Se trata de un tablero para el control de los indicadores de la empresa
- 4 minutos de lectura'
No sería novedad afirmar que el tambo es una empresa compleja: hay que ordeñar las vacas todos los días, con buen o mal tiempo, asegurar la preñez, criar las vaquillonas para reposición, suministrar alimentación para alcanzar alta producción, prevenir enfermedades, etc. Por esta complejidad, los empresarios no siempre pueden llevar todos los controles necesarios sobre los aspectos que más influyen en el resultado económico. Y así surgen problemas reproductivos, sanitarios, de producción y de márgenes que exigen mucho tiempo y recursos para ser solucionados una vez declarados.
Para detectar lo antes posible y atenuar la incidencia de factores negativos como los descriptos hay metodologías. Una de ellas es el Semáforo Lechero, una creación de Mauro Gorgerino, un médico veterinario y consultor que brinda apoyo técnico a clientes de Select-Debernardi.
Este semáforo no sirve para ordenar el tránsito en los caminos internos del tambo; tiene otro objetivo. “El Semáforo Lechero es un sistema de monitoreo continuo, personalizado y en tiempo real del estado y evolución de una empresa lechera”, define Gorgerino. “Permite tener datos de todos los parámetros que tienen influencia en el resultado del tambo: producción, reproducción, crianza de terneras, recría, transición, confort y bienestar animal, entre otros”, describe.
Un veterinario del equipo de Gorgerino visita periódicamente cada tambo y evalúa estos indicadores generando un informe. En distintas planillas clasifica como cada ítem con “verde” en el caso de cumplimiento de objetivos previamente fijados; “amarillo”, de avance insuficiente y “rojo”, cuando se deben corregir deficiencias, siempre tomando como base la visita anterior.
En los registros también hay un campo para “Observaciones” en el que se detallan los problemas encontrados durante la visita: por ejemplo, alimento en descomposición en las bateas.
Ejemplos
En el Semáforo Lechero que evalúa los aspectos de la Producción se considera la performance individual de las vacas y se la compara con la de la anterior visita y con el cuartil superior e inferior de los vientres lecheros relevados. También se tienen en cuenta el contenido de grasa y de proteína y el conteo de colonias en la leche, entre otros indicadores.
En Reproducción se monitorean las tasas de concepción y de preñez (mediante ecografías) y las técnicas de inseminación artificial que utiliza el personal en la preparación y descongelado del semen. En las visitas también se revisan la salud de las patas y de la ubre.
Por su parte, en la Crianza de Terneros se anotan los natimortos (es decir, los fetos que no nacen o mueren durante el parto), la extracción, conservación y suministro del calostro, la higiene de las instalaciones y los terneros que mueren, entre otros factores.
En Bienestar y Confort se efectúa la lectura de comedero, se evalúa la dieta TMR (ración totalmente mezclada), la condición corporal, las vacas rengas y el estado del corral y de las aguadas. También, el manejo de los piquetes y de las camas de los galpones.
Mediante el uso de la balanza se determina el consumo total de alimentos y su relación con la producción, también referenciándolo con los cuartiles superior e inferior.
En la planilla de Transición se controla la condición corporal preparto, las vacas caídas, la retención de placenta, la metritis, la aparición de cuerpos cetónicos y la muerte de adultos, entre otros indicadores.
Así, con un equipo de siete veterinarios y tecnologías digitales de control, Gorgerino puede llevar una verdadera “radiografía” con datos de cada empresa lechera y establecer los puntos de mejora de una manera concreta y con un plazo fijo para la ejecución.
Aclara que el Semáforo Lechero solo se puede implementar a campo con una capacitación del equipo en varias disciplinas. Así, en nutrición debe vigilar el balance de las dietas, la carga del mixer, el manejo de frente del comedero y el seguimiento del stock de silaje. En la sala de ordeño debe capacitar al personal en rutina de ordeño y de secado, además de protocolizar el trabajo en la fosa. Además, coordina la remisión al laboratorio de muestras de casos clínicos de mastitis.
Con todos los datos obtenidos con los semáforos, el paso final del proceso es la evaluación de resultados económicos de cada empresa y la comparación con otras gestiones. Se cierra así, un enfoque integral para lograr la máxima eficiencia del sistema productivo, con metodologías de control desarrollados durante 15 años, y que actualmente se aplican en mas de 25.000 vacas en ordeñe en distintas zonas del país.
LA NACIONOtras noticias de Tambos
Más leídas de Campo
Murió Luciano Miguens. Por qué fue la pieza clave de la Mesa de Enlace durante el conflicto donde el campo se defendió del kirchnerismo
“Vengan el año que viene”. Un municipio descarta cambiar una polémica tabla para el cálculo de una tasa
Vacunos. Cierre de semana en alza en el Mercado Agroganadero de Cañuelas
Dictamen. El procurador de la Corte de Santa Fe emitió una opinión clave para el caso del millonario concurso de Vicentin