En el norte de Santa Fe hoy fue “insignificante” una tormenta que se esperaba; “duró unos pocos minutos”, dijo el presidente de la Sociedad Rural de Tostado, Jorge Mercau
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SANTA FE.- La decepción se apoderó de quienes residen en el extremo norte santafecino, próximo al límite con Santiago del Estero y Chaco. Toda la expectativa generada por los anuncios de lluvias importantes en esa región, que se esperaban como paliativo a los tres años de una sequía impiadosa, se borró en un par de horas.
“Acá en Tostado y la zona nos ilusionamos, pero ocurrió como otras tantas veces. La tormenta se preparó pero duró unos pocos minutos y la lluvia mucho menos. Fue una cantidad insignificante”, dijo a LA NACION el presidente de la Sociedad Rural de Tostado, Jorge Mercau.
Por su parte, Otmar Verwimp, gerente de la cooperativa de Agua Potable de Tostado, dijo a media tarde que el total de agua caída era de 11 milímetros. Minutos antes se registró una intensa pedrea en esa zona, que no ocasionó perjuicios en bienes de la población ni en los servicios públicos.
El cuadro de situación empeora día a día y los resultados son claramente nefastos: más de 3000 cabezas de ganado vacuno perdidas, los cultivos de temporada (maíz y soja) demorados o cancelados, fuerte disminución en la producción láctea; lagunas secas y perfiles de agua en los suelos cada vez más alejados de la superficie.
Hay un argumento que los técnicos siguen insistiendo en destacar para evitar confusiones: el agua que se puede extraer en las primeras napas freáticas (subterráneas) es salada y con elevada cantidad de arsénico. Eso impide que cualquier productor instale una bomba para darle agua a su hacienda. Animal que consume ese tipo de agua muere en no más de 72 horas.
Por eso, grupos de productores colaboran con un aporte para el envío de un camión con pequeños cubos que se colman con agua. Pero, como dicen en la zona, “el camión va día y noche a campos de pequeños y medianos productores, pero no alcanza”.
En la mayoría de las consultas surge claramente que “no hay presencia del Estado (ni nacional ni provincial) para atemperar estos efectos. Con gestionar camiones cisternas se puede aliviar este panorama”, apuntó un profesional de la agronomía que recorre casi a diario los establecimientos donde ya no queda pasto ni agua.
Lluvia inesperada
Pero en todas situaciones extremas suelen aparecer excepciones. Esta vez ocurrió en el paraje rural conocido como “Kilómetro 17″, a 45 kilómetros al noroeste de Vera, cabecera del departamento del mismo nombre, en el conocido como “Camino de la Forestal” jurisdicción de la localidad de Toba.
En esa localidad, ubicada a 290 kilómetros al norte de la capital provincial, “al caer la tarde del miércoles hubo viento, lluvia y piedras. Lo peor sucedió en el paraje El 17, donde el viento hizo volar varios techos de viviendas. Al final, cayeron 127 milímetros. Pero, como dicen los expertos, fue un fenómeno localizado. A pocos kilómetros alrededor, la lluvia fue escasa”, explicó Hernán Niemiz, presidente comunal de Toba, una localidad de apenas 1000 habitantes.
El funcionario admitió que a mediodía comenzaron los trabajos para que el paraje recupere su fisonomía habitual. “Hubo daños materiales importantes pero no víctimas”, aclaró Niemiz.
A media tarde se registraban algunas tormentas en localidades del departamento General Obligado. Según informes a los que tuvo acceso este diario, hubo caídas de granizo en la zona de Florencia y Tacuarendí, con lluvias ligeras de poco milimetraje.
Ante la gravedad de lo que está sucediendo en el norte de Santa Fe, el Ministerio de la Producción realizó un pedido a quienes dispongan de camiones cisternas para colaborar con las tareas de provisión de agua a los departamentos San Cristóbal, 9 de Julio, Vera y General Obligado. Quienes estén dispuestos a colaborar deben comunicarse con ese Ministerio, con sede en la capital provincial, o llamando al teléfono 342-6460117.
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