El esperado “dólar soja” quedó desactualizado rápidamente, la plaza triguera fue demolida por el accionar oficial y la plaza maicera ha sido totalmente desvirtuada por el Gobierno
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Una evolución tan preocupante como previsible viene mostrando Chicago en las últimas semanas. El contexto geopolítico a nivel global no ayuda. La guerra Rusia/Ucrania que se complejiza; la tensión entre EE.UU. y China escalando a su máxima expresión; la brutal suba de las tasas de interés en EE.UU. que se constituye en un récord por su magnitud y velocidad (entre mayo y enero) y los gestos de amistad de Brasil con China en la reciente visita de Lula, se han sumado para generar una actitud defensiva de los fondos de inversión en Chicago que se traduce en una singular presión vendedora.
Del lado de los “fundamentals”, ya estamos a pleno en el tradicional “mercado climático” estadounidense con avance en las tareas de siembra dentro de parámetros normales y pronósticos climáticos razonables. Ahora bien, los técnicos del USDA en el tradicional Agforum de febrero y con su economista jefe a la cabeza advirtieron (oficiosamente) sobre bajas potenciales en las cotizaciones ante la eventualidad de una recuperación en los stocks estadounidenses para el nuevo ciclo 2023/24.
Luego, el USDA proyectó un aumento en el área de maíz de 1,3 millones de hectáreas en su reporte del pasado 31 de marzo. Es cierto que aún el citado organismo no ha realizado proyecciones del balance de Oferta y Demanda para el ciclo 2023/24 en los EE.UU. (su primer avance lo hará el 12 del mes próximo). Pero utilizando dicha superficie y con rindes de tendencia se verificaría una recuperación significativa en las reservas estadounidenses (termómetro clave para las cotizaciones en Chicago). Es así como los técnicos del USDA plantean una caída en los precios que cobraría el farmer en la nueva temporada del orden de los US$S/t 40/50 en maíz y soja respectivamente. Si la cosecha estadounidense de soja es récord, si Brasil repite la performance de este año, si la Argentina tiene una buena cosecha y China no vuelve con agresividad a la plaza, los precios de la oleaginosa no podrían sostenerse. No olvidar que durante la administración Macri (2016 a 2019) la soja en Chicago promedió 200 dólares menos que en la actualidad. Aunque es probable que el mercado aún pueda darnos oportunidades, no resulta desaconsejable tener en cuenta estos datos.
Mientras tanto, la plaza doméstica continúa evolucionando bajo una realidad incontrastable: “intervencionismo mata mercado”. El esperado “dólar soja” quedó desactualizado rápidamente, la plaza triguera fue demolida por el accionar oficial y la plaza maicera ha sido totalmente desvirtuada por el Gobierno. En estos últimos dos casos y ante la “desactivación” de los exportadores, la pulseada es entre productores y demanda interna. Para quienes tienen resto, solo el avance del calendario promete dar satisfacciones. Para el trigo 2023/24, dos comentarios: 1) la intención de aumentar el área cede semana a semana en la zona núcleo ante la falta de oportunas lluvias para recomponer los perfiles, y 2) las señales de la plaza internacional son alentadoras, con Rusia (primer exportador mundial), EE.UU. y Australia con proyecciones productivas inferiores a las habituales.
Importante entonces es reconocer que la referencia a monitorear es la posición Kansas/Diciembre y que nuestros precios FOB suelen posicionarse con un premio de entre 30 y 40 dólares por tonelada. Para seguir con atención.
El autor es presidente de Nóvitas SA
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