Las empresas se ven afectadas por incrementos en el precio de los granos, de los fertilizantes y de la energía
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La producción lechera de todo el planeta se vio afectada por los efectos de la pandemia y de la guerra entre Rusia y Ucrania. Durante los últimos dos años hubo problemas de distinto tipo, pero su combinación produjo un incremento de los costos de producción que esmerila la rentabilidad de todos los planteos y reducirá la producción de leche en varios países. El efecto negativo es el resultado, principalmente, del aumento de precios de los granos, de los fertilizantes y de la energía.
En detalle, la pandemia que arrancó en 2020 trajo grandes modificaciones en el comercio mundial. Hubo problemas de logística y aumento de la inflación en las potencias mundiales que han dejado un impacto negativo en la producción lechera. El sector sufrió las consecuencias de estos cambios, aunque se pudo adaptar y continuar siendo un proveedor de alimentos confiables para la seguridad alimentaria mundial.
Cuando pensamos que estábamos entrando en una nueva normalidad, el año 2022 nos vuelve a poner a prueba. Al aumento de costos que ya se venía sufriendo el sector a comienzo del año debido al alza de los commodities, se sumó el conflicto entre Rusia y Ucrania. Ambos factores impactan significativamente en la rentabilidad de los planteos lecheros para este año y también para 2023.
El rol que tienen estos países en el comercio de granos, fertilizantes y energía aumenta el costo de alimentación de los productores lecheros, que representa entre el 30 y el 70% del costo de producción, dependiendo del sistema.
En detalle, Rusia y Ucrania son dos de los principales productores de granos del mundo. En 2021, ambos países se ubicaron entre los tres principales exportadores mundiales de trigo, maíz, colza, semillas de girasol y aceite de girasol.
Desde el 24 de febrero hasta fines de marzo, el trigo, el maíz y la soja han sentido el impacto de este conflicto habiendo aumentado 21, 18 y 6%, respectivamente, lo cual aumenta los costos de alimentación de los tamberos de todo el mundo.
Además, en 2021 Rusia también se ubicó como el principal exportador mundial de fertilizantes nitrogenados, el segundo proveedor de fertilizantes de potasio y el tercer mayor exportador de fertilizantes de fósforo. Los menores embarques impactaron en los precios y sumaron otro efecto negativo sobre los costos de producción.
Mientras tanto, los commodities lácteos también experimentaron un aumento de precios. La guerra le dio el último impulso a la leche en polvo, que cotizó a 4677US$/t como promedio para el mes de marzo, muy por encima de la media histórica. Sin embargo, luego, en el mes de abril, mostró bajas en los precios disponibles y, lo que es más importante, en las posiciones futuras.
En lo que respecta al comercio de lácteos, ni Rusia ni Ucrania son grandes jugadores en el mercado mundial. Rusia es un importador neto de estos productos, cuyo principal proveedor es Bielorrusia, con más de un 70% del mercado. Las sanciones que recibió Rusia luego de la invasión a Crimea en 2014 hicieron que modificara su matriz de importación con nuevos actores, como Nueva Zelanda con un 4,2%, y la Argentina con un 3,6%.
Producción
Como resultado de todos estos procesos, para los próximos meses se espera que el aumento de costos impacte en la productividad de las empresas lecheras y que disminuya la producción mundial. Esto ya se puede ver en los principales países y bloques exportadores, como la Unión Europea, Oceanía, Estados Unidos y Sudamérica.
Además, el conflicto bélico no solo va a tener efecto negativo en la producción de leche de este año, sino también en la de 2023. La escasez y el encarecimiento de fertilizantes va a impactar en contra de las pasturas y verdeos de 2022 del hemisferio norte y sur, como así también en la confección de reservas para 2023. Es aquí donde los países exportadores de productos lácteos toman un rol central a la hora de garantizar la seguridad alimentaria mundial.
¿Cómo afecta este nuevo escenario a los productores argentinos? Nuestro país es el sexto exportador de productos lácteos en el nivel mundial. Embarca solo el 25% de lo que produce y son pocas las empresas que tienen posibilidad de concretar negocios con el exterior.
Esto determina que el precio pagado al productor argentino no tenga una relación directa con el precio internacional. A pesar de este “desacople”, durante el mes de marzo el precio en tranquera tuvo un aumento del 7,2%, que se ubicó por sobre la inflación. No obstante, según un reciente informe de CREA, para el mes de marzo la relación entre el precio y el costo de producción se vio deteriorada con respecto al mes de febrero, como consecuencia de subas mayores en los insumos que en el producto.
El autor es analista del mercado lechero de AZ-Group
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