En las entidades de la Mesa de Enlace causó malestar la referencia del ministro de Agricultura a que el Gobierno debe “administrar con responsabilidad e inteligencia los saldos exportables”
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Luego de que el ministro de Agricultura de la Nación, Julián Domínguez, calificara de “bienes culturales” al trigo, el maíz y la carne y expresara que el Gobierno debe administrar con “inteligencia” los saldos exportables, en el campo respondieron que si el funcionario habla de intervencionismo, la relación del nuevo funcionario con el sector “va a arrancar mal”, porque así “es muy difícil que el sector crezca y produzca”. Es por ello le pidieron que sea “claro y preciso” en sus anuncios.
La Mesa de Enlace tuvo su primera reunión con el ministro el martes pasado, cuando se anunció la flexibilización del cepo para exportar carne a China.
Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en diálogo con LA NACION, sostuvo: “Es una retórica política que desde el Gobierno la están utilizando como para querer posicionarse políticamente con más fuerza y desde el campo nosotros no compartimos para nada estos enunciados que plantean. Creo que muy por el contrario se debe generar seguridad y confianza en los anuncios para que, justamente, el sector crezca y produzca”.
Precisó que si el funcionario, “al hablar de administrar se refiere a intervenir, va a ser muy difícil que el sector crezca, porque el sector de esa manera no puede funcionar”. En ese sentido agregó: “Es muy difícil que se pueda llevar adelante esto que dice el ministro sin generar intervenciones porque, en definitiva, administrar es intervencionismo. Si arrancamos así, vamos a arrancar mal”
Es por ello que advirtió: “El Gobierno va a tener que ser muy claro, preciso en lo que dice y tener mucho cuidado en los anuncios porque, si no, lamentablemente, no nos vamos a poder entender de esta manera”.
Las declaraciones del ministro se dieron durante la presentación de un proyecto de ley para fomentar las nuevas inversiones en la agroindustria. Domínguez acompañó al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta Cristina Kirchner en el anuncio. Allí el funcionario definió como “bienes culturales” al trigo, el maíz y la carne.
“La producción agropecuaria es una parte indisoluble de nuestra identidad nacional. El trigo, el maíz y la carne son considerados bienes culturales argentinos y están en el centro de nuestras tradiciones”, expresó. “Nuestra obligación es cuidar el interés general y seguridad alimentaria de los argentinos, como indica la Constitución. Por eso nuestro deber es administrar con responsabilidad e inteligencia los saldos exportables”, agregó.
Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), opinó: “Estamos tratando de salir del cepo a la carne y ahora se dice que son bien cultural la producción de maíz, trigo y carne y administrar con inteligencia los saldos exportables. Es decir quedarán ampliadas las producciones sujetas a controles”. Al igual que Chemes, afirmó: “Necesitamos construir confianza, certidumbre y previsibilidad”.
Además, le pidió al Gobierno “que las fotos, las reuniones y los anuncios dejen de ser tales y se transformen en soluciones para los agricultores familiares”.
“Mientras en la Ciudad de Buenos Aires se sacan fotos, en Formosa se pudren las bananas porque no hay a quién vendérselas, en Cuyo no sabemos qué pasará con la producción que necesita envases de vidrio porque no hay, los lecheros no saben cómo continuarán trabajando a los valores que perciben sin financiamiento. Pasa todo esto y la inflación los carcome cuando tienen que comprar como consumidores o los choca de frente el problema del precio del dólar para hacerse de insumos”.
Elbio Laucirica, presidente interino de Coninagro, también se refirió a los dichos de Domínguez. Remarcó que, si bien “una de las funciones del Estado es controlar, reglamentar, administrar para evitar abusos de una u otra parte, el punto está en el límite entre administrar e intervenir”.
“Si la carne, el trigo y el maíz fueran bienes culturales el Estado debería colaborar en ayudarnos a producir y no hacer lo que hace, que es ahogarnos con impuestos, cambios continuos en las reglas de juego e intervenir los mercados”, señaló, por su parte, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA).
En tanto, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) le contestó al ministro de Agricultura que “administrar” significa “seguir dejando sujetos a controles las exportaciones de dichos productos”.
“Las medidas anunciadas por el señor Ministro Julián Domínguez referidas a las exportaciones de carne, también fueron acompañadas de expresiones en donde se refleja su accionar intervencionista al volver a cupificar o cuotificar en no más del 22/24% la exportación de lo producido para el año 2022 de carne, algo que claramente desincentiva y desalienta cualquier inversión ganadera con miras a la exportación”, dijo Carbap.
Otro de los que se expresó sobre los dichos del funcionario fue Luis Miguel Etchevehere, exministro de Agricultura, Ganadería y Pesca que tuiteo: “Producir carne, trigo o leche no es un servicio público. El montaje de ayer confirma que volvieron a lo peor del pasado. Este nuevo ataque al campo solo se puede revertir con votos en noviembre”.
Planteos
Los dirigentes de la Mesa de Enlace también se refirieron al proyecto que busca fomentar las nuevas inversiones en la agroindustria, llamado “Régimen de fomento al desarrollo agroindustrial, federal, inclusivo, sustentable y exportador”.
Se trata de una iniciativa en la cual trabajaron los Ministerios de Economía, Desarrollo Productivo, Agricultura, Ganadería y Pesca, Cancillería, AFIP y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), la organización que había acercado la idea de una ley.
Producir carne, trigo o leche no es un servicio público. El montaje de ayer confirma que volvieron a lo peor del pasado. Este nuevo ataque al campo solo se puede revertir con votos en noviembre.
— Luis Etchevehere (@lmetchevehere) October 1, 2021
Achetoni, tras aclarar que participó en todo el proceso de propuesta del CAA y las devoluciones hechas por el Gobierno, comentó: “Siempre observé y expresé mi crítica de que había muy poco para los productores y menos para los de economías regionales; y nada para los agricultores familiares”.
Aclaró: “No digo que sea mal, porque algunos aspectos para el sector agropecuario tiene, pero con parámetros a cumplir que en nuestras producciones a cielo abierto son de muy difícil cumplimiento. Sí tiene mucha más incidencia sobre el sector industrial y exportador. Se deberá modificar considerablemente en el congreso para que se desafecte la presión impositiva y de retenciones sobre el sector primario para que la primer meta a cumplir sea real, que haya más producción”.
El presidente de CRA también manifestó su desacuerdo: “Originariamente este proyecto era para incrementar las exportaciones y bajar la carga impositiva, es decir las retenciones, pero lo modificaron y el que presentaron ayer en definitiva es de incentivo a la inversión y la industria. No está plasmado la baja de retenciones y de la carga impositiva que necesita el sector primario por lo cual no se beneficia”.
En esa misma línea, agregó: “Los eslabones industriales se terminan favoreciendo y el eslabón de la producción, que es el último de la cadena, termina pagando las consecuencias de las malas políticas”.
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