperado”, expresó el productor, que cosechó más de 6000 kilos por hectárea.
El agricultor relató que comenzó la siembra el 2 de junio con “la humedad justa”. A pesar de las precipitaciones de entre 20 y 30 milímetros durante el primer periodo de desarrollo del cultivo, que favorecieron su crecimiento, destacó la relevancia de dos lluvias abundantes, de alrededor de 50 milímetros y 80 milímetros, ocurridas durante la fase de floración, una etapa crucial para la definición de rendimiento. “Llovió cuando tenía que llover”, mencionó el productor para referirse que en algunas hectáreas los rendimientos superaron la media de su campo.
El productor remarcó que los buenos rendimientos del trigo dan un aire hasta la llegada de la cosecha gruesa de soja y maíz. “El partido importante se juega más adelante”, dijo. Contó que a mediados de septiembre pasado sembró 325 hectáreas de maíz temprano que, aunque en buen estado en términos generales, experimentan escasez de agua. “Había pronóstico de lluvia para ayer, pero no se cumplió”, añadió. Asimismo, indicó que aún no tienen humedad para poder sembrar la soja de segunda.
En este contexto, indicó que están siendo “cautelosos” con los gastos, especialmente después de las dificultades del año pasado, donde perdió la mayoría de la cosecha.
“Los recuentos de pérdidas por las heladas del 12 y el 13 de octubre, incluso avaladas por pericias de las aseguradoras, dan un promedio de 40 a 45% de pérdida. Hay una variabilidad muy grande, hay lotes de 2000, 3000 y de 6000 kilos los que tuvieron un mínimo daño. O sea que afectó en algunos casos con hasta 2000 kilos”, apuntó el ingeniero agrónomo Julio Lieutier, asesor técnico de los grupos CREA del Norte de Bs. As,
En cuanto a la campaña de granos gruesos comentó: “Las lluvias está siendo muy desparejas, da la impresión que en esta zona El Niño arrancó tarde y muy lento. Los últimos dos promedios que daban lluvias importantes o no llovió o llovió muy poco. Pero los maíces están bien logrados, están muy buenos. La soja se sembró tarde, hay poca de octubre, la mayoría es de noviembre. Eso implica una pérdida chica de potencial pero están en carrera”.
El productor Osvaldo Bo es uno de los que quedó afectado por las heladas. Hace tres días terminó de cosechar las 47 hectáreas que sembró con el cultivo invernal y el rendimiento fue de 4500 kilos. “El rinde fue diverso, ya que cayó una helada fuera de tiempo y lo afectó”, precisó.
En un informe, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se hizo eco de los mejores rindes que se están dando respecto de lo esperado en la zona núcleo. “Se tratan de 300.000 toneladas extra. El 60% levantado consolida las gratas sorpresas que salen de las cosechadoras. El rinde triguero pasa de 27 a 30 quintales por hectárea [2700 a 3000 kilos] y se actualiza a 2,7 millones de toneladas la producción triguera de la región”, señaló.
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