La inflación en dólares y la suba de las commodities mejoraron el nivel de operaciones; volvió el interés por campos desde US$5 millones
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CÓRDOBA.- La inflación en monedas duras y la guerra entre Rusia y Ucrania que empujó al alza los precios de las commodities mejoraron las operaciones del mercado inmobiliario rural. Desde abril pasado la actividad viene en alza y la expectativa es que se sostenga en los próximos meses. Incluso volvió el interés en campos desde US$5 millones que estaba prácticamente frenado. Los operadores inmobiliarios lamentan que por la ley que bloqueó las inversiones extranjeras, Uruguay haya aprovechado esa ola.
Según la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), el último semestre del 2022 fue el mejor de los últimos cuatro años. “El mercado comenzó una lenta pero sostenida recuperación de la actividad”, resume y analiza que la existencia de pesos y su “difícil” resguardo ante índices altos de inflación derivó en que una gran parte de ese dinero fuera “volcado a los alquileres de campos agrícolas y ganaderos”. explicó un informe de la entidad.
“Con reglas claras y manteniéndolas en el mediano plazo, sin asfixiar al sector, continuará creciendo la producción agrícola, la ganadería y las economías regionales; sin perjuicio de que la sequía es un punto álgido, inmanejable por cierto, que puede alterar el resultado final. Creemos que la oportunidad está intacta, solo depende de certidumbre y la claridad política, que no sean zigzagueantes en el futuro mediato”, añadió el último análisis de la CAIR.
Rolando Bauza, presidente de la CAIR, dijo a LA NACION, que en un año electoral si hay “una apuesta por el cambio, puede mejorar el nivel de operaciones” a lo que se agrega que estando los precios por debajo de la región “hay expectativas de suba”. En tierras similares con Uruguay, por ejemplo, el atraso es del 60%.
Retraso
Javier Christensen, referente del sector y expresidente de la CAIR, señaló que después de dos años “muy complicados”, a partir de abril pasado comenzó la recuperación de la actividad. “El movimiento se dio por factores ajenos a la realidad argentina, como la inflación en moneda dura y la suba de las comodities que empuja a invertir en tierra. A eso se suma que en la Argentina los precios están atrasados a nivel regional”, indicó.
Sostuvo que en 2011 se alcanzó un pico con los precios y después hubo una caída de entre 20% y 30%: “Hoy un campo cuesta lo mismo que hace cinco o seis años mientras hubo alzas significativas en Uruguay, Paraguay y Estados Unidos”.
El análisis de la CAIR coincide en que los precios relativos de la tierra en la Argentina están, en relación al contexto mundial, “en niveles bajos” por lo que la expectativa es que, “acompañados de normas y precios más libres, haya una recuperación”.
“Los valores de la tierra en Uruguay, para campos agrícolas de calidad, aumentaron significativamente y se vislumbra allí un mercado de inversores activos que eligen proteger su capital eligiendo países más ordenados y estables, con mayor seguridad jurídica y sobre todo con previsibilidad”, añadió el reporte y adviertió que esa situación “coloca a la Argentina en una posición que, si bien pareciera más aventurado invertir en tierra, el costo de oportunidad hoy es grande”.
Christensen apuntó que, desde hace poco, volvieron las consultas por campos a partir de US$5 millones. “Ese segmento estaba frenado y empezó a moverse no solo en la zona núcleo, sino en otras áreas. Entendemos que se consolidará”, dijo y se lamentó que la ley que impide la inversión de extranjeros en tierras terminó favoreciendo a Uruguay.
Desde la cámara señalaron que, muchas veces, los interesados en campos “terminan dispuestos a pagar algo más de lo que tenían presupuestado” en el caso de campos agrícolas catalogados como “muy buenos”. Advirtieron que la situación es diferente a la que venía sucediendo, cuando “en la puja de la oferta y la demanda, era el vendedor quien terminaba cediendo, cerrando la operación por un valor menor al de sus aspiraciones”.
“Estos cambios de tendencia, generaron una leve aunque esperanzadora reactivación en la dinámica de los negocios. Más movimiento, más revisaciones y ofertas que, si bien siguen siendo inferiores a las esperadas, cuando existe verdadera vocación de venta y de compra, suelen llegar a buen final, y en este escenario parecería que hay más vocación por comprar”, agregaron.
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