En el marco de la declaración de la emergencia hídrica se dispuso guardar la mayor cantidad de agua en los embalses para preservar el recurso para la próxima temporada de riego
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SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Luego de una reunión extraordinaria que mantuvo a fin de la semana pasada el comité ejecutivo de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) de los ríos Limay, Neuquén y Negro, se decidió declarar la emergencia hídrica y se dispuso guardar la mayor cantidad de agua en los embalses para preservar el recurso para la próxima temporada de riego, que comienza este mes y suele extenderse hasta mayo.
La decisión se tomó a raíz de la extrema sequía y las bajas precipitaciones de nieve y agua en la cuenca alta de los ríos Limay, Neuquén y Negro: a partir de ahora se erogará una mínima cantidad de agua de los embalses. Desde El Chañar, en el río Neuquén, se distribuirán solo 35 m3, y desde Arroyito, en el río Limay, se dará paso a 300 m3 por segundo. La cantidad iría en aumento a partir del 16 de agosto.
El superintendente del Departamento de Aguas de Río Negro (DPA), Fernando Curetti, mañana se reunirá con los productores y consorcios de riego de las distintas zonas productivas de Río Negro para ir definiendo las próximas medidas a tomar para llegar al final de la temporada con el agua suficiente.
“Una de las estrategias es estirar la largada de agua lo más posible para que se aleje de principios de agosto, como suele hacerse. De todos modos, eso también requiere analizar los pronósticos climatológicos porque, en los primeros días de septiembre, es necesario disponer de agua para mitigar algún riesgo de heladas. Así que se contemplarán todas las necesidades y se buscará consensuar estrategias”, afirmó Curetti.
La falta de agua se profundiza este año por las escasas nevadas en la cordillera: hay menos agua en los distintos cursos de agua y menos derrame. A su vez, los expertos puntualizan en situaciones que se vienen observando en los últimos diez años, aproximadamente, de ciclos hidrológicos que se clasifican entre “secos” y “extra secos”.
La medida adoptada por la AIC busca hacer más eficiente el uso del recurso hídrico, al tiempo que permitirá un mayor control de los embalses sobre los ríos Limay y Neuquén para garantizar el uso del agua según el orden de prioridades: consumo humano, riego y generación de energía.
En relación con el riego, el sistema que mayor cantidad de agua consume es el del Alto Valle de Río Negro, caracterizado por la producción de frutales. Allí hay un canal principal de riego y un dique derivador, que es el Dique Ballester, sobre el río Neuquén, en la zona de Barda del Medio. Y es justamente ese río uno de los que ahora tiene su caudal restringido: se redujo a 35 m3 por segundo, pero, en su máximo desarrollo, ese sistema suele consumir más de 70 m3 por segundo en plena temporada de riego.
“La provincia de Río Negro tiene dos cuencas principales que atraviesan los desarrollos productivos, la del Neuquén y la del Limay. Esos ríos, a su vez, son afluentes del Río Negro, nuestro curso principal. La cuenca del Neuquén afecta directamente al Alto Valle, donde se desarrollan peras y manzanas. Esta situación extrema actual la podemos sortear gracias a los embalses, que nos permiten tener un reservorio de agua. Pero lo cierto es que veníamos mal acostumbrados, con un río que históricamente tuvo un nivel muy alto de agua. Hoy hay episodios de granizo, lluvias extremas y sequías extremas como las que dieron lugar a los incendios de este verano. Por eso, apostamos por enfoques eficientes, como el uso de malla antigranizo, el riego por aspersión y el riego por goteo, y por obras estratégicas que permitan sostener en el tiempo todos los sistemas de riego, como la futura represa de Chihuido, en la cuenca del Neuquén”, aseguró Carlos Banacloy, ministro de Producción y Agroindustria de Río Negro.
En tanto, la restricción actual del caudal de los ríos y la idea de postergar la largada de la temporada de riego son dos decisiones que permitirán dar algo de oxígeno al estrés hídrico. Además, los embalses del complejo hidroeléctrico Cerros Colorados, en el curso inferior del río Neuquén, están muy cerca de sus niveles máximos de agua. El mayor problema sigue siendo que no nieva lo suficiente en la cordillera y los pronósticos no son alentadores.
Si bien no hay antecedentes de declaración de emergencia hídrica en Río Negro, en la temporada 2016/2017 también hubo que extender el inicio de la temporada de riego, así como cerrarla prematuramente, en abril.
“Este año vamos a estar con lo justo, pero trabajaremos para tener una temporada de riego con los menores sobresaltos posibles. Esta situación llegó para quedarse, el aumento gradual de la temperatura a nivel mundial influye tanto en las sequías extremas como en las lluvias intensas en cortos períodos, eventos que también hemos tenido en la provincia. Todo ello es producto del calentamiento global”, concluyó Curetti.
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