El Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) estimó así el impacto de la gripe aviar en las exportaciones del sector
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En medio de la situación que atraviesa la Argentina tras la detección de la gripe aviar y la reapertura paulatina de los mercados, el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) señaló en un evento que las exportaciones del sector cayeron un 28% en volumen y 35% en divisas por la enfermedad. Vale recordar que a fin de febrero pasado, luego del primer caso local de la enfermedad, el país suspendió las ventas al exterior, con lo cual la caída del mercado se produjo desde esa fecha. CEPA se mostró expectante por el viaje de autoridades del Senasa y la Secretaría de Agricultura a China para rever los protocolos sanitarios para reanudar los envíos a ese destino y reiteraron su posición en contra de la posibilidad de vacunar contra esta influenza.
En 2022, el país exportó productos avícolas por 400 millones de dólares a más de 60 destinos. China es un mercado que suele comprar el 30% de la mercadería. En tanto, los envíos de rito halal representan un 19%, Sudáfrica 15%, Chile 11%, Vietnam 7%, Angola 4%, Perú 2%, la Unión Europea 2% y al resto del mundo se envió otro 10%.
“Este año vamos a llegar a los 1000 millones de pollitos recién nacidos; teníamos previsto un crecimiento del 2,5% a 3% por año. Si se toma como referencia la postura, el promedio es de 2,8% a 3%; con el alojamiento de más cantidad de gallinas va a estar más cerca del 4%, pero [la proyección] fue antes de la llegada de la gripe aviar. Las aves que van a estar en producción corresponden a la recría del año pasado”, contó explicó Roberto Domenech, presidente de CEPA. El consumo aparente de carne aviar está estimado en 47 kilos por habitante por año.
Del encuentro, organizado en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, y el marco del Día de la Avicultura que fue el domingo pasado, participó Sofía García, coordinadora de Negociaciones Internacionales de CEPA, quien habló de la evolución de las gestiones público-privadas a fin de acordar nuevos certificados sanitarios con cada uno de los países importadores de pollo argentino. “Hubo una reducción de las exportaciones en toneladas del 28% y en facturación del 35%. Estamos trabajando para poder recuperar todos los destinos, sobre todo los que sostienen la cantidad de toneladas”, agregó.
El 15 del actual, una comitiva encabezada por el vicepresidente del Senasa, Rodolfo Acerbi, técnicos de ese organismo sanitario y Ariel Martínez, en representación de la cartera de Agricultura, comenzarán negociaciones en China con el viceministro de la Administración General de Aduanas de ese país (GACC), Wang Lingjun, para reanudar las exportaciones avícolas al gigante asiático.
“Ayer tuvimos una reunión en el Senasa donde nos informaron. La delegación está integrada por cuatro funcionarios del organismo y el de Agricultura. La idea es que se reúnan con la gente del GACC, plantear las garantías necesarias y proponer este modelo de los 10 kilómetros que rodean a cada brote que se presenta, más todo el detalle de cómo se han controlado los brotes. Hay puntos especiales que hay que redactar en el protocolo que existe o se hará uno nuevo. Con esa información aprobada por las partes, después viajará el secretario [de Agricultura, Juan José Bahillo] para la firma de las partes”, dijo Domenech.
La expectativa es que se acepten los modelos que se están planteando y si en China tienen alguna sugerencia de cambio. La intención del sector es que la Argentina logre un acuerdo que permita exportar con un certificado que indique que los productos no provienen de zonas infectadas con influenza aviar.
“Están los que te dicen que están de acuerdo y te preguntan cómo vas a garantizar y bajo qué metodología. Este es un trabajo que va a tomar otros meses más o menos”, explicó.
Recordó que aún no existe una vacuna ideal para esta enfermedad. “Hay vacunas producidas que no han demostrado eficiencia y ante la presencia del virus las aves deben sacrificarse aún vacunadas”, agregó el presidente de la entidad.
Carlos Sinesi, gerente general de CEPA, planteó: “Veremos qué es lo que los chinos aceptan y qué es lo que quieren modificar de este modelo que se viene planteando a todos los destinos. Habrá que ver cuál es la exigencia real y el objetivo para entrar en las exportaciones; es que siempre te piden algo más, algo mejor”.
Respecto de la vacunación, argumentó Sinesi que si hubiese una vacuna que solucionara este problema completamente o tuviese una eficiencia del 90%, o que estuviese inclinada sobre el virus puntualmente, quizás no habría conflicto. “El crecimiento de las exportaciones se viene dando a lo largo de los 20 años y si uno vacuna, los países de destino te dicen ahora: a mí no me pueden mandar nada. Con esto no tenemos una seguridad de que cubra a los animales, porque podrían adquirir el virus igual y hacer caer las exportaciones. Entonces, lo que planteamos es seguir teniendo la bioseguridad, porque esto no se negocia, independientemente de que vacunemos”, aclaró Sinesi.
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