El mito de que las exportaciones agroindustriales argentinas carecen de valor agregado volvió a corporizarse en los últimos días a raíz de las críticas de dirigentes políticos, industriales y comunicadores a la gira del presidente Macri por India y Vietnam en la que logró acuerdos y avances para exportar limones, huevos y aceite de soja, entre otros productos. Algunos dijeron que más que apostar al supermercado del mundo se apuntó a una verdulería.
Sin embargo, especialistas y empresarios del agro consultados por LA NACION coincidieron en destacar la importancia que tiene la producción agroindustrial en términos de divisas, empleo, tecnología y desarrollo, y en las enormes oportunidades que se le presentan al país con esos productos en esos mercados. En este contexto, hay seis motivos claros del por qué son importantes las frutas, las verduras o los huevos.
- Comercio exterior: se exportan más frutas y verduras que acero
El primer dato que aparece con fuerza es el de la importancia económica. El complejo frutihortícola –manzanas, peras y limones, entre otros- exportó por 2108 millones de dólares en 2017 y ocupó el séptimo lugar entre los rubros de mayor importancia para la generación de divisas por bienes. En tanto, según los últimos datos anuales del INDEC, el complejo siderúrgico exportó en ese año por US$686 millones de dólares, mientras que el de aluminio lo hizo por US$763 millones de dólares.
- Mercado: demanda en ascenso
El segundo elemento importante es la dimensión del mercado que podría capturarse si el país consigue fortalecer sus exportaciones en esos destinos. "La India es hoy el segundo país más poblado del mundo, con 1200 millones de habitantes, y en pocos años será el primero, sobrepasando a China (hoy con 1400 millones). En Vietnam son unos 92 millones, dos veces la Argentina, y hace muchos años su economía está creciendo al 6% anual", explica Fernando Vilella, director del programa de Bioeconomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
"Según mis cálculos, hacia 2030 esa zona del Asia tendrá 900 millones de personas que solo se alimentarán con importaciones, ya que no podrán autoabastecerse. India más los países del sudeste asiático, no solo China, son esenciales para el destino agroindustrial de Argentina", añade.
- Población: el impacto demográfico
La posibilidad de que la Argentina pueda aumentar sus exportaciones agroindustriales puede tener un impacto territorial. "En un proyecto federal, donde todo el territorio nacional tenga similares niveles de vida y no expulse población, el rol de la agroindustria es esencial. Solo ella, el turismo y las industrias culturales están en cada rincón del país", dice Vilella. "Si sabemos que hay dos millones de argentinos trabajando en ellas, contra, por ejemplo 60.000 en la actual industria automotriz o unas 300.000 en la construcción, es más que evidente la relevancia", añade.
- Limón: vale más la fruta que el producto industrial
Uno de los productos estrella de las economías regionales argentinas es el limón, que ahora podrá entrar en la India. En 2017 las exportaciones del producto en fresco, aceites esenciales y jugos concentrados alcanzaron los 637 millones dólares. El principal producto exportado es la fruta en fresco. Para llevarlo desde Tucumán, la principal provincia productora del país, hasta un mercado de Rusia, el segundo destino de las ventas del sector, hay un trabajo que comienza muchos años antes.
"La verdadera fábrica del negocio del limón son las plantas, que se producen desde el vivero con las mejores variedades para las condiciones agroecológicas de los campos. Luego hay que esperar cuatro años de cuidado intensivo, que representa un montón de conocimiento, hasta que la planta empiece a producir fruta", dice Lucas Mendez Trongé, director de Relaciones Institucionales y Sustentabilidad de San Miguel, una de las principales empresas productoras de limones. "Y se cosecha con tijera para sacar el mejor limón. Eso lo hace un cosechero que elige la fruta más apta", sostiene. "Después hay un trabajo de selección por calidad, tamaño y color para que la fruta entre en una caja", dice.
"Hay un preconcepto sobre que el producto industrial tiene un mayor valor agregado. En realidad una tonelada de valor fresco tiene mucho más valor que la necesaria para una tonelada de jugo", dice. ¿Por qué? Para una tonelada de jugo se utilizan entre cinco o seis toneladas de fruta que se descartaron por no tener el color, la forma o la sanidad requeridas por los consumidores. "Para nosotros tiene mucho más valor agregado sacar fruta fresca para exportar que hacerlo para moler, aunque después generen subproductos que tienen buen valor por tonelada", explica. Se calcula que el valor de la tonelada de limón en fresco ronda los 1100 dólares.
- El huevo: desde los universitarios hasta el biodiésel
En su viaje a la India, Macri logró abrir el mercado para las exportaciones argentinas de huevo. Más que el simple producto de una gallina, la cadena del huevo abarca desde las granjas, las industrias que lo procesan, los laboratorios veterinarios que producen vacunas para las aves y el combustible necesario para mover la producción. "El huevo no es otra cosa que maíz y soja transformados", dice Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia). "Para producir un kilogramo de huevo se necesitan nueve kilogramos de maíz y cuatro kilogramos de soja", explica.
Además, es una actividad que requiere mano de obra cada vez más calificada. "Hoy necesitamos operarios que sepan manejar un teléfono inteligente que controla temperatura ambiente de una planta procesadora, abre o baja un galpón o cuenta la cantidad de huevos en una línea de producción, y tenemos problemas para conseguir esos recursos humanos", dice Prida. Las necesidades se extienden al plano profesional. "En las universidades de Luján, La Plata y Entre Ríos hay carreras de posgrado, tecnicaturas y especialidades en avicultura por el crecimiento que tuvo la cadena", dice Prida.
Entre las innovaciones que adoptan las empresas avícolas están los biocombustibles. "Para bajar costos cada vez más usamos biodiésel para el transporte", dice el presidente de Capia.
- Plantas: el manejo de la fotosíntesis
"Manejamos la fotosíntesis", destaca, Mariano Winograd, presidente de 5 al Día, una organización que promueve el consumo de frutas y verduras, en referencia a la transformación de la energía solar –fundamentalmente- en alimentos.
"La división de la economía entre primaria y secundaria basada en el nivel de fierro y petróleo que conllevan es un criterio que atrasa cien años, es preeinsteiniano", opina. "Transformar una semilla en una ensalada lleva mucho más agregado de valor que estampar una chapa. Y ni hablar si incluye transgenia", añade.
"Hoy estamos hablando de bioenergía o producir sin tierra, con hidroponía, o utilizar filtros de plástico para acelerar el proceso de la fotosíntesis de la planta. ¿Eso no es valor agregado?", se pregunta el experto.
Winograd calcula que dentro de 30 años se necesitará duplicar la producción de frutas y verduras para satisfacer la demanda mundial. Y asegura que la Argentina será fundamental en eso.