En Eldorado, Misiones, el productor citrícola Ricardo Ranger dejó echar a perder 1,5 millones de kilos de limones y 200.000 kilos de naranja porque no logró que beneficiarios de planes sociales, ante el temor a perder esas ayudas, aceptaran trabajar en blanco
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“Tengo un millón y medio de kilos de limones y 200.000 kilos de naranjas pudriéndose tirados en el suelo”. Las palabras pertenecen a Ricardo Ranger, productor citrícola de Eldorado, en la provincia de Misiones, que en su finca dejó echar a perder la cosecha entera de limones y parte de la de naranjas por no conseguir gente que la levante.
Hace varios años que esta situación se replica en casi todas las economías regionales, donde la falta de mano de obra para la recolección provoca graves pérdidas. En un estimativo, la pérdida económica que tuvo el productor supera los $50 millones, siendo que le pagaban por limón alrededor de $30 el kilo y la naranja unos $35.
En diálogo con LA NACION, Ranger dijo que la problemática se presenta porque las personas no quieren ser dadas de alta y trabajar en blanco para no perder sus beneficios sociales que ya tienen.
“No es solo a mí que me sucede esto, afecta a todos los sectores productivos del país que necesitan cosechar a mano, porque el trabajo temporario que ofrecemos a los cosecheros es incompatible con los planes sociales que da el Estado”, indicó el productor, de 59 años.
En este sentido, explicó que cuando se da de alta a un trabajador de manera automática el beneficio del plan se suspende. Volver a tramitarlo lleva un tiempo, donde la persona se queda sin el beneficio durante ese lapso.
“El Estado nos pone todos los jugadores en contra. Por un lado nos pide que registremos a los empleados, combatiendo la evasión y la informalidad y, por otro, entrega subsidios para que no trabajen. No existe en ninguna parte del mundo. Hoy decir trabajo es mala palabra”, describió.
“Es una vergüenza, nos estamos fundiendo trabajando. Fertilizamos, podamos las plantas, invertimos en en limpieza y tecnología, pagamos los impuestos y cuando queremos cosechar no conseguimos gente. Toda esta política desestimula la inversión, el trabajo y la producción”, añadió.
Hace más de medio siglo que la familia Ranger tiene en su predio plantaciones de limones, naranjas y mandarinas. Contó que, si bien cientos de personas se presentaron en el inicio de la cosecha, solo 10 quedaron efectivos para trabajar. En este contexto, los productores se encuentran en la disyuntiva entre perder parte de la cosecha o bien contratar trabajadores en negro, “sea cual sea la opción elegida, los riesgos son altos”.
“Prefiero perder una cosecha entera de limones que dar trabajo en negro. Quiero estar dentro de la ley pero eso me lleva a fundirme. Es una gran impotencia la que sentimos”, remarcó.
La misma problemática
En Salta, con la cosecha de tabaco terminada hace unos meses, se vivió una situación similar. Eduardo Rodríguez es productor tabacalero del Valle de Lerma. “Hemos perdido un 25% de la cosecha de tabaco por la falta de mano de obra. En una problemática federal. En la cosecha de la uva, por ejemplo, llegaron a ofrecer, a costa de su rentabilidad, el doble de la paga habitual con tal de conseguir gente para trabajar”, detalló.
“Los viñateros pagan hasta $100 el tacho, mientras lo acordado era $50; por lo que un cosechero puede cobrar un jornal de entre $5000 y $6000”, añadió el productor.
Según informaron en la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la mano de obra tiene una alta incidencia en los costos de producción del sector, ya que representa entre el 45% y el 75%, según la actividad. Rodríguez relató que el trabajador temporario va de provincia en provincia, realizando las distintas cosechas de las economías regionales.
“Son más 625.000 personas que terminan la cosecha de tabaco y se van a trabajar a Mendoza para la recolección del ajo, luego a Misiones y Corrientes para la yerba mate y los cítricos y así por La Rioja, Tucumán, Chubut con la cebolla. También está la cosecha de los frutos de Río Negro”, dijo.
“Por eso, los planes sociales se han convertido en un gran problema donde, además, se ha ido perdiendo la cultura del trabajo en los últimos años. Con este escenario no solo pierden en volumen porque se cosecha menos sino también en calidad porque no se cosecha en tiempo y forma”, agregó.
Un proyecto de ley
Con esta problemática, CAME, en conjunto con la senadora Nora Giménez, elaboraron un proyecto de ley en donde se busca compatibilizar trabajo registrado de las economías regionales con planes y programas sociales y “así fomentar el trabajo rural para la realización de tareas de carácter cíclico o estacional mediante la compatibilización del empleo registrado con los planes y/o programas sociales por el término de dos años”.
“El sector de las economías regionales está integrado por más de 30 complejos productivos y representa el 63% de las explotaciones agropecuarias nacionales, las que exportaron en 2020 por un monto de 7015 millones de dólares y emplean al 70% de la mano de obra rural, dando trabajo a alrededor de 625.000 personas”, dice la iniciativa en los fundamentos.
En este contexto, en CAME dijeron que la propuesta se encuentra en la Comisión de Trabajo y Previsión Social, presidida por legislador pampeano por el Frente de Todos, Daniel Aníbal Lovera, a la espera que se resuelva en forma “urgente”.
La mujer de Ranger hizo un video con los limones caídos en el suelo cuyas imágenes llegaron a conocimiento de Presidencia de la Nación. Desde el Gobierno se comunicaron con el productor para mostrar su preocupación por la problemática que atraviesa y le aseguraron que acompañarán el proyecto de ley presentado.
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