Hace siete días, el 80% de la zona agrícola núcleo estaba en sequía; ahora, tras las precipitaciones, ese porcentaje bajó al 20%
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Fructíferas. Las lluvias de la última semana cambiaron la situación hídrica en la región núcleo. Según un reciente reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), mientras que hace siete días el 80% de esta zona estaba en sequía, “el nuevo mapa actualizado muestra que solo el 20% sigue en esta condición de sequía”.
Para la entidad rosarina, “las últimas precipitaciones frenaron el deterioro de los suelos en la región núcleo”. “Las lluvias, que fueron ampliamente superadoras a los pronósticos, fueron clave para mitigar el impacto de la sequía en los cultivos. Entre el 10 y el 17 de octubre, la región recibió entre 20 y 90 milímetros de lluvia, con Bigand, en la provincia de Santa Fe, registrando el valor máximo de 94 milímetros”, destacó la BCR.
En este sentido, el informe remarcó que las lluvias fueron fundamentales para frenar la caída del rendimiento del trigo en la región núcleo. “Antes de las precipitaciones, unas 650.000 hectáreas estaban en condiciones regulares a malas, pero tras las lluvias esa cifra se redujo a 325.000 hectáreas. En promedio, la región recibió 60 milímetros de lluvia entre el 10 y el 17 de octubre, un valor que supera ampliamente lo esperado para esa semana. Localidades como Bigand registraron hasta 108,6 milímetros, mientras que otras zonas como General Pinto, en la provincia de Buenos Aires, apenas alcanzaron los 16 milímetros”, detallaron.
“Fue algo muy celebrado por el sector esta semana de lluvias importantes y muy esperada para los productores de la región núcleo, después de un septiembre sin agua, después de ver cómo iban pasando los días de la primera quincena de octubre y casi no llegaban las tormentas. Estas lluvias que fueron superadoras de lo que se estaba esperando, de 15, 20 milímetros, de repente tuvimos en promedio 60 milímetros en la región núcleo, con zonas que han terminado por encima de los 100 milímetros”, dijo Cristian Russo, Jefe de la Guía Estratégica para el Agro de la BCR.
Sin embargo, en el organismo indicaron que las lluvias llegaron tarde para revertir el daño total, “ya que el 70% del cultivo está en la etapa de llenado de granos y el 30% en floración”.
“A pesar de la mejora en las condiciones de los lotes, los técnicos coinciden en que las pérdidas en el rendimiento son irrecuperables. En zonas como Viamonte, en el sudeste de Córdoba, los productores indican que la muerte de macollos y la falta de hojas en las espigas principales han reducido considerablemente el potencial de producción. En otras áreas como Bigand y Sancti Spíritu el trigo ha dejado de perder rinde, aunque las expectativas se mantienen moderadas, con estimaciones de rendimiento entre 35 y 38 quintales por hectárea [qq/ha]”, describieron.
Para el experto, era un momento clave de la campaña, con el trigo definiéndose y con la mitad de los lotes regulares malos en la región. “Hubiese sido ideal que esto hubiese pasado antes, pero lo importante es que pasó. Es un gran estímulo para los productores para seguir para adelante. Hay pronósticos de lluvia para la semana, hay mucha inestabilidad en la atmósfera, se está hablando de lluvias que pueden ser muy importantes, pero hay que ir viendo cómo cambian los pronósticos en tan poco tiempo. Cruzamos los dedos para que siga el agua en la región núcleo”, destacó.
Por otro lado, en cuanto a los recortes de los rindes de un 10% menos, unas 500 mil toneladas menos para la región, para Russo “no es algo que por ahora se revierta”.
“Estas lluvias van a venir muy bien para el llenado, para todos los cultivos que se sembraron más tarde y que están un poco más a tiempo. Hay zonas que se van a recuperar bien y otras que están muy castigadas. Todo el trigo cordobés está muy complicado. Pero para otras zonas va a haber una recuperación interesante de rindes”, señaló.
Siembra maicera
Cuando aun faltan por sembrar en la región unas 730.000 hectáreas, o sea el 44% del área de intención de maíz, las lluvias de la semana pasada, con acumulados reducidos y localizados en el NO de la región, permitieron sembrar 80.000 hectáreas después de un mes de paralización por falta de agua. Para la BCR, “con lluvias abundantes y con condiciones ideales para la siembra, sembrar ahora implicaría posicionar al período crítico del cultivo en las semanas más temidas del verano, esto es pleno enero”.
“Las lluvias han llegado cuando la ventana de siembra está al límite y esto plantea una incertidumbre para muchos productores. Por eso, muchos ya han dado por finalizada la siembra de maíz temprano. Ingenieros de la región de María Susana dijeron que suspendieron la siembra para evitar que la floración ocurra hacia fines de diciembre y principios de enero, pero no descartan sembrar en noviembre, en fechas tardías, no tan tardías dada la reciente experiencia de maíces muy afectados con fecha de siembra después del 10 de diciembre. Este tipo de siembras se harían teniendo en cuenta el nivel de población de chicharrita”, señalaron.
En otras regiones como Carlos Pellegrini ya han dado por concluida la siembra, con un 50% menos de área sembrada que el año pasado. En el extremo sur santafesino, Bigand y Sancti Spíritu, “la siembra se reiniciaría y se completaría toda el área prevista, aunque la superficie será un 40% menor que el año pasado”.
En relación al maíz, Russo recordó que, en general, luego del 15 de octubre se evita la siembra del cereal para que no quede situado el periodo crítico del cultivo arrancando enero, sin embargo, hay productores que lo va a hacer igual. “Es como un salto al vacío plantear el periodo crítico del maíz en esa situación, pero ante un año con tanta falta de agua y de repente estar viendo perfiles que han recibido en algunas zonas 80, 90, 100 milímetros, lo quiere hacer de todas formas y van a estar sembrando. Otros, en cambio, han dicho que ya se para la siembra”, detalló.
Más soja
En este marco, se aguarda una mayor siembra de soja: “Los técnicos de Carlos Pellegrini destacan que los primeros lotes de soja de primera comenzarán a sembrarse la próxima semana, apenas la humedad del suelo lo permita. Allí, proyectan un aumento del 30% en la superficie sembrada respecto al año anterior. Los asesores resaltan la importancia de sembrar tan pronto sea posible y extenderla hasta mediados de noviembre. No solo para diversificar riesgos, sino también por cuestiones logísticas”.
“En tanto, en Cañada de Gómez este año dicen que hay mucha soja para sembrar y debemos evitar un cuello de botella en la cosecha. En Bigand advierten por los efectos de la escasa eficacia de los herbicidas por la sequía, que retrasó los barbechos. Allí, hay expectativa de sembrar hasta un 20% más de soja que el año pasado”, agregaron.
En este contexto, Russo dijo que la disminución de la superficie de maíz en gran parte va a soja: “Los productores están diciendo que va a sembrarse mucha soja y que hay que prevenir, diversificar fechas y logística, hay que tratar de ir sembrando lo más temprano posible, teniendo en cuenta los cuellos de botellas que se pueden armar en la cosecha”.
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