Mientras la cosecha estadounidense avanza sobre algo más del 40% del área apta, el mercado de soja ya comenzó a mirar hacia América del Sur, y más puntualmente, hacia Brasil, el principal productor y exportador mundial de la oleaginosa, que fortaleció su posición de liderazgo global en medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y que arrancó con las tareas de siembra de la campaña 2020/2021.
En su primera valoración de la nueva campaña, anteayer la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Agricultura de Brasil, estimó la intención de siembra de soja en 37,88 millones de hectáreas y proyectó el volumen de la producción en 133,67 millones de toneladas, cifras que implican crecimientos del 2,5% frente a los 36,95 millones de hectáreas y del 7,1% respecto de los 124,85 millones de toneladas de la campaña 2019/2020.
Esa convicción de que la nueva temporada agrícola va en camino de marcar un récord en Brasil es compartida por los privados. "Nuestra estimación de superficie para el ciclo que se inicia es de 38 millones de hectáreas, que debería dejar una producción de soja de 132,60 millones de toneladas", dijo a LA NACION desde San Pablo Ana Luiza Lodi, especialista en el mercado de soja de la consultora estadounidense StoneX.
Por su parte, desde Florianópolis, Adriano Lo Turco, analista de Agroconsult, contó que la firma proyecta un área destinada a la soja de "38,30 millones de hectáreas, que deberían dejar una cosecha de 133,40 millones de toneladas".
Según Lodi, el real devaluado resultó muy favorable para la soja brasileña, con exportaciones fortalecidas, ventas adelantadas y con precios muy altos en el mercado interno. "Este contexto de oferta restringida por la celeridad de las ventas externas y de valores altos fueron un incentivo para el crecimiento de la superficie en el ciclo 2020/2021", explicó.
Ese escenario comercial favorable, que alienta el crecimiento de la producción, se mantiene según Lo Turco. "Con una relación real/dólar en torno de los 5,6/1 los productores brasileños van a tener márgenes buenísimos. Tanto es así que algunos ya están empezando a comercializar la futura cosecha 2021/2022, para aprovechar esa desvalorización de la moneda local", aseguró a LA NACION.
Para graficar la bonanza que vino atravesando la comercialización de la soja brasileña, el especialista señaló que actualmente "casi no hay soja en Brasil para la exportación. Calculamos que en el cuarto trimestre del año se debería exportar no más de 1,5 millones de toneladas. Esos serían los envíos más chicos de soja brasileña para ese período en los últimos tres años". Agregó que las ventas a China resultaron más grandes que las previstas un año atrás: "En total, calculamos que las exportaciones durante 2020 totalizarán 80,90 millones de toneladas. En los primeros ocho meses las ventas sumaron 75,10 millones y de ellos, 54,50 millones de toneladas fueron hacia China".
Para StoneX, el ciclo 2019/2020 cerrará con ventas externas por 81 millones de toneladas. "Se está muy cerca de cumplir con la meta prevista y es importante destacar que de igual modo que las ventas a China aumentaron en comparación con 2019, también lo hicieron las exportaciones a otros países", aseguró Lodi.
Para la Conab, el buen desempeño de la producción y de las exportaciones brasileñas de soja se mantendrá en la nueva campaña, "apoyado por una fuerte demanda china, por tipos de cambio favorables y por precios de la soja en buen nivel, creando un escenario donde los productores podrán invertir más en el paquete tecnológico y mejor en el manejo de los cultivos". Según el organismo, las exportaciones 2020/2021 totalizarían 85 millones de toneladas.
Y si bien las sembradoras recién comienzan a caminar, a la espera de lluvias que mejoren la condición de los suelos, los productores brasileños ya comercializaron la mitad de todo lo que prevén recolectar en el transcurso de los primeros meses de 2021. Así lo ratificaron Lodi y Lo Turco, que ubicaron el rango de ventas anticipadas "entre el 50 y el 55%" de la nueva cosecha estimada. "El año pasado para esta misma fecha se había comercializado el 29% de la producción esperada de soja", comparó la especialista de StoneX.
El adelanto de las ventas brasileñas contrasta muy fuerte con lo que sucede en la Argentina, donde las ventas anticipadas 2020/2021 apenas sumaron al 30 de septiembre 2,73 millones de toneladas, según los datos publicados por el Ministerio de Agricultura de la Nación, que son equivalentes al 5,9% de los 46,50 millones de toneladas que recientemente proyectó como cosecha posible la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Cabe agregar que el dato sobre la comercialización de la nueva cosecha argentina evidencia un atraso del 50,5% frente a los 5,52 millones de igual momento de 2019.
