Seca regional
La sequía de fines de invierno/principios de primavera, que afectó prácticamente a toda Sudamérica, fue causada principalmente por vientos secos provenientes del polo Sur, que prevalecieron sobre los tropicales y que mantuvieron frío el océano Pacífico.
En noviembre los vientos polares se moderaron y avanzaron los tropicales, por lo que empezó a llover un poco más en Brasil y en la Argentina, aunque aún dentro de registros inferiores a los históricos.
"En esta semana sigue predominando la humedad justa o insuficiente en los suelos de gran parte de Sudamérica. Solo recibieron registros abundantes la Amazonia, el sur de Brasil y el este del territorio argentino, en cambio, el interior de Brasil, Chile y de Bolivia continúa bajo condiciones de sequía. En la Argentina están bien los campos de la Mesopotamia, pero hay necesidad de precipitaciones en el centro del país, que se acentúa en el oeste del territorio", describe el especialista en climatología Eduardo Sierra.
Estados diversos
Hacia adelante, el especialista prevé buenas lluvias en lo que resta del mes, pero "como se arrastra un déficit anterior en el suelo, los cultivos consumirán toda el agua que caiga sin posibilidad de hacer reservas en el perfil", adelanta.
Así se llegaría a fin de año con una situación de humedad suficiente en el este del territorio, regular en el centro y mala en La Pampa y en el oeste de Buenos Aires.
Para el primer mes de 2020 el consultor también pronostica buenas precipitaciones -de más de 80 mm en gran parte del territorio-, pero con temperaturas elevadas (una media de 25°C, que incluyen máximas de 35 a 37°C y mínimas de 25 °C), por lo que tampoco se podrían capitalizar reservas. El mapa previsto para esa época muestra buenos registros hídricos para el NOA y el NEA, y reservas justas para el resto, con déficits para el oeste de Buenos Aires y La Pampa. Febrero mostraría el mismo patrón: buenas lluvias en el NOA, Corrientes y Misiones, sin reservas importantes en el resto del territorio.