En el norte de Santa Fe, donde la sequía sigue afectando al sector, los ganaderos venden sus animales para no seguir en la producción
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SANTA FE.- En el norte santafecino, pero también en el sur del Chaco y en el noreste de Santiago del Estero, la sequía sigue haciendo estragos. “Es una situación terminal”, apuntan productores de una zona donde en los últimos dos meses hubo lluvias que –sumadas- no superaron los 20 milímetros. “Lo que está sucediendo es lastimoso, más allá que sigamos ayudándonos unos a otros”, señalaron productores de la región.
Según los productores consultados, hay una venta constante de animales, especialmente vacunos, a precios irrisorios, pero con el único propósito de ir abandonando la actividad, ya que la mayoría no dispone de créditos y el mantenimiento de cualquier rodeo, por reducido que sea, ocasiona un gasto importante.
Además, los productores agropecuarios no creen que el fenómeno de “El Niño”, el período que los meteorólogos señalan como lluviosos en el segundo semestre del año, pueda evitar todos los perjuicios que ocasionó la falta de lluvias regulares en los últimos tres ciclos.
Lo peor ocurrió en los últimos tres días de la semana precedente, cuando volvieron las altas temperaturas a la región, que comprende a los tres departamentos del norte de esta provincia, 9 de Julio, Vera y General Obligado, por influencia del viento norte. Hubo temperaturas de 30 grados, con fuerte incidencia de vientos del sector norte.
Los productores coincidieron en señalar que “el viento norte vino a desnudar los efectos de la sequía” porque “las napas bajaron tanto que los árboles, principalmente los eucaliptos que crecen en la mayoría de los campos de esta región, no encuentran agua. Entonces, las ramas secas se desprenden y ocasionan serios inconvenientes en las explotaciones.
“El viento norte secó la poca humedad que había, como ocurrió con los árboles. Un caso particular es el eucaliptus, que necesita mucha agua. Como falta agua desde hace muchos meses, el árbol no tiene respaldo en sus raíces y así, por el viento de las últimas horas, se cayeron muchas ramas en los campos y generaron peligro. Son especies de amplia dimensión. Si se cae un eucaliptus sobre instalaciones agropecuarias puede generar múltiples perjuicios”, apuntó Juan Cappózzolo, uno de los productores que habitualmente es consultado sobre la situación en aquella región santafecina.
“Por lo que ya se dijo, y además se sabe, el panorama es muy complicado. Acá seguimos ayudándonos unos a otros, pero no caben dudas que para muchos, lo que sigue ocurriendo con la sequía, es una situación terminal”, referenció.
Otro tema que no pasa desapercibido para los productores norteños es que los dirigentes políticos parecen estar hoy más preocupados por las internas con vistas a los comicios de este años que a las peticiones de los sectores damnificados por la falta de agua. “En muchos casos se nos repite que “no hay respuestas”, quizá porque “muchos funcionarios están en campaña”. Por eso, la conclusión es terminante: “los funcionarios no nos van a atender y este panorama se va a seguir complicado”, señalaron los productores.
“Es más -dijo Cappózzolo, integrante de varias instituciones productivas del norte santafecino-; tratamos de solucionarles los problemas a la gente, pero no alcanza. A diario se multiplican los problemas. Pero parece muy evidente que la plata que acá se necesita, los políticos la utilizan para la campaña. Por lo tanto (este panorama) esto va a seguir complicado”.
Escenario
Por su parte, la técnica en Gestión Ambiental, Yolanda Arce, que trabaja asesorando a los productores, dijo: “La región sigue complicada desde noviembre y diciembre del año pasado. Pero ahora estamos peor que antes; la venimos peleando junto a los pequeños productores porque ya no hay más nada de pasto y lo poco de alimento que conseguimos tiene un costo elevadísimo”.
La funcionaria, que fue titular de la Asociación de Pequeños Productores de la Cuña Boscosa Santafesina, reconoció que “sigue habiendo animales que se mueren por falta de alimentos y por poder tomar un agua buena”.
Agregó: “Ya no hay pasturas. Esto no ha cambiado nada y con estas heladas (de la semana pasada) se complica aún más el panorama. En la zona, la única solución es que llueva, aunque eso no solucionará todo lo que aquí ocurre. Actualmente, acá hay que pagar agua y alimentos y son costos enormes”.
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