Abundan las referencias sobre el tema de los avestruces en nuestra pampa, y la diversión de salir a bolearlo y su utilidad fue narrada por distintos viajeros y cronistas, no solo entre nuestros hombres de campo, sino también entre los indios. López de Gómara en 1520 sostiene que los patagones “matan avestruces, zorros…”, Martín del Barco Centenera, en “La Argentina”, afirma que “Es gente muy crecida y animosa / Empero sin labranza y sementera;/ En guerras y batallas belicosas / Osada y atrevida en gran manera. / Tan sueltos y ligeros son, que alcanzan / Corriendo por los campos los venados; /Tras fuertes avestruces se abalanzan, / Hasta de ellos se ver apoderados; /Con unas bolas que usan los alcanzan, / Sirven que están a lejos apartados; / Y tienen en la mano tal destreza, / Que aciertan con la bola en la cabeza”. Los jesuitas Cardiel y Sánchez Labrador, Luis de la Cruz y otros tantos se ocuparon del tema.