La demora de la cosecha por las lluvias, la baja de precios de la soja y la expectativa de un cambio en el dólar blend, que hoy está en un 80-20, demoran las ventas de la cosecha, según alguno expertos; otros afirman que el ritmo es el habitual de otras campañas
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El ritmo de venta de soja de parte de los productores se desplomó el mes pasado un 44% respecto de mayo, según los expertos, en medio de un clima de tensión económica, cuyo factor determinante fue la brecha entre el dólar financiero o libre y el dólar exportador, que se ubica en torno al 35%. El atraso de la cosecha gruesa por las lluvias también jugó un papel crucial. Estos datos se dieron a conocer después de que la Cámara de la Industria Aceitera de la Argentina y el Centro de Exportador de Cereales (Ciara- CEC), informara que la liquidación de divisas por exportaciones de granos y subproductos cayeran un 24% con respecto al mes anterior.
“La liquidación de divisas está por debajo de las expectativas para una cosecha muy buena de soja y una de maíz que, aunque afectada por la chicharrita, debería dejar un saldo exportable más que razonable y superior al del año pasado, que fue muy afectado en las exportaciones por la sequía y con el dólar soja III ya terminado; esta liquidación de junio es la más baja desde 2009 para un mes de junio, en valores absolutos”, dijo Javier Preciado Patiño, exsubsecretario de Mercados Agropecuarios.
En rigor, lo que ingresó en divisas el mes pasado fueron US$1978 millones de la agroindustria, que representa una baja del 24% en relación con mayo y una mejora del 25% en comparación al mismo período de 2023. En ese contexto, Preciado Patiño dijo que si esta caída se actualiza por inflación, la situación es aún más profunda. “El dólar blend o exportador hace que el 20% de los dólares no entren al Banco Central. El balance de compras y ventas de dólares del Central terminó siendo negativo en junio (84 millones negativo) cuando en mayo había sido positivo en US$2716 millones”, añadió.
Hoy, el productor recibe por su mercadería apenas por encima de lo que obtenía después de la devaluación de diciembre, cuando en el ínterin se acumuló una inflación en torno a los 100 puntos. “El factor determinante es la brecha entre el dólar financiero o libre y el dólar exportador, que se ubica en torno al 35%: tras la devaluación había caído al 6%. En abril y una parte de mayo este diferencial se ubicaba en torno al 17/18%, y el productor podía vender y cubrirse en dólares con una diferencia relativamente menor. En junio, la brecha se expandió al 32/35% y lógicamente el productor, si con las ventas de mayo cubrió parte de sus necesidades financieras, tiende a esperar a ver cómo evoluciona la macro”, dijo.
Para el consultor del mercado de granos Gustavo López, el ritmo de ventas ha caído producto de la dinámica de la cosecha. De las 50 millones de toneladas de soja proyectadas, hay 13 millones que están con precio ya fijado. De ese total, hay una buena parte que no entra en el circuito comercial, porque se destinan a semilla y el carry que ronda entre 5 y 7 millones de toneladas. En maíz, hay levantado un 60% de 48 millones de toneladas que entraron al circuito comercial. De esto hay vendidas 20 millones, por lo que de esto hay 14 millones con precio.
Respecto de la soja, el especialista recordó que hace unas semanas se terminó la cosecha. “Hay que ver qué va a pasar con los precios internacionales, porque están muy fluctuantes y ahora están bajando. El productor sigue pensando para ver si le van a levantar el cepo o van a hacer algún tipo de ajuste con el mix. Eso lo tiene en cuenta para maximizar sus ingresos”, aclaró.
En general, la dinámica que se ve es que el productor vende lo que tiene de trigo o maíz, y se queda con la soja como resguardo de valor. En el crushing de soja también venían con una baja recuperación y recién en estos meses van a tener un leve repunte. “Venían de niveles por debajo de los tres millones de toneladas, ahora están cerca de los cuatro millones, por tanto, este próximo trimestre va a tener una liquidación más intensa. El tema de los precios está influyendo en alguna medida”, indicó.
“Están vendiendo”
Santiago del Solar, coordinador de la Comisión de Granos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), agregó que de parte de los productores la operatoria es normal. “Están vendiendo. Todos los días hay operaciones de venta de granos. Hay 21 millones de toneladas de soja vendidas. Falta ponerle precio a un porcentaje importante, pero ya están vendidas, que tienen destino y van a ser entregadas. La cosecha terminó hace 20 días o un mes, es muy reciente”, dijo.
Agregó que hay problemas logísticos de camiones, pero de a poco se va entregando la cosecha a los distintos destinos de exportación o consumo interno. “Los productores están vendiendo a un ritmo normal y habitual, tienen que cancelar deudas, y no hay nada en particular este año en relación con otros años. Es importante destacar que todos los años la cosecha de soja, maíz y trigo se vende toda”, afirmó. El maíz tardío no se empezó a cosechar o en algunos casos recién comenzó. Pretender vender lo que no se cosechó no tiene sentido. Estamos en una situación absolutamente normal, a pesar de que el dólar que les queda hoy es el Banco Nación. Pero no hay nada relevante este año comparado con otros años. La soja, trigo, maíz se va a vender todo como todos los años”, manifestó.
En esa línea, Nicolás Udaquiola, director de AZ Group, coincidió en que esta fue una campaña muy demorada en el avance de la cosecha por las lluvias de abril. Esto provocó que el ritmo de ventas se corriera respecto de años anteriores, donde el productor en mayo había acelerado las ventas por la coyuntura. Además, anticipó que se va a una campaña con mucha incertidumbre, donde los insumos se van a comprar contra necesidad.
En soja, las operaciones se aceleraron en mayo, las ventas pasaron de 4,5 millones de toneladas con precio a 13 millones, es decir, hubo 8,5 millones con precio. “Estamos atrasados, con respecto de otros años, pero no es tan significativo”, agregó. Lo que cayó significativamente es el precio de los granos de los granos exportados. En el maíz, que tiene un avance del 55% de la cosecha, efectivamente hay un atraso en las ventas de parte de los productores con respecto de años anteriores. “Tiene que ver con el nivel de incertidumbre que tiene el maíz tardío, que es el 70% del área sembrada y las consecuencias de la chicharrita. Lo que no está claro es la magnitud, pero está claro que habrá una reducción”, añadió.
En resumen, para el productor la mejor situación sería la de un dólar unificado y flotante, pero para poder levantar el cepo, el gobierno necesita dólares y para que el productor venda tendría que devaluar o darle un tipo de cambio especial al campo, afirman los especialistas. Al hacerlo, vuelve a reiniciar el proceso inflacionario, una maniobra que el Gobierno se resiste. Vale recordar que a partir de hoy, también los productores ya no tienen restricciones para sacar créditos y financiar la próxima campaña sin necesidad de vender su mercadería. “Si la macro no cambia, vamos a ver una liquidación más pareja a lo largo de la campaña, en lugar de un pico en el momento de la cosecha”, cerró Preciado Patiño.
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