Andrés Cayre contó el difícil momento que viven los productores para hacer frente, además de la feroz sequía, a la devaluación que subió los costos
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“La impotencia de sacar vacas productivas del tambo a cualquier productor le duele, porque la hizo uno, la crió de ternera, la inseminó. Duele y mucho”.
En un video que se viralizó por redes sociales, el tambero Andrés Cayre contó en primera persona lo que es desprenderse de parte de su rodeo de vacas lecheras por la situación económica crítica que viven los tambos en la Argentina.
“Hoy, sacar una vaca que está en producción no es lo normal. Uno la saca porque algo externo está andando mal. Lo más preocupante que, además de un escenario de sequía, de precios y de contexto inflacionario, el sector tambero está en un momento muy crítico, que se va a convertir en catastrófico en los próximos tiempos”, dijo el tambero de la zona bonaerense de Trenque Lauquen, desde la Sociedad Rural local, luego de cargar y ver partir el camión cargado con 27 animales rumbo al Mercado Agroganadero (MAG) de Cañuelas para ser subastadas. Según datos de la entidad ruralista, solo en la cuenca de este partido se producen un millón de litros diarios de leche.
En este sentido, dijo que, cuando comienzan estos problemas en la actividad, lo primero que ocurre es que los dueños de los tambos empiezan a achicar sus inversiones en sus establecimientos. Luego dejan de requerir los servicios de terceros en los pueblos y la demanda de molineros, gomeros, camioneros y veterinarios se empieza a ralearse para finalmente romperse la cadena de pagos. “Ese es el punto crítico donde se prenden todas las alertas, todas las alarmas”, se lamentó.
En una breve descripción, relató que, “tras romperse esa cadena de pago, los plazos se acortan y la caja mensual de los tambos comienzan a estar negativas”. Además de tener un tambo familiar, Cayre gerencia otros establecimientos en la zona.“Tuve que tomar esa dura decisión para ser más previsible. Es programar para no quedarnos sin pasto en el campo. La relación a entender es simple: nuestras vacas comen dólares y producen en pesos. Post devaluación, le dimos de comer a las vacas un 25 % más caro”, detalló a LA NACION.
Contó que de julio a agosto el precio de la leche aumentó solo un 3%, es decir “que, con una inflación muy superior a ese porcentaje que se incrementó, los tamberos vendieron su producción en agosto más barata que en el mes anterior, con costos de alimentos superiores al 30%”.
Según describió, en este escenario macroeconómico muy difícil, los tambos que no tienen espaldas financieras para adaptarse y hacer frente a esto, terminan primero vendiendo vacas y luego cerrando sus establecimientos.
Con este panorama, explicó que la situación se agravó aun más luego de las PASO cuando el Gobierno devaluó más de un 20%. Los tamberos venden sus productos (la leche) en pesos y la mayoría de los insumos están dolarizados.
“En un escenario post devaluatorio, se aumentaron entre un 25% y un 30% los costos de alimentación. Y no estamos aumentando el precio de la leche, acompañado por inflación. Esto es una relación sumamente crítica. El tercer problema de los tambos es que se complica la economía de caja corta que en la diaria tienen los tambos. Somos muy demandantes de proveedores de servicios y los plazos de pagos se acortan y no son de 30 y 60 días, sino de menos, y el ritmo de cobranza de las usinas lácteas, a quienes le entregamos la leche es de 40 días. Es inmanejable y muy preocupante esta situación para los próximos días”, remarcó.
En solidaridad con el productor, en un comunicado, la Sociedad Rural de Trenque Lauquen pidió al Gobierno que interceda para mejorar el precio y los plazos con la industria, así como también que legisle medidas de fondo para la actividad.
“Los tambos de Trenque Lauquen empezaron a liquidar vacas. No hay pasto. Se terminaron las reservas. La ecuación alimento vs. precio de la leche da negativo y sin miras de mejoras. Hoy por la mañana un grupo de tamberos se juntaron en la Rural con la desesperación propia que genera esta coyuntura económica más la sequía que no da tregua. Comenzaron a cargar vacas al Mercado Agroganadero porque no hay forma de sostener los rodeos en estado y los pronósticos indican que las lluvias seguirán haciéndose esperar”, enfatizaron.
Indicaron que pedirán un encuentro con las industrias porque “el precio de la leche aumentó un 4% cuando los insumos y alimentos, luego de devaluación post PASO aumentaron el 25%”.
“Vuelve a resentirse la cadena de pagos y el comercio lo nota rápidamente en nuestros pueblos. Además, la sequía paraliza todas las actividades que le dan vida al campo en esta época del año. Los contratistas están parados, los transportistas se quejan por la baja en los viajes. Los costos son incalculables porque en la mayoría de los rubros no hay precios. Esto sucede en todas las actividades productivas”.
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