Hay una fuerte baja de la producción y precios que no logran compensar el incremento de los costos
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Presenciar el desplome de sus niveles de producción fue una experiencia que los productores de miel vivieron el año pasado y esperaban no volver a repetir. Sin embargo, el 2024 resultó ser aún más penoso: sufren caídas de producción de más del 30% respecto al año pasado. Estiman obtener 20 kilos por colmena. Esto es cinco menos que en 2023, una cifra significativamente menor a los 30 que suelen obtener todos los años. La situación se da en el sudeste bonaerense, por ejemplo.
Este preocupante panorama que vive el sector apícola del sudeste bonaerense es descrito por Rubén Montero, delegado del Consejo Nacional Apícola de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), quien advirtió que el panorama empeora en otras zonas, como el norte de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes, donde se registran pérdidas de producción de hasta un 50%.
Esta disminución en la producción, indicó, es consecuencia de la combinación de varios factores. Las intensas lluvias de fin de diciembre pasado, que provocaron inundaciones principalmente en el norte del país, detuvieron el crecimiento de las colmenas, que luego costó reactivar. Posteriormente, las altas temperaturas también afectaron el desarrollo de las colmenas, junto con las lluvias en la época de floración de los girasoles, que fue cuando se dio la pérdida más significativa.
Montero es apicultor en Tandil, tiene unas 1000 colmenas, un criadero de reinas y una sala de extracción donde prestan servicios a terceros. En la zona del sudeste de Buenos Aires, hay aproximadamente 200 productores de miel.
En tanto, de acuerdo a los datos del Registro Nacional de Productores Apícolas, en el país hay poco más de 17.000 productores registrados con 3,8 millones de colmenas.
“Estamos muy preocupados porque vemos que aún nos queda un año largo por delante, y con lo que hemos obtenido hoy, debemos subsistir al menos hasta enero del próximo año. Observamos que las perspectivas de los precios no son favorables a futuro. Por eso estamos con miedo porque no sabemos cómo vamos a hacer para llegar a la cosecha”, dijo.
En rigor, a la baja producción se suma la situación de los menores precios. Durante todo el año pasado experimentaron una disminución en el valor en dólares, lo que mantuvo el precio en pesos relativamente estable.
Sin embargo, ahora enfrentan caídas que no compensan el aumento en el costo de los insumos. Se pagan dos precios de miel según el color y la calidad: el claro, a $1700 el kilo y la oscura a $1250 el kilo.
De ese valor, el costo es de aproximadamente $1500 por kilo. “La ganancia son 200 pesos por kilo y con eso tenemos que vivir todo el año”, apuntó. En este contexto muchos productores están saliendo de la actividad. “Cada vez se venden más colmenas en los grupos de apicultores”, dijo.
Montero explicó que el aumento de precios de la miel va muy por detrás del aumento de los costos. Solo un 58%, mientras que, por ejemplo, los envases aumentaron un 15% en dólares, y el alimento, como el jarabe de maíz, subió casi un 140%.
Asimismo, el costo de la mano de obra subió en un año aproximadamente un 110%. El productor contó que esta semana se comunicó con el proveedor de alimentos quien le advirtió que se venían nuevos aumentos. “Nos avisaron que en marzo vuelven a subir los precios y la miel no va a aumentar en las mismas proporciones”, afirmó.
Diego Bessone, apicultor de la región centro-este de Córdoba, al igual que Montero alertó sobre la difícil situación en el sector. “En años normales, los rendimientos oscilan entre los 40 y 50 kg promedio por colmena en nuestra región. Sin embargo, este año hemos enfrentado una baja producción, con rendimientos estimados en apenas 10 o 15 kilos de miel por colmena”, explicó.
El apicultor atribuyó esta disminución en la producción a los efectos de El Niño, que provocaron una reducción en los periodos de entrada de néctar y un aumento en las lluvias durante la ventana de producción más intensa, que va desde mediados de diciembre hasta mediados de enero.
“En ese lapso de tiempo hubo lluvias permanentemente. Lluvias todas las semanas de una a dos veces; eso provocó que la colmena prácticamente no pueda trabajar. Eso, sumado a la llegada tarde de las lluvias después de un invierno extremadamente seco, hizo que la producción se reduzca realmente mucho”, dijo.
En cuanto a los precios, Bessone señaló que, si bien hay una tendencia a la estabilización, aún no se han alcanzado los niveles deseados por los apicultores. “Actualmente, un kilogramo de miel debería estar alrededor de los $2200 o $2300, pero está la miel clara a $1500 y $900 o $1000 la oscura”, dijo
Además apuntó que la tipificación y la diferencia de colores están muy arraigadas y acentuadas en la industria. Por lo tanto, no solo se debe enfocar en la cantidad de producción, sino también en la calidad. Esto depende en gran medida no del apicultor, sino de la floración típica de cada región.
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