Hace tan sólo un mes nos preguntábamos si la soja iba a los valores de 2014 y ahora podemos estar un poco más cerca de tener una respuesta afirmativa.
¿Es seguro? Nadie lo sabe, lo que sí sabemos es que un balance ajustado de soja en Estados Unidos, combinado con un clima lejos de lo ideal en Sudamérica, paros en la Argentina que limitan la salida de la mercadería y ahora con la nueva variante de intervención del Gobierno en el mercado de maíz, hace un cocktail explosivo.
Cuando decimos que el balance en el país del norte es ajustado nos quedamos cortos, es "ultra ajustadísimo". En diciembre el USDA dijo que quedarían al final del ciclo 2021 sólo 4,8 millones de toneladas de soja y lo que es más "preocupante" es la relación stock/consumo que quedaría en tan sólo 3,8%, cuando veníamos de una expectativa del 14% en agosto, y un 13% del ciclo anterior.
Y aclaro "quedaría", porque el 12 de enero habrá una actualización del balance de oferta y demanda del USDA y ahí casi que podemos asegurar con mucha certeza que no hay chances de que esos stocks crezcan.
Uno de los componentes de la demanda de soja en Estados Unidos son las exportaciones (50% de la demanda total) y al 17 de diciembre ya se había vendido al exterior el 90% de la proyección para todo el ciclo que termina en agosto. En 2019, a esta altura se llevaba vendido un 65%. Por otro lado, ya se lleva "embarcado" (es decir que no tiene posibilidad de tener cancelaciones) un 58% de lo vendido vs un 44% que había en 2019.
Si a estos datos le agregamos que, en condiciones normales, el USDA en diciembre consideraba que Sudamérica aportaría cerca de 195 millones de toneladas al mundo (la Argentina con 50 millones de toneladas), y hoy ya sabemos que nuestro país difícilmente llegue a ese volumen y Brasil hay que ver como sigue, nos pone en una situación de mercado explosivo (aún más) si acumulamos dos semanas de seca, o algún nuevo paro.
Así es que, hace unos días nos preguntábamos si lograba pasar los US$440/t en Chicago (1200 cts/bu), y hoy nos preguntamos si llega a 500/t en breve.
Mientras tanto, nuestro mercado que ya venía con grandes subas también (desde los mínimos del 2020 US$130/t para la soja disponible y US$114/t para la soja mayo21) se encuentra afectado por las "vicisitudes" (por no decirlo de otra manera) propias de la Argentina. Por ejemplo, paros que generan desde pérdida de ingresos, hasta pérdida de clientes, de nuevos negocios, etc, etc. Cada vez que el país por alguna causa, climática, política, gremial, no está en mercado, nuestros competidores están listos para reemplazarnos.
En el caso de la soja, hoy no hay mucha alternativa para reemplazarnos, ya comenté la casi no disponibilidad de soja en Estados Unidos, Brasil ya se quedó sin soja hace unos meses (importando inclusive) y su nueva cosecha arranca en febrero. Y estos elementos son los que también le ponen más nerviosismo al mercado.
Ahora bien, cuando vamos al mercado del maíz, ahí la cosa es distinta (por lo menos esta vez). La decisión del Gobierno de intervenir el mercado de exportación, cerrando la posibilidad de hacer nuevas DJVE en los próximos meses hasta el ingreso de la nueva cosecha (marzo), no hace más que favorecer a nuestros competidores desde Estados Unidos, Brasil y Ucrania.
Especialmente en Estados Unidos donde hay maíz, el balance no es "tan" ajustado como el de soja, y es muy probable que los compradores que necesitan maíz (incluido China) vayan automáticamente de lleno a esos mercados.
Ahora, habrá que ver si la mayor demanda de maíz hacia Estados Unidos favorece aún más la suba del maíz también. Y como ya sabemos, una cosa está ligada a la otra, y maíz y soja en parte comparten usos. Si China sigue recomponiendo stocks de reserva de granos, y a su vez recomponiendo stock de cerdos, y uno de los jugadores oferentes de granos desaparece (o por paro o por medidas gubernamentales), va a tener que ir con mas fuerza sobre los países a los cuales puede seguir comprando libremente.
Podemos concluir que, por lo menos, el arranque de 2021 pinta para que siga "picante". El techo no lo sabemos, pero sí sabemos que mercado tranquilo no va a ser. Clima, medidas políticas, gremiales, muchos condimentos en medio de un mundo que trata de controlar la pandemia.
Pero lo principal para cada uno de los participantes de esta cadena agroindustrial es que llueva y se pueda asegurar buenos pisos productivos, asique primero lo primero, que lleguen buenas lluvias.
La autora es analista de mercados del agro
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