El 25 de diciembre de 1873, el pueblo de Atiles, en Los Llanos de La Rioja, departamento Rivadavia, vio nacer a la máxima cultora de una nueva escuela: Rosario Vera Peñaloza. Descendiente de una familia de pura estirpe riojana, Rosario era la nieta de Francisco Nicolás Vera y Herrera, y bisnieta de Nicolás Peñaloza, abuelo este del general Ángel Vicente "Chacho" Peñaloza.
Fue la menor de cuatro hermanas. Huérfana de pequeña quedó bajo el cuidado de sus tías quienes la enviaron a San Juan para cursar la escuela primaria. A los 11 años regresó a su provincia junto a su tía Jesús Peñaloza de Ocampo. En 1884 dos maestras estadounidenses traídas por Sarmiento fundaron la Escuela Normal de La Rioja, donde Rosario realizó los estudios secundarios y cursó la carrera de magisterio.
Continuó sus estudios en Paraná, en el Profesorado Superior de Enseñanza, donde fue alumna de Sara Eccleston. Se recibió a los 21 años. En esa ciudad litoraleña comenzó su ejercicio en la docencia, destacándose por su talento y por su carácter firme y decidido.
Sus grandes desvelos fueron la reforma escolar argentina, los jardines de infantes y la formación docente. Educadora y pedagoga, precursora del trabajo manual para el desarrollo de las habilidades prácticas en los niños, sufrió persecuciones y cesantías. Al respecto dijo: "Siempre es lenta la marcha de las ideas nuevas". Ejerció numerosos cargos docentes en todo el país.
De su permanente quehacer docente emanaron 25 libros, cursos para docentes, tareas asistenciales, cátedras de pedagogía y matemática, nuevas técnicas didácticas en los jardines de infantes y la creación de innumerables bibliotecas, entre tantas otras actividades. Basada en el sistema Pestalozzi, Froebel y Montessori elaboró un estudio comparativo y fundó en la Escuela Argentina Modelo, un museo pedagógico con fines didácticos. Luchó sin pausa por brindarle al niño la mejor enseñanza en una cruzada por derrotar la ignorancia. Inagotable fundadora de jardines de infantes, escuelas y museos en todo el país, vio cristalizado su mayor tributo a la patria con la creación del Museo Argentino para la Escuela Primaria y Pre-Escolar Félix Bernasconi, en 1931.
Partidaria del positivismo pedagógico, y bajo el concepto de círculos concéntricos con eje en la geografía, consideró primordial la presencia del hombre en la naturaleza, figura que se desarrolla en la obra de J. V. González. Sembradora del bien y del saber, junto con Carlos María Biedma y otros fundó la Escuela Argentina Modelo en 1918 y difundió con amor su propio credo: "Creo en el amor a la patria que inspiró a nuestros próceres para darnos independencia y libertad, y en la bandera celeste y blanca que no será abatida mientras palpite un corazón argentino".
Maestra insigne, nos legó su Decálogo patriótico, que quedará grabado para siempre como lo hicieran las Máximas sanmartinianas. El poeta Félix Luna escribió el poema "Rosarito Vera, maestra", y el pianista Ariel Ramírez compuso una zamba sobre esa letra. El 28 de mayo, fecha de su fallecimiento, se declaró Día Nacional de los Jardines de Infantes y Día de la Maestra Jardinera, por ley 27.059
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