Dirigentes de la Mesa de Enlace se reunieron con unos 300 ruralistas en la localidad correntina de Mercedes; hubo fuertes reclamos al Gobierno para que destine una mayor asistencia
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MERCEDES, Corrientes. Cerca de 300 productores de Corrientes, Chaco, Formosa, Misiones y Entre Ríos se reunieron hoy en esta localidad para hacer un dramático llamado a las autoridades nacionales y provinciales para que dispongan inmediata asistencia ante las pérdidas y las consecuencias actuales y futuras de lo que se definió como uno de los peores dramas de la historia en el Litoral. Los daños por los incendios, que ya devoraron más de 500.000 hectáreas en la región y una de las peores sequías de la historia se agravan día a día y no hay pronósticos de lluvias importantes en el corto plazo.
“Es una situación inédita en la historia de la Argentina y van a tener que echar mano a decisiones inéditas, lo que plantearon hasta ahora como ayuda no es nada”, dijo Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), uno de los miembros de la Mesa de Enlace que vino a apoyar a los productores. También estuvo el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino y referentes de Federación Agraria (Martín Spada, director por Chaco) y Coninagro (Nicolás Carlino, integrante de la Comisión Directiva).
“Reclamamos a las autoridades nacionales y provinciales herramientas modernas para combatir estos flagelos y un eficiente apoyo financiero e impositivo para recuperar el capital de trabajo que permita reencauzar la actividad productiva”, expresó la Mesa de Enlace en un comunicado. En otro tramo graficó sobre Corrientes: “En esta provincia ya se perdieron más de $25.000 millones, datos que surgen de un relevamiento presentado por los propios productores”. La idea que se llevó la Mesa de Enlace y que elevará muy pronto al ministro Julián Domínguez es un generoso diferimiento impositivo que dure más de un año, porque la recuperación demandará dos o tres años, según las pérdidas.
Los dirigentes de las entidades de la Mesa de Enlace, que asistieron más a “escuchar y acompañar”, se llevaron el mandato claro de sentarse con las máximas autoridades para barajar y dar de nuevo en cuanto a la búsqueda de soluciones.
“Tomamos ya el compromiso de ponernos a buscar las soluciones. El problema recién está empezando, los fuegos se apagarán pero los problemas van a seguir”, señaló Pino, que le dijo a LA NACION que mañana pedirá una audiencia con el ministro Julián Domínguez. “Se necesita que se involucren otros organismos, también, no solamente el Ministerio del agro”, aclaró. Fuentes de Agricultura dijeron a este medio que la semana próxima se conocerán más medidas con foco en la ganadería.
Quedó claro en Mercedes que el alcance de las pérdidas económicas por los incendios, pero fundamentalmente por la sequía prolongada -agravado porque es el tercer año de déficit hídrico-, es muy más profundo. Las medidas económicas que se dispusieron fueron calificadas de insignificantes. “Tratamos de hacer un cálculo conservador y además, una estimación hasta esta fecha, porque cada día que no llueve el cuadro se agrava”, dijo Francisco Velar, productor ganadero y moderador del encuentro que se realizó en el salón central del predio de la Sociedad Rural de Mercedes.
En primera persona
Más de 25 productores hablaron, con exposiciones de cinco minutos, combinando estimaciones de pérdidas con relatos de la lucha casi cuerpo a cuerpo con el fuego para no perderlo todo. Representaron a miles de productores yerbateros, tealeros, arroceros, citrícolas, forestales y ganaderos. Durante casi tres horas, los hombres de campo contaron sus vivencias con datos precisos de daños.
En el caso del ganado, se quemaron más de medio millón de hectáreas de pastizales (en Formosa, solamente fueron más de 300.000 hectáreas). Los animales no tienen qué comer, se quemaron alambradas por miles de kilómetros con un costo de reposición de 1000 pesos por metro de alambrado.
Las pérdidas en ganadería solamente en Corrientes ascendieron a 10.000 millones de pesos, entre menos productividad (animales más flacos y menos kilos), mortandad extraordinaria y pérdida en infraestructura (alambrados).
El drama de los productores arroceros es todavía mayor. Más de la mitad de la producción se echó a perder por falta de agua en las represas que se construyen y que no recibieron líquido por la sequía, al igual que los ríos, vertientes y lagunas que se secaron. Calcularon hasta ahora pérdidas por 5000 millones de pesos, por la menor producción. “La calidad de lo que se salve no será buena, vamos a perder mercados internacionales y aumentará la concentración”, dijo Javier Storti, arrocero de Santo Tomé con 800 hectáreas. “Yo soy un productor chico”, aclaró.
“Es la peor crisis en la historia o la peor que hemos visto en las últimas generaciones. El Estado siempre fue socio en las ganancias, ahora necesitamos que sea socio en las pérdidas. Pocas veces vi tanta angustia”, dijo Carlos Andruzyzyn, un productor yerbatero que fue largamente aplaudido por todos los presentes.
“Creo que habría que pensar en condonación de impuestos”, dijo Chemes sobre la situación que atraviesan los productores.
Lo otro es la urgente implementación de líneas de crédito muy blandas, con tasas subsidiadas para recuperar el capital de trabajo. Las pérdidas en forestación hasta ahora superan los 8000 millones de pesos en Corrientes y se calculan en unos 90 millones de dólares en Misiones. En el caso de la tierra colorada, los yerbales auguran una caída de la producción del 50%.
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