La postergación de los embarques ya comprometidos comprende unos cinco millones de toneladas, según estimaron los exportadores; críticas de los analistas del mercado de granos
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Después de que el Gobierno decidiera prorrogar las ventas de trigo al exterior hasta 60 días, los exportadores señalaron que la medida implicará que se posterguen hasta mayo mercadería valuada en unos US$1000 millones. No obstante, analistas del mercado de granos advirtieron que la decisión puede representar una baja en el precio del cereal para el productor debido a que los exportadores no estarán urgidos por comprar trigo para cumplir con los compromisos de embarques.
“Esta resolución fue tomada por el Gobierno por la fuerte concentración de embarques en febrero y marzo, heredados de la sequía y de los ´volúmenes de equilibrio’ que llevaban a problemas de logística exportadora, por eso [se dieron] las reprogramaciones a 30 y 60 días”, dijo Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (Cec).
En rigor, mencionó que son cinco millones de toneladas que en la práctica podrían ser reprogramadas no más allá de mayo. “[Esto representa] alrededor de US$1000 millones de dólares, que se reprograman entre marzo y mayo”, agregó. La decisión del Gobierno se da, dijo, por “un tema operativo de embarques, no cambia la ecuación de divisas”, dijo.
La cantidad de toneladas registradas para febrero y marzo llevó al Gobierno a prorrogar los embarques de trigo para evitar problemas de logística y descongestión en los puertos. Estas, a su vez, se habían prorrogado en la administración anterior y se extendieron a esta campaña. Se trata de la mercadería que no pudo cumplirse con los embarques por la sequía que provocó una fuerte merma en la cosecha. Al mercado interno se destinan 6,5 millones de toneladas de trigo para la molienda, por lo que esta decisión, según los exportadores, no representa riesgos de desabastecimiento a nivel nacional.
“El Gobierno nos consultó sobre esta decisión que plasmaron en la resolución del día de hoy y le expresamos que la veíamos razonable por la saturación en pocas semanas de embarques que quedaron pendientes del año pasado debido a la sequía”, dijo Idígoras.
Paulina Lescano, analista del mercado de granos, sostuvo que van tres años consecutivos de prórrogas. “Con esto que hacen, si están decidiendo cuidar el consumo interno es lo mismo que hacían los K: cero libre mercado. Había 8,5 millones de toneladas que ya se habían prorrogado con los K. Ahora las DJVE [Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior] nuevas son pocas. Las de esta campaña (2023/24) son solo 530.000 toneladas (que su mayoría fueron para aprovechar el tipo de cambio de $350 y los derechos de exportación en 12%)”, añadió. Vale aclarar que en el Congreso hay un proyecto de ley para aumentar al 15% los derechos de exportación del trigo.
Lescano sostuvo que si se prorrogan cinco millones toneladas, estas corresponderían a las que el gobierno anterior ya venía prorrogando. “Del stock del 2022/23 no queda mucho. Y de lo que se está cosechando, que serán 15 millones, se consumirán unos seis millones de toneladas; para exportar serían cerca de ocho millones de toneladas. La última prórroga que había hecho el gobierno anterior de casi todo lo declarado de la campaña 2022/23, se postergó todo o casi todo para que se puedan embarcar en este diciembre, enero y febrero”, añadió.
Por otra parte, señaló que “cada una de esas prórrogas hace que el exportador esté más tranquilo y no necesite salir a comprar el trigo para cumplir con esos embarques (o sea que el mercado puede bajar para el productor)”, aclaró.
Lorena D’Angelo, analista de la consultora AZ-Group, dijo que la medida provocó una sorpresa porque ya estaban prorrogados los embarques y se estaban dando hasta marzo las postergaciones de los anteriores que eran de la campaña 2022/23. “Esto lo que va a provocar es una baja del precio en el mercado. Problemas de abastecimiento no había, lo que sucedía es que la demora de la cosecha, por el clima, hacía que los precios del trigo en plena trilla no estuvieran bajando. Eso llevó a los molineros a tener que pagar más en plena cosecha para conseguir el poco trigo que los productores estaban vendiendo”, dijo.
La experta señaló que en esta última semana se hicieron negocios de trigo, por lo que oferta hay. “Lo que sucede es que quizás el exportador no quería pagar estos precios, porque estaban operando con contramargen. No había problemas de abastecimiento como se argumenta, eso es lo que estaba pasando efectivamente el mercado”, aclaró.
“Si el exportador no tiene apuro para embarcar, tampoco tiene apuro para comprar y eso hace bajar el precio”, resumió.
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