Está bajo análisis en el Parlamento Europeo para que se indiquen los supuestos riesgos del consumo de la bebida; en el país temen que eso genere un impacto negativo para las ventas al exterior
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MENDOZA.- Ya se encendió la mecha y hay gran preocupación internacional. De los cigarrillos ahora se pasó al mundo del vino, lo que ha puesto en alerta a la industria vitivinícola global. ¿Qué pasó? Europa analiza incluir en las botellas una etiqueta de riesgos similar a la del tabaco; esto es vincular el consumo de alcohol con la posibilidad de enfermarse de cáncer, lo que hizo saltar las alarmas en el sector.
Así, frente a este escenario, ya se despertó la controversia, y en nuestro país se alzaron las primeras voces de rechazo, sobre todo por el impacto que esto puede tener en un rubro económico clave, que no para de crecer en sus despachos al exterior.
Así las cosas, por caso, en España hay gran preocupación ante la posibilidad que estudia el Parlamento Europeo de vincular el consumo de alcohol con el cáncer, añadiendo en el etiquetado del vino información sobre el riego de su consumo, de manera similar a como ya se realiza en los paquetes o cajitas de cigarrillos. De hecho, en Madrid, que cerró un 2021 con el mejor dato histórico en ventas en los últimos 15 años, temen que esta medida se convierta en un fuerte golpe en la comercialización.
En diálogo con LA NACION, diferentes actores consultados mostraron su malestar e indignación por la medida que está bajo análisis del Parlamento europeo, siguiendo de cerca cada movimiento, principalmente, desde el Foro Mundial de Cooperativas Vitivinícolas y el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
“Hay una gran conmoción en la industria, sobre todo en Europa, porque está a punto de aprobarse la iniciativa; pero el problema es que esto luego se expande a las diferentes regiones. Con esto, se abre un paréntesis y una nube de incertidumbre para todos los que comercializan vino a estos países, entre ellos Argentina”, contaron a este diario fuentes de la industria del vino nacional.
Entre las disposiciones bajo estudio se podría establecer que la bodega tenga restricciones para publicitar su producto, verse obligada a llevar advertencias sanitarias en sus etiquetas y adoptar un empaquetado sencillo o neutro, así como enfrentar una presencia acotada en los comercios.
“Hay gran preocupación en todos los países productores. Tenemos la silla de Argentina dentro de la OIV (Organización Internacional del Vino); es un tema que venimos planteando en el seno del directorio. En este contexto, todas las naciones vitivinícolas tienen una posición muy clara. Lo mismo hemos planteado en la OMC (Organización Mundial de Comercio). Nos preocupa el grado de alcance que la medida pueda tener”, expresó a LA NACION Martín Hinojosa, presidente del INV, quien en los próximos días tendrá una reunión con el director general de la OIV, Pau Roca, para buscar respuestas a esta problemática.
“Creemos que el vino es un producto totalmente natural, que prácticamente nació con la humanidad, que tiene mucho que ver con la salud. Hay que fortalecer el concepto de que el vino es un alimento totalmente natural, es un producto que no tiene nada que ver con un destilado o con las gaseosas. Hay algunas corrientes ideológicas que lo colocan erróneamente en otro lado. Hay que defenderlo fuertemente. Es un aspecto preocupante porque se viene atacando al vino, y quieren sacarlo del Código Alimentario lo que es un grave error”, comentó a LA NACION Eduardo Sancho, presidente del Foro Mundial de Cooperativas Vitivinícolas (FMCV), además de titular de Fecovita, la cooperativa vitivinícola más grande de América.
“Cómo Europa podría pronto empezar a considerar el vino como el tabaco. Son días previos a que la Unión Europea pueda adoptar un estudio en ese sentido, potencialmente poniéndole fin a la publicidad y al financiamiento de la industria”, publicó en los últimos días The Drink Business, la reconocida revista inglesa especializada en el negocio de las bebidas, donde pone énfasis en el estudio europeo, que asegura que no hay consumo de alcohol sin riesgos para la salud.
Antecedentes
Asimismo, a fines del año pasado, en Italia se activó el temor de la industria luego de conocerse el informe de la Comisión Europea sobre la lucha contra el cáncer. “Representa un elemento de gran preocupación para el sector vitivinícola y para los países productores. La esperanza es que en la votación en el pleno del Parlamento los eurodiputados introduzcan elementos de mayor equilibrio que no demonicen el vino”, indicaron desde la Alianza de Cooperativas Agroalimentarias de las diferentes regiones europeas, haciendo hincapié en que el documento en cuestión no menciona la diferencia sustancial entre el consumo nocivo de bebidas alcohólicas y el consumo moderado de vino.
La introducción del principio de “no nivel seguro” de consumo de alcohol en lo que respecta a la prevención del cáncer es absolutamente equívoca para el consumidor, así como perjudicial para todo un sector que, entre otras cosas, lidera, en términos de comercio exterior y facturación, el sector agroalimentario Made in Italy”, agregaron referentes de ese país, entre ellos, Luca Rigotti, presidente del Grupo de Trabajo del Vino de Copa (Cogeca).
De hecho, los europeos que comandan la industria destacan que todo el ciclo económico de producción y comercialización del vino crea alrededor de 3 millones de empleos directos a tiempo completo y que en los primeros siete meses de 2021 el sector de las bolsas de vino que representan el primer elemento de las exportaciones agroalimentarias de la Unión Europea registró un incremento del 30%, hasta alcanzar los 2200 millones de euros.
“Los objetivos del plan de lucha contra el cáncer son plenamente compartidos, pero esto no nos exime de reconocer una sustancial falta de equilibrio en el voto favorable expresado hace unas semanas por la Comisión Especial de Lucha contra el Cáncer del Parlamento Europeo (Comisión BECA), ya que en realidad no distingue entre consumo moderado y consciente de vino como alimento, consumido principalmente con comidas y una parte integral de la Dieta Mediterránea, patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO”, explicó Rigotti, quien asegura que la lucha contra el consumo excesivo y nocivo debe pasar por la educación y la concienciación.
En medio de esta polémica, la Argentina no para de crecer en los envíos al exterior. Durante 2021, los vinos argentinos tuvieron exportación récord. De acuerdo con los últimos datos del Laboratorio Estadístico del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el país obtuvo un logro histórico para los despachos de vinos fraccionados en el 2021, con US$817 millones, por encima del anterior registro máximo de 2012 de US$786 millones.
Asimismo, el país volvió a superar la barrera de los US$1000 millones al sumar las exportaciones de vinos fraccionados, a granel y mostos concentrados, algo que no se observaba desde 2013. “Argentina consiguió mejoras importantes en las exportaciones de vinos en botella, creciendo en volumen y precio en una categoría que aporta valor agregado a la industria”, indicaron días atrás desde Cancillería.
Los principales destinos de exportación del vino argentino durante 2021 fueron Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Canadá y Países Bajos, con un importante crecimiento en los despachos a México, China, Francia, Suiza y Paraguay. Entre los principales varietales exportados se destacan los Malbec, Cabernet Sauvignon y Chardonnay.
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