¿Sembramos trigo? Es la pregunta que venimos afrontando los asesores agropecuarios desde marzo por parte de los productores y, la verdad, es que no tiene una respuesta general ni trasladable a diferentes zonas del país.
Por ejemplo, en el país existen zonas donde el principal cultivo o el más seguro de cosecha es el invernal, como lo es gran parte de la superficie de la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos donde existen lluvias invernales. Pero en el resto de la potencial área de siembra de fina del país las precipitaciones durante el invierno son escasas o nulas reduciendo las posibilidades de siembra sólo a las zonas donde la recarga otoñal existió.
La decisión de hacer o no gramíneas en la zona núcleo depende en primer y mayor medida del agua acumulada en perfil del suelo al momento de la siembra. Y la verdad es que el escenario está muy heterogéneo, con zonas que pudieron acumular algo gracias a alguna lluvia otoñal pero hay un gran porcentaje de lotes en los cuales los productores tenían ganas de hacer trigo que quedaron muy desprovistos de humedad.
Forzando el análisis pudimos encontrar algunos lotes, en su mayoría sobre rastrojos de maíz, donde lo acumulado da justo para tomar la decisión de siembra y apoyados también por la mejora en la relación precio/fertilizante que no venía para nada bien hasta hace unos meses.
En cuanto al fosfato monoamónico, uno de los principales fertilizantes fosforados usados en fina, el único oferente es hoy Marruecos, con lo cual es el precio que menos se mueve a la baja dentro de los costos, con Canadá y China ofreciendo nada y Estados Unidos mirándose el ombligo por necesidad.
Respecto de la urea estamos en un sube y baja, fuera de los añorados US$425 por tonelada que supimos conseguir en la campaña pasada, el conflicto entre Ucrania y Rusia con sus consecuentes problemas energéticos para el mundo la llegó a ubicar alrededor de los US$1300 en marzo, luego de estar a US$820 en febrero. Hoy cotiza oscilando los 900 dólares por tonelada poniendo la relación trigo/nitrógeno otra vez competitiva.
Precios
El precio del trigo no escapa de las consecuencias de la guerra y nos ofrece una variabilidad alta en cuanto a los últimos precios registrados a cosecha, con un valor a fin de marzo de US$270/280, luego US$365 a mediados de mayo último para ubicarse hoy alrededor de los US$330 por tonelada.
En síntesis, cada productor sabrá cual estrategia mejor se adapta a su zona y condición, dependiendo de dónde se encuentra, cómo tiene su perfil edáfico, cuál es su situación financiera y su percepción del riesgo. Pero en la escala de factores a tener en cuenta para tomar la decisión de sembrar trigo nuestra recomendación es siempre la misma, y es no dejarse llevar por los números proyectados en un papel o en una pantalla sin tener en cuenta el agua. Porque independientemente de los precios y sus relaciones si el cultivo no tiene agua no supera su indiferencia de costos.
Numerosas veces exigimos decisiones apoyados por proyecciones generadas a través de un excel en el cual proyectamos rendimientos no alcanzables con la humedad disponible en ese ambiente y nos dejamos llevar simplemente por un buen precio a cosecha.
Recordemos que primero tenemos que tener la mercadería y después recién poder venderla, así que la recomendación en sistemas en secano es siempre la misma: primero ver cómo estamos de humedad y pronósticos y recién después someterlo al análisis económico de factibilidad.
El autor es asesor de productores
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