A la espera de las lluvias
Acerca del clima en el arranque de la época de siembra, Lodi contó que actualmente el tiempo es muy caluroso y seco, lo que retrasó el inicio de las labores. "Por ahora no se evidencia una gran preocupación, pese a los retrasos, sobre todo porque se espera que las lluvias se regularicen durante el presente mes. Sin embargo, esos atrasos en la siembra de soja sí llevan más preocupación al ciclo del maíz de la segunda cosecha, dado que atrasarán la recolección de la oleaginosa y demorarán la implantación del cereal. En el caso de la soja, incluso con retrasos, tan pronto como llueve los productores pueden avanzar rápidamente con la siembra", analizó. Hasta el cierre de la semana anterior la siembra había avanzado sobre el 2% del área prevista, contra el 5% promedio.
Lo Turco explicó que en general "los suelos están muy secos, lo que no es anormal para esta época del año, pero hay lluvias previstas para los próximos días que deben aliviar la situación. Las preocupaciones son, por un lado, que las lluvias se retrasen mucho y que comprometan la siembra de maíz de inverno, algo que por el momento es solo una posibilidad, y, por el otro, los crecientes riesgos de entrar en una etapa Niña, con la falta de lluvias que ello podría implicar para los cultivos de verano".
Una variable que el mercado ya comenzó a considerar es la posibilidad de que un atraso algo más marcado que el que se evidencia actualmente en la siembra de Brasil pueda implicar escasez de soja en enero. "Ese temor existe y de suceder, es decir, si Brasil no cuenta con la soja nueva en enero, se podrían generar más negocios para Estados Unidos. Pero esto todavía no es un hecho concreto, depende mucho de las lluvias de los próximos días. Pero, sí, es una preocupación", aseguró Lo Turco.
No obstante, el especialista de Agroconsult coincidió con Lodi en cuanto a que la capacidad de siembra del productor en Brasil es muy buena. "Si el clima lo permite, nuestros productores pueden sembrar muy rápidamente sobre una gran superficie debido alta disponibilidad de máquinas", contó el analista brasileño.
Chicago suma incentivos
Y como si Brasil necesitara algún incentivo más para afianzar su relación con la soja, el inicio de las siembras coincide con la fuerte mejora que las cotizaciones vienen experimentando en Chicago desde la segunda semana de agosto y que ya ubicó los valores de la oleaginosa en el nivel más alto desde abril de 2018. Entre el 7 de agosto último y el cierre de anteayer, la posición noviembre de la soja trepó un 20,8%, al pasar de 318,75 a 385,11 dólares por tonelada.
"Las subas de precios no modificaron el crecimiento que ya se evidenciaba en la intención de siembra. Es posible que algunos productores puedan destinar algo más de área, pero la cuestión es que no queda muchas más semillas ni fertilizantes para entregas en el corto plazo", dijo Lo Turco a LA NACION. Y añadió que en el mercado doméstico, tanto los valores nominales de la soja disponible como los de la nueva cosecha "están en niveles históricamente récord".
Por su parte, Lodi explicó que los precios más altos en Chicago influyen en los valores internos, "pero las intenciones de siembra eran positivas incluso antes de las recientes subas en el mercado estadounidense, ya que la oferta interna resultó muy escasa por la buena evolución de las exportaciones, lo que mantuvo los valores internos muy altos durante buena parte del ciclo comercial".
Hacia adelante la Conab trazó un panorama positivo para los precios, dado que "se espera que el consumo interno se mantenga alto, motivado por la recuperación de la economía brasileña en 2021, por un aumento en la producción de carne para exportación y por el uso de soja en la producción de biodiésel".
Un liderazgo que se fortalece
Brasil prevé crecer en área, cosecha y en exportaciones
- 2,5%. Intención de siembra: según la primera proyección publicada anteayer por la Conab, la intención de siembra de soja 2020/2021 es de 37,88 millones de hectáreas, frente a los 36,95 millones cubiertos en el ciclo 2019/2020.
- 7,1%. Producción: con la expectativa de un crecimiento del rinde promedio de 33,79 a 35,29 quintales por hectárea, el organismo proyectó la nueva cosecha en 133,67 millones de toneladas, contra los 124,85 millones de la campaña precedente.
- 3,7%. Ventas externas: cuando la oferta de soja disponible es casi nula por la celeridad con la que se despachó gran parte de los 82 millones de toneladas previstos, las exportaciones 2020/2021 se calculan en 85 millones de toneladas.
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