En Misiones, Corrientes, Salta y Tucumán, entre otras provincias, la escasez del combustible puso en jaque a la producción
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Desde hace cuatro meses que desde las provincias del norte vienen advirtiendo que existe una escasez de gasoil que dificulta llevar adelante sus labores. El tiempo fue pasando y los productores, que nunca se sintieron escuchados, comenzaban a cosechar, tratando de hacer malabares para conseguir el insumo.
En Misiones y Corrientes, ya hay grandes atrasos en la cosecha de la yerba mate, que no solo arrancó tarde por la sequía sino que, al no contar con el combustible, las máquinas y el tractor no pueden estar en funcionamiento, además de no se poder trasladar la materia prima a los molinos. Para Cristian Klingbeil, presidente de la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones (APAM), el panorama que enfrentan es muy complicado.
“En el interior estamos lejos de ese paraíso que los funcionarios describen [sobre promesas como la llegada de más combustible a país]. Los que desinforman al Gobierno son las autoridades provinciales que les venden humo y en Buenos Aires se creen esos cuentos y compran esos espejitos de colores, mientras tanto, nosotros padeciendo acá la falta de combustible y de mano de obra”, detalló a LA NACION.
El escenario es complejo y no solo les está costando cosechar, sino que mucho más difícil se les ha vuelto transportar lo que producen. Los camiones que hacían dos fletes por semana a Buenos Aires llevando té, madera o yerba mate a puerto o a los distintos centros de distribución, tampoco pueden hacerlo porque “consiguen el gasoil a cuenta gotas”.
“Ya hace unas semanas atrás algunos molineros habían anunciado que se les estaba complicando pero que por ahora venían zafando con mantener las góndolas argentinas con yerba porque cada comercio tenía un depósito con un pequeño stocks. Es un callejón sin salida para nuestras actividades”, describió.
Según comentó, la semana pasada el gobierno misionero había anunciado “con bombos y platillos” un refuerzo de 1,3 millones de litros más de gasoil por mes pero que hasta el día de hoy nada de eso ocurrió.
“No existe ese volumen extra para los productores yerbateros que dijeron que venía. Esta mañana, cuando venía a la chacra a laburar, pasamos por una estación de servicio y había colas de camiones que estaban desde ayer para cargar combustible. Así estamos, donde ahora se sumó la incertidumbre del dólar y las empresas de insumos agropecuarios no saben a que precio venderte los insumos, todo muy difícil”, se lamentó.
Otra cuestión no menor que está ocurriendo con la yerba mate es que necesita un proceso de mucho calor para su secado. Antes se utilizaba leña de monte y en la actualidad se reemplazó por biomasa (chip de eucaliptus y de pino). “Es un aprovechamiento de la madera que antes se desperdiciaba, se tiraba y se quemaba. Son troncos de pino y eucaliptus triturados y molidos y ahora por la falta de combustible los aserraderos están complicados para conseguir gasoil y para trabajar. Y no tenemos energía calórica para secar y procesar la yerba. Complicado por demás, por donde lo mires”, enfatizó.
Según los productores tucumanos, los sobreprecios que se pagan en el combustible que utilizan para la zafra de caña de azúcar ocasionará un 40% más de costos extra en la producción. Para el presidente del Centro de Agricultores Cañeros de Tucumán (Cactu), Otto Gramajo, eso se trasladará a precios en góndolas.
“El 16 de marzo pasado pagaba el gasoil $98 y ahora $185. Es imposible absorber ese costo extra que tenemos en cosecha y en logística”, dijo. Entre otras cosas contó que antes, mientras se llevaba a cabo la zafra, existía una sobreoferta de producto, sin embargo hoy los productores no quieren vender su mercadería.
En Salta existen serias trabas para que el morrón, el tomate y otras frutas y hortalizas lleguen desde esa provincia hasta a los distintos mercados concentradores. Los fletes se han encarecido por los tiempos muertos que tiene los camioneros para conseguir gasoil. El viaje que hacían en dos días ahora lo realizan en seis.
Según detalló Fernando Ortíz, productor frutihortícola, en Salta enfrentan dos problemas en torno al faltante de gasoil. “Nos falta el combustible para mover la mercadería desde el campo hasta la planta de empaque y luego para distribuirlo por todo el país. Trabajamos con productos perecederos y desde el momento que se la cosecha ya empieza a perder calidad. Generalmente si se cosechaba a la mañana, a la tarde ya empacada se enviaba a los mercados pero hoy se demoran hasta dos días. Estamos perdiendo calidad en nuestra mercadería”, contó.
“Hace cuatro meses que advertí esta situación, nosotros los horticultores consumimos poco, con 300/400 litros por semana estábamos bien, pero ni eso había”, añadió.
Tampoco son ajenas al faltante provincias como Mendoza y Río Negro que tienen grandes inconvenientes para trasladar personal hacia las fincas, entre otras cuestiones. “En estos tiempos, se llevan adelante las labores culturales (mantenimiento de las plantas, como las podas) y se está complicando el traslado del personal hacia los lugares de trabajo por la falta de combustible. Como también el traslado de peras y manzanas hacia los centros urbanos del país”, explicó Pablo Vernengo, director ejecutivo de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Klingbeil dejó un mensaje sobre los productores en el actual contexto: “No bajan los brazos y siguen tratando de producir en un país que no te da nada: que no te garantiza combustible, energía eléctrica, ni que uno pueda dar trabajo. Apenas pueden te meten la mano en el bolsillo con un impuestazo”.
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