Horacio Busanello, consultor, alertó que el presidente que asuma tiene por delante un período difíicil hasta el ingreso de dólares de la nueva cosecha, en mayo de 2024
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“Todos esperan los dólares del agro, pero hasta mayo no van a entrar. Son siete meses para la desesperación”.
En medio de la renovada tensión con el dólar y el clima político enrarecido de cara a las elecciones del próximo domingo, Horacio Busanello, consultor y exCEO de dos reconocidas empresas del agro, Syngenta y Los Grobo, alertó sobre la difícil situación que deberá enfrentar el próximo Gobierno hasta que empiecen a llegar los dólares de la cosecha de granos gruesos 2023/2024, es decir sobre mayo, con la recolección de la soja.
Luego de que la sequía provocara que en la campaña 2022/2023 se perdieran más de US$21.000 millones por exportaciones de productos agrícolas, en línea con una cosecha que se achicó un 50%, una de las esperanzas sobre fin de año estaba puesta sobre el trigo.
Pero el clima, otra vez, jugó una mala pasada. Tras un recorte de 500.000 hectáreas en la siembra versus el ciclo anterior, y una sequía que en varias regiones aún no terminó, la baja sobre la producción esperada del cereal ya tiene un costo de US$900 millones, como reveló recientemente LA NACION a partir de un informe de AZ-Group. Se aguardaba una recolección de al menos 18 millones de toneladas y ahora se proyecta 15 millones de toneladas. O menos, como viene de señalar la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR): esta entidad redujo de 15,6 millones de toneladas a 14,3 millones de toneladas su cálculo de cosecha de trigo.
“El aporte del trigo no será significativo para la economía local y habrá que esperar a mayo para que ingresen los dólares de la cosecha gruesa. Siete meses donde la economía navegará en aguas turbulentas en medio de un cambio de gobierno”, advirtió Busanello. Vale recordar que el país llegó a tener antes de la sequía, en 2022, una cosecha récord de trigo de 23 millones de toneladas y un ingreso superior a los US$4300 millones.
Al margen de la cosecha de trigo, el total de la campaña 2023/2024 (donde el maíz y la soja contribuyen con los mayores recursos) dejará US$34.300 millones, 10.000 millones más que el último ciclo, según un reporte de la BCR. Esto descontando que el clima acompañe y no provoque más pérdidas.
“En 1975 Antonio Cafiero decía que los problemas de la Argentina se solucionaban con una buena cosecha. Casi 50 años después y sin otra alternativa a la vista, todos los actores de la economía están esperando que los dólares del campo llenen las arcas del Banco Central y alivien las penurias de la economía. La historia se repite y el salvador resulta ser siempre el mismo”, apuntó Busanello.
Situación
Según el consultor, hoy una “marcada fragilidad política, económica y social enmarca el camino hacia las próximas elecciones presidenciales”.
“El país se encuentra en el ojo de una tormenta donde la mayoría de sus habitantes claman por una transformación que será dolorosa pero que no todos están dispuestos a pagar. La esperanza de un cambio poselecciones choca contra una pared tormentosa que impide ver el día después. La actual administración deja una pesada herencia en términos de pobreza, inseguridad, deterioro de la educación, degradación del sistema de salud así como un desbarajuste mayúsculo de la economía”, señaló.
“El gobierno que asuma en diciembre se encontrará con una economía sin dólares e inundada por pesos que nadie quiere. La historia se repite una vez más. La incertidumbre y la volatilidad gobernarán los próximos 60 días de la actual administración hasta que asuma un nuevo capitán del barco que deberá conducir los destinos del país en aguas inexploradas. Esperemos que pueda llevarnos a buen puerto y evitar caer en una crisis más profunda e incierta”, señaló.
La incertidumbre también es para los productores, que además del devenir del clima tienen que estar atentos a las variables del negocio en sí, como los precios y lo que pueda ocurrir con la marcha de la economía.
Respecto de esto último, sorprende el bajo nivel de negocios anticipados de granos, que se encuentran en un mínimo en ocho años, como dijo la BCR: “En valores absolutos, los productores pactaron solamente 6,9 millones de toneladas (un mínimo desde 2015) de soja, maíz, trigo, girasol y cebada del nuevo año comercial 2023/24, con un promedio de los últimos cinco años de 17,5 millones de toneladas para esta altura del año. Al mismo tiempo, de dicho total negociado solo el 41% tiene precio firme, siendo el segundo valor más bajo desde al menos los últimos 13 años. De esta forma, sumado que los productores están anotando pocos negocios anticipados, la mayor parte se realizó sin precio firme”.
